Sesión 2: Y ¿qué si no obedezco?

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PROPÓSITO

INTRODUCCIÓN

La obediencia como parte de la formación espiritual del hombre siempre ha existido, en la vida del hombre tenemos ejemplos como Abraham, María. La obediencia es parte de la formación integral del hombre. En la vida, muchos de los santos jóvenes lo han tomado en cuenta y les ha ido muy bien, los jóvenes líderes de nuestro entorno también lo han considerado y han ejercido diferentes funciones con responsabilidad asumiendo altos cargos. La obediencia no es signo de ser los últimos, sino que es símbolo de respeto a la otra persona que confía en ti.

¿Es fácil obedecer? Para algunos niños es muy complicado ser obedientes, y para muchos padres es difícil enseñar a obedecer. Todos los padres se preocupan por la desobediencia de sus hijos, es uno de los temas que causa malestar en el entorno familiar; si evaluamos por qué riñen los padres a sus hijos, casi siempre es porque los hijos no obedecen, pero enseñar a ser obediente requiere su tiempo. La obediencia es algo que se va labrando poco a poco, empezando desde que son bebés hasta que se convierten en adultos.


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Leamos el artículo “La obediencia a los padres cesa con la emancipación de los hijos, pero no el respeto que les es debido, el cual permanece para siempre”.

Obediencia y libertad

Hoy se habla poco de obedecer a los padres. Incluso algunos hijos se creen que desobedeciendo dan muestras de independencia y personalidad.

Es decir que consideran la desobediencia como un valor. Esto es una equivocación. Esos mismos jóvenes que no obedecen a sus padres que los aman, luego obedecen a los amigos, a las modas o a sus caprichos que los tiranizan. Cambian de obediencia: la buena por la mala. Ser libre no es hacer lo que me da la gana. Ese es esclavo de sus caprichos.

Libre es el que voluntariamente cumple con su deber. La persona más libre fue Jesucristo, que era Dios. Sin embargo, cumplió con la voluntad de su Padre.

Hoy día es muy fácil que los hijos se contagien del espíritu de rebeldía y libertad desenfrenada del ambiente. El P. César Vaca, O.S.A. escribió en el periódico Ya de Madrid: Criticar los falsos maestros, los malos educadores, los padres incomprensivos y egoístas, está bien; pero rechazar la disciplina familiar en globo, menospreciar sin compasión a cuantos ejercen la ardua tarea de la educación y la enseñanza, presentando como la mejor de las escuelas la anarquía de una libertad incontrolada es colocarse al borde de la ruina.

Los problemas que destacan en las páginas frontales de los periódicos de todo el mundo son un reflejo de la falta de disposición de nuestra juventud para someterse a ningún sistema de valores que no sea la jerarquía de valores de su propio criterio. (...) Todos somos testigos de casos de adolescentes que son advertidos y aconsejados una y otra vez por padres experimentados y responsables, pero ellos prefieren "discurrir por su cuenta" para descubrir demasiado tarde lo que su padre le predecía certeramente. Por desgracia, son muchos los jóvenes que no quieren escuchar consejos. Semejante hostilidad de la gente joven hacia la autoridad paterna supone que ellos se oponen irrazonablemente a los beneficios de la experiencia. Los hijos deben ayudar en la vida de familia. En todas las familias se necesita la colaboración de los hijos.

Entre todos se puede conseguir una vida familiar agradable y alegre. En nuestra sociedad, el número de personas que alcanza una edad avanzada es cada vez mayor. Los ancianos se encuentran con problemas que hacen más dura su ancianidad: ya no pueden trabajar, algunos están enfermos, otros solos. Todos los miembros de la sociedad deben sentirse responsables de la atención a los ancianos, especialmente los hijos. Dijo Pío XII en su discurso del 9-V-57: La sociedad es para la familia, no la familia para la sociedad. La familia es una institución natural: es el origen de la vida humana y el recinto de la educación. La familia es un vínculo de transmisión normativa, pero es necesario que la normativa moral y religiosa se dé con convicción, con motivación y con el ejemplo.

Debemos colaborar con nuestros padres al bien espiritual de la familia y manifestarles lo que ellos deben saber para corregirlas. A no ser que haya otro modo más eficaz. Pero quien oculta los malos pasos de sus hermanos, por un falso criterio de compañerismo, puede hacerse responsable ante Dios de las faltas que queden sin corregir. El padre tiene obligación de corregir; pero para esto necesita estar informado de lo que pasa. No exagerar la situación.

Adaptado de https://es.catholic.net/op/articulos/7902/cat/388/obedecer-a-los-padrespara-siempre.html#modal


CONÉCTATE

Chicos, después de esta lectura tan profunda y objetiva, cabe mencionar que los hijos son corresponsables y están llamados a ayudar en la vida de familia, somos parte de esta comunidad. En todas las familias se necesita la colaboración de los hijos, se requiere que obedezcan a sus padres, en temas de horarios, organización de la casa, decisiones importantes que se toman para el bien común, ¡qué importante es saber reconocer la sabiduría y experiencia de los mayores, aunque no tengan un título profesional!, saber valorar el amor, el cariño de los padres y que jamás darán una indicación para hacer daño.

Entre todos se puede conseguir una vida familiar agradable y alegre. En medio de esta sociedad que se ha dejado influenciar por formas de vivir liberalmente, hoy se habla poco de obedecer a los padres. Incluso algunos hijos se creen que desobedeciendo dan muestras de independencia y personalidad. ¿Crees que la persona se desarrolla positivamente con esas formas de actuar?


REFUERZA

Veamos el siguiente video:

Y la obediencia. Obediente es como Cristo es obediente al Padre: https://www.youtube.com/watch?v=m7B71UvkkQM Socializa en el aula junto a tus compañeros.

¿A quién obedecemos?

¿Obediencia evangélica? ¿Qué significa?

¿Cómo saber lo que agrada al Señor?

¿Qué es para ti predicar sin palabras con el ejemplo?



ATERRIZA

Recuerda que el cuarto mandamiento de la ley de Dios nos dice que debemos honrar a nuestros padres.

Honrar a los padres es obedecer, si se vive bajo su potestad, sus mandatos; mientras no manden lo que es pecado, pues es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres (Hechos de los Apóstoles 5,29).

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Después de reflexionar sobre la obediencia, ¿cuál es tu compromiso?

¿Crees que podemos ser signo de contradicción si promovemos por las redes el valor de la obediencia a los padres?

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