Sesión 3: Historia de las peregrinaciones en nuestro país

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PROPÓSITO

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Fortalecer la dimensión religiosa del estudiante y crezca la devoción en su vida personal.


INTRODUCCIÓN

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¿Qué es una peregrinación? Se conoce como peregrinación a aquellos recorridos y viajes que realiza una persona desde un punto cualquiera hacia un santuario o templo en honor a la religión que profesa y a los dioses que sigue.

El peregrinaje o peregrinación es una muestra más del sacrificio que realiza el creyente en honor a su Dios, ya que por lo general los recorridos a seguir suelen ser largos y presentar dificultades en el camino. De tal modo, este puede volverse un modo de demostrar devoción hacia la deidad de la que se trate. En muchos casos, el peregrinaje mismo es considerado el ejercicio de conexión con la deidad, ya que en él el creyente se encuentra a sí mismo reflexionando sobre su Dios.

En nuestro país existe variedad de santuarios donde se puede peregrinar, entre ellos, están la Virgen del Rosario de Topará, la Virgen del Rosario de Yauca, la Virgen de Copacabana, la peregrinación al Qolluritti, a la Virgen de Cocharcas, al santuario de la Virgen de Chapi, al santuario del sr. De Yauca, del sr. De Huanca, del Sr. De Torrechayoc, del sr. De Luren, entre otros.

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Leamos un poco de Historia:

En todos los rincones del planeta se vive o se ha vivido la necesidad de peregrinar. Benarés (India), la montaña de T’ai’-shan (China), Lhasa (Tíbet), Shikoka (Japón), Karnak (Egipto), Jerusalén (Israel), La Meca (Arabia Saudita), Delfos (Grecia), Roma (Italia), Santiago de Compostela (España), Yasna-Gora (Polonia), Fátima (Portugal), Lourdes y Chartres (Francia), Guadalupe (México) y Esquipulas (Guatemala) son lugares sagrados que han sido o son, actualmente, grandes centros de peregrinación que dan testimonio de una necesidad existencial de la condición humana en su dimensión religiosa.

En el Perú, la institución del peregrinaje es única porque combina en sus raíces una diversidad de tradiciones: la indígena precolombina regional, la inca, la aimara, la africana y la católica europea del siglo XVI. Vestigios muy tempranos de la existencia de centros de peregrinación precolombinos han sido investigados por arqueólogos en Chavín de Huántar (Áncash), en las pirámides del Sol y de la Luna (La Libertad), en Cahuachi (Nazca), en Tiahuanaco (Bolivia) o en el Coricancha (Cusco).


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Además, muchos de ellos fueron documentados por los cronistas de la Conquista. Montañas y nevados como Pariacaca (Huarochirí), Catequil (Huamachuco), Coropuna (Arequipa) y Ausangate (Cusco) eran venerados con sacrificios y diversos rituales, con la creencia que allí habitaban los dioses tutelares de cada pueblo. También la tierra (Pachamama), el trueno, lagunas o cochas, y algunas piedras eran considerados Wakas o lugares sagrados que solicitaban devociones dentro de un complejo panteón andino.

La Conquista hispana alteró estas tradiciones y su geografía sagrada, principalmente por la labor y estrategia evangelizadoras de cada una de las órdenes religiosas que llegaron a tierras americanas. Dominicos, mercedarios, franciscanos, agustinos y jesuitas trataban de salvar a los indígenas de sus prácticas idólatras o “cosas del diablo”. Así surgió una diversidad de advocaciones traídas de España. En los lugares más alejados hubo “milagrosas” apariciones de vírgenes y cristos, siempre cerca de antiguos sitios prehispánicos. Esto se interpreta como una estrategia de resistencia de los cultos ancestrales nativos, que aún persisten, a pesar de las sangrientas campañas de los “extirpadores de idolatrías”, especialmente en el siglo XVII, destinadas a acabar con cualquier vestigio “pagano” anterior.

Cualquier peregrinación en el Perú tiene un patrón que combina tres elementos. El primero, el religioso, incorpora súplica, arrepentimiento y oración, además de ser un instrumento práctico, porque al acudir a la peregrinación durante varios años para cumplir una promesa o hacer una donación importante a la iglesia o a “la hermandad” de cada santuario, se espera a cambio una gracia, un milagro, una recompensa por el esfuerzo desplegado. Por lo general, el santuario está alejado de las casas de los peregrinos. La ruta es difícil y tiene un camino o ‘vía sacra’ que conduce al espacio sagrado (el santuario), donde el poder y la presencia de Dios están definidos a través de la veneración de imágenes de cristos, vírgenes o santos. Allí el encuentro produce la regeneración espiritual porque el santuario es el mediador entre el cielo y la tierra.

El segundo elemento es la identidad territorial, como aspecto de cohesión e integración culturales. Cada peregrinación está coloreada por la historia y por la tradición de poblaciones o regiones específicas. Aunque a veces los cultos se asemejen, como en el caso de la aparición del Señor de Huamantanga en Canta (Lima) y el del Cristo Cautivo de Ayabaca (Piura), cada uno tiene su propio proceso histórico-cultural íntimamente relacionado con las tradiciones de estos pueblos y con el grado de influencia de la iglesia oficial en la zona. Asimismo, la corriente de tráfico humano desarrollada a lo largo del itinerario del peregrinaje vitaliza a esa sociedad, su economía y su cultura.

El tercer elemento, la fiesta y la celebración, también son parte importante de la peregrinación en el Perú. Llegar al santuario después de sufrimientos y mortificación, participar en la liturgia, acercarse y tocar la efigie, prenderle velas o cirios, ofrendarle mantos, estolas o joyas, escribirle cartas, velar la imagen y cargar el anda son parte del ritual del peregrino, que se complementan con la fiesta, la celebración, sobre todo en los pueblos serranos donde conjuntos de danzantes y músicos intervienen desplegando lo mejor de sí mismos —con extraordinaria fuerza— ante las imágenes veneradas.

Adaptado de https://exjesuitasentertulia.blog/las-peregrinaciones-en-el-peru/


CONÉCTATE

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Atentos a esta sugerencia del profesor.

El consejo para ir de peregrinación se debe planificar con anticipación, tener claro lo que se hará o lo que significa peregrinar a un lugar sagrado, estar preparados para hacer sacrificio en la caminata: contar con el cansancio, falta de espacios o comodidad en el santuario. Si la peregrinación es visitar un santuario de la sierra se debe tener en cuenta llevar puestos unos buenos zapatos, ir con una ropa cómoda y una manta para pasar la noche, llevar carpa y suficiente agua para el camino.

Es importante saber dónde se ubica el santuario y cuáles son las costumbres de la comunidad a donde se va a llegar, respetar la forma de celebrar la fiesta patronal y sumarse a la celebración.

REFUERZA

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Observemos el siguiente video:

Los peregrinos que recorren la carretera por una fe: https://andina.pe/agencia/video-los-peregrinos-caminan-una-fe-36895.aspx

Responde en grupo las siguientes preguntas:

¿Será un paseo o diversión la peregrinación religiosa?

¿Cuál es el objetivo de las personas que peregrinan?

¿Por qué la gente hace tanto sacrificio en una peregrinación?


ATERRIZA

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En el Perú existen santuarios donde peregrinar, basta con querer y proponérselo para testimoniar la fe. Se camina normalmente rezando, cantando y recorriendo las distintas estaciones que animan a seguir caminando y a vivir con alegría esta experiencia de fe y oración hasta llegar a la meta.

Las peregrinaciones son días de esfuerzo, de compartir, de sencillez de vida, de contemplación de la naturaleza, y de oración y compartir.


COMPARTE

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Comparte el tema en familia y organiza una peregrinación con tus compañeros de aula a un santuario cercano a tu casa.

Publica por el wapsap de grupo los pasos a seguir para que todos disfruten de esta peregrinación.