Sesión 3: El valor de una amistad

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PROPÓSITO Con criterios claros que les permiten establecer prioridades, los alumnos buscan el equilibrio en los trabajos que asumen ya que saben que de lo contrario pueden perjudicarse.

Introducción

Pregunte a los estudiantes si ellos han considerado alguna vez si es que algunas de sus relaciones están basadas en “la necesidad de ser necesitados” en lugar del disfrute sano de la compañía del otro. Martina se preocupa por Mateo y se pregunta si su esfuerzo por ayudarlo es codependencia. Conversando con Alicia y repasando los verdaderos signos de amistad, se da cuenta que no; es solo una fiel amiga.

Lectura

–¿Qué pasa, Martina? –preguntó Alicia una vez que llegaron a su casa después del colegio. La mamá de Alicia les había preparado una merienda y luego, con gran discreción, se retiró para que las chicas sintieran que estaban solas. –Estuve hablando con Mateo, tratando de razonar con él, y no sé, estoy empezando a creer que soy… lo que dijo Miguel: co-dependiente –dijo Martina. Alicia hizo una mueca: –No estoy segura siquiera de entender lo que significa eso. –Yo sí lo entendí bien. Es cuando uno necesita que lo necesiten para poder sentirse bien consigo misma –explicó Martina con seguridad. –Umm –dijo Alicia–. Pero para todo el mundo es importante sentirse útil, ¿no? Por ejemplo a mí me gusta que cuenten conmigo en el programa de alimentos. Me gusta sentirme necesaria. –Sí, pero Álvaro no te necesita, y Mateo no me necesita –señaló Martina tajantemente.

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Alicia expresó muy tranquila: –Álvaro no es mi novio. –Oh, vamos Alicia –replicó Martina–. Todos saben que se gustan. Se les nota en la cara. Pero no es una necesidad, como una dependencia. Todos necesitan ser necesarios, es verdad, pero ¿no será que yo necesito que Mateo esté “fregado” para yo poder ser su pequeña salvadora? La pequeña cara de Martina estaba toda tensa con preocupación. –Te castigas demasiado –reprendió Alicia a su diminuta amiga. Martina era la chica más menuda de la clase y también una de las más lindas. –No, sé que es verdad –medio suspiró Martina y enseguida añadió–. Mateo y yo decidimos el año pasado que seríamos amigos. Le ayudaría a superar la “hierba”. ¿Recuerdas como tomó lo del divorcio de sus padres? Casi lo mató. Hay que admitir que fue bastante complicado, con su papá abandonando a su mamá por otra mujer que se embarazó de inmediato. Su papá nunca tuvo tiempo para su antigua familia. La madre de Mateo estaba molesta y amargada, además, tuvo que volver a la escuela para poder ganar más dinero y trabajar al mismo tiempo. El padre de Mateo nunca cumplió con sus pagos y ellos se volvieron pobres. Mateo se automedicaba con hierba. Eso mitigaba su dolor. Pero mira ahora como ha afectado sus estudios y ahora está en problemas por haber hecho copiar y pegar… Tuvimos una buena relación antes de que comenzara con las drogas, pero luego perdió el interés por todo, sólo le importaba la hierba, y nunca más llamó. Cuando se metió en problemas legales y quería ayuda, le dije que sería por su cuenta. No le iba a prestar dinero para un abogado. Le dije que él solo se había metido en problemas y que tendría que pagar por ello. Entonces le propuse ser su amiga e incluso le dije que podría salir con él, pero tendría que renunciar a la hierba. Creo que lo puede hacer, sobre todo si sus amigos lo ayudan un poco y lo meten en el Rugby. Lo que pasa es que hemos sido novios, amigos, enemigos y amigos de nuevo. No sé qué pensar sobre nuestra relación o sobre mí. ¡Tal vez sea en mí, algún tipo de necesidad enfermiza! –Creo que tú y Mateo son amigos, y los amigos se ayudan –señaló Alicia–. Has trazado algunas normas ¿no? Has fijado límites. Como novia, le has dicho que no saldrías con él si seguía usando la hierba. Como amiga, te has negado a prestarle dinero o a participar en sus problemas legales. Eres comprensiva, pero te involucras demasiado. ¿Correcto? –Suelo llorar todas las noches por esto –confesó Martina. –¿Sigues? –se le escapó a Alicia, pero Martina pareció ignorarla y siguió diciendo: –Ahora lamento las elecciones que ha hecho, pero no puedo hacer nada. Es la vida de Mateo. Estoy siempre allí para escuchar pero no hay nada que pueda hacer.

Martina bajó su cabeza.

–Yo convencí a mi papá para que moviera algunos hilos por él. Le pregunté si podía escribir una carta a la corte narrando cómo Mateo tenía un problema médico: abuso de drogas, que debía ser tratado en vez de ser castigado. ¿Fue eso hacer demasiado? Alicia dijo: –Creo que eres una verdadera amiga y que te estás esforzando por ayudar pero sin pasarte. –Pero ¿cómo poder saber la diferencia entre ser amigos y tener una relación romántica? –preguntó Martina con mucho interés en lo que diría su amiga. Alicia desenroscó sus piernas, se puso de pie y se dirigió hacia un pequeño mueble con libros. –Yo misma me he preguntado lo mismo porque mi mamá siempre dice que hay que ser primero amigos antes de tener una relación romántica. Ella me dio este libro –le dijo a Martina, sacando un libro de brillante color–. Aquí dice: La amistad es una relación afectiva interpersonal, a la cual se entra libremente; dura tanto como la simpatía mutua. Por lo general implica igualdad, sentimientos similares, comunicación espiritual y una visión común de las cosas. La amistad es recíproca, desinteresada y libre. Aunque es similar en muchas cosas al amor de una pareja, la última anhela presencia, posesión y exclusividad, mientras que la amistad no es exclusiva ni posesiva. Parecía que a Martina todo eso le estuviera dando vueltas su cabeza.

–¿Qué significa todo eso? –dijo como pensando en voz alta.

Alicia giró hacia Martina y le planteó:

–¿Eres tú, o tú y Mateo posesivos el uno del otro? ¿Esperan sólo estar

el uno con el otro? Martina se encogió de hombros. –No. Somos libres. Alicia siguió leyendo: La amistad es descubrir a una persona libre en la que encontramos similitudes y armonía para así seguir caminos comunes u objetivos similares, ayudándonos el uno al otro y unidos por un afecto, el cual es a la vez una ofrenda y un soporte. En la amistad, uno generalmente ve mucho de sí en la otra persona. Martina se sentó y pensó en eso: –Bueno, definitivamente coincidimos en muchas cosas. Somos parecidos en muchos sentidos. Quisiéramos ayudarnos el uno al otro aunque, honestamente, Mateo es quien más necesita ayuda ahora. Martina tamborileaba su labio. –Él realmente me ayudó cuando yo estaba tratando de decidir si ser médico o enfermera –reconoció Martina–. Me ayudó a buscar todo tipo de información en internet y hablamos mucho sobre eso. Decidí que la escuela de medicina no era para mí, aun cuando mi papá es médico, y finalmente decidí que sería mejor como enfermera, no porque sea una chica, simplemente me pareció que va mejor conmigo. Mateo me ayudó a ver eso. –Y te seguirá ayudando… como debe hacerlo un amigo –aseguró Alicia. –Sí –admitió Martina–. Pero si sólo somos amigos, ¿cómo es que yo a veces me siento enamorada de él? –Aquí dice:

Dentro de la pareja, la amistad puede y debería estar presente.

–Creo que eso significa que todas las parejas deberían ser amigos también –interpretó Alicia–. Luego dice: …si esta amistad es con una persona del sexo opuesto, está abierta a más acercamiento. –Creo que eso significa que la opción romántica siempre está abierta si los amigos son un chico y una chica. Claro que la relación debe ser equitativa –advirtió Alicia–. No siempre es sacrificarse por alguien que no hace ningún esfuerzo. –¡Eso me gusta! La opción romántica está siempre abierta –Martina asintió–. ¡A mí me gusta tener mis opciones abiertas! Esa es la razón por la que no quise ir a la escuela médica. Toma tanto tiempo y cuesta tanto, que sería mi única opción en la vida. –¡Entonces, Martina, no veo ningún problema! –declaró Alicia –. Tú y Mateo son amigos. Yo creo que podrían ser enamorados, tal vez hasta esposos algún día, pero sólo el tiempo lo dirá. Lo importante es que nunca dejes que Mateo te utilice. Él tiene que decirte la verdad siempre y si cae en malos hábitos, debe saber que todo se acabará. Martina se recostó en la cama de Alicia y lanzó un gran suspiro de alivio. –Tú eres una gran amiga –dijo –. Ahora me siento mucho mejor. Puedo ser amiga de Mateo y mantener la opción romántica abierta. He establecido límites a Mateo y a su comportamiento, así que no soy co-de - pendiente. Alicia, me has ayudado tanto. Simplemente no hay nada como un buen amigo, ¿verdad? Alicia sonrió y pensó: “Los amigos son una de las cosas más grandiosas en el mundo”.

Escucha ahora la explicación del profesor

A. Necesitar sentirse indispensable

Todos gustan ser útiles. Sentimos nuestro valor como seres humanos cuando otros nos necesitan y cuando podemos cumplir con esas necesidades. Es una gran satisfacción dar alimento a la gente hambrienta, oír compasivamente a un amigo, dar una mano para ayudar a una persona anciana, o dinero a los pobres. Todos nos beneficiamos de ese hermoso dar, las personas que lo reciben y las que lo dan. Pida a los estudiantes que refieran ejemplos de sus vidas en tiempos en que ellos se sintieron que pudieron ayudar a sus familias, amigos o comunidad y cuán bien y realizados se sintieron al poder responder a esas necesidades.

Observe que hay momentos, sin embargo, cuando nosotros tal vez no damos desinteresadamente para satisfacer las necesidades de otros. Damos para recibir algo a cambio. Queremos ser elogiados por lo que damos, queremos la gratitud y refuerzo de otras personas o queremos sentirnos importantes. Cuando esta es nuestra motivación en dar a los demás, para justificarnos a nosotros mismos de alguna forma, o estar mandando, con frecuencia nos responden mal y tal vez nos sintamos vacíos aún más que antes de ayudarlos. Nos crea resentimiento y empieza un círculo vicioso de actitudes negativas con ellos.

Observe que algunas personas eligen ser amigos, entablar noviazgos o incluso casarse con personas que los necesitan para así tener a alguien a quien ayudar y sentirse importantes. Estas son relaciones “co-dependientes”. En este tipo de relación, pareciera que una persona necesita ayuda, pero en realidad ambas están buscando refuerzo. Son como dos personas hambrientas tratando de obtener comida el uno del otro. Naturalmente, estas relaciones se complican y no son muy felices.

B. Abuso de sustancias y relaciones

Reconocer que, a veces, los jóvenes piensan que se ayudan entre ellos al compartir las drogas. Es importante distinguir entre 3 tipos de drogas. Algunos fármacos son inocuos y pueden ser brindados sin peligro, como una aspirina, por ejemplo, para quitar el dolor de cabeza. Otros, como antibióticos, hormonas, etc., cambian poderosamente la química del cuerpo y no deben ser compartidos sin juicio médico. La tercera categoría son las drogas que afectan el cerebro y estos pueden ser muy peligrosas.

Los elementos químicos cambian a las personas y algunos de esos cambios pueden ser útiles. Los químicos en el alcohol y las drogas recreativas cambian a las personas también, pero estos cambios pueden ser muy dañinos al cerebro o a la personalidad. Las personas no reaccionan con su inteligencia normal cuando están bajo el efecto de los químicos de estas sustancias. No son razonables ni racionales. No conducen bien motos ni autos. No están motivadas y listas como cuando están sin la influencia de éstos químicos en particular.

Si una persona usa y abusa constantemente las drogas recreacionales y/o el alcohol, sus relaciones personales cercanas van a ser afectadas porque la persona no está en su condición normal. Es por eso que grupos como Alcohólicos Anónimos y Alateen afirman que el abuso de sustancias y del alcohol son enfermedades de familia; además de tener un componente genético, afectan profundamente a todos los que conocen y aman a la persona que las usa. Es imposible relacionarse con alguien que está bajo el efecto de elementos químicos que alteran la mente sin experimentar la sensación que las cosas van mal y no tienen sentido. Pida a los estudiantes que lean la Nota de Margen sobre el cuidado de alguien que abusa de las drogas y/o el alcohol.

C. A la única persona que puedes cambiar es a ti mismo

Es común que personas que se casan con alguien que saben que tiene hábitos o rasgos inquietantes, piensa, “Yo voy a cambiarlo/cambiarla. Le puedo ayudar a quitarse eso”. Pregunte a los estudiantes si alguna vez han iniciado una relación pensando que podrían cambiar a la otra persona para mejor. Haga notar que cambiar a alguien es extremadamente difícil, si no imposible, y usualmente daña la relación porque las expectativas son muy altas y las emociones muy fuertes. Las personas sí pueden cambiar y ciertamente es posible influenciar a otros. Es por eso que es importante elegir buenos amigos, amigos que son influencias positivas en tu vida en lugar de amigos que te arrastran hacia abajo y te meten en problemas o que te hacen dudar de ti mismo. Al mismo tiempo, influenciar no es lo mismo que cambiar a alguien. En última instancia, una persona tiene que tomar la decisión propia de cambiar. Nadie lo puede hacer por otro.

La mejor manera de cambiar a otros es cambiando uno mismo. Si tú te vuelves más paciente, amable, tolerante, amistoso, positivo y emprendedor, o bien influenciaras a personas que tienen las mismas tendencias o se alejarán de la relación y tú conseguirás nuevos amigos, atraídos por las mismas cualidades que las tuyas.

Actividades de refuerzo

Dibuje en la pizarra:


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Observe que esta relación es un ciclo sin fin de necesidades sin realizar: una espiral hacia abajo.

En la historia, Martina y Alicia concluyen que Martina no está en una relación codependiente con Mateo. Esto es porque, entre otros, Martina:

• Pone límites y fronteras.

• Ayuda a Mateo pero también hace que él mismo asuma responsabilidad.

• No es posesiva.

• Nota que Mateo también la ayuda a ella sin egoísmos, a veces.

Resumen

¿Cómo se debe vivir el amor para que se realice plenamente su promesa humana y divina?

  • El desarrollo del amor hacia sus más altas cotas y su más íntima pureza conlleva el que ahora aspire a lo definitivo, y esto en un doble sentido: en cuanto implica exclusividad —sólo esta persona—, y en el sentido del « para siempre ».
  • El amor engloba la existencia entera y en todas sus dimensiones, incluido también el tiempo. No podría ser de otra manera, puesto que su promesa apunta a lo definitivo: el amor tiende a la eternidad.
  • Ciertamente, el amor es « éxtasis », pero no en el sentido de arrebato momentáneo, sino como camino permanente, como un salir del yo cerrado en sí mismo hacia su liberación en la entrega de sí y, precisamente de este modo, hacia el reencuentro consigo mismo, más aún, hacia el descubrimiento de Dios
  • El « amor » es una única realidad, si bien con diversas dimensiones.
  • Se destaca que el amor entre el hombre y la mujer, en el cual intervienen inseparablemente el cuerpo y el alma, y en el que se le abre al ser humano una promesa de felicidad que parece irresistible.

Actividad para la casa

La verdadera amistad resulta de afinidades profundas y de la necesidad de establecer una convivencia que no es la de cualquier hombre con otro cualquiera, sino la de este hombre con alguien, en virtud de las peculiaridades que ambos poseen y que hacen que se comprendan y se estimen más definidamente. Desde esta perspectiva examine la amistad que hoy está teniendo.