Sesión 1: Tomando la iniciativa
PROPÓSITO Que el estudiante aprecie los matices de las actitudes que rigen las acciones que determinan el liderazgo.
Introducción
Pregunte a los alumnos si se han sentido molestos alguna vez cuando una persona en particular fue escogida como líder. ¿En alguna ocasión han discrepado enérgicamente con las decisiones de un líder (incluyendo a sus padres)? En esta lección y durante la lectura de la narración, pídales que reflexionen respecto a su objetividad en cuando a su propio disgusto frente a ciertas situaciones de liderazgo que han enfrentado.
En el primer día de clases, el tema de la objetividad con respecto a los líderes pasa al primer plano, cuando Sonia se esfuerza por ser objetiva con el nuevo director de la escuela y alienta a los alumnos a ser objetivos con respecto a las decisiones de liderazgo tomadas por sus padres.
Lectura
Andrés, el payaso de la clase, se acercó a Alicia y le susurró: –¿Qué hace una mujer impartiendo un curso de liderazgo? La maestra del nuevo curso de Liderazgo era la atractiva señorita Sonia, o mejor dicho, casi “ex-señorita”, ya que en poco tiempo sería la “señora” de Miguel que había sido el profesor el año anterior. Un hermoso anillo de compromiso resplandecía en su dedo. Sonia había sido instructora de ellos cuando eran más jóvenes y estaba de regreso luego de su beca de estudios en el exterior. Alicia miró a Andrés con desdeño. Ella, en su calidad de líder de dos importantes proyectos escolares, (la apertura del patio de recreo a la comunidad y una colecta de alimentos para los pobres) no tenía que tomar esto en serio; puso los ojos en blanco con gesto de desaprobación. –Oye, ¿has oído el último chiste sobre mujeres? – continuó Andrés susurrándole a Alicia–¡Los derechos de la mujer! Alicia suspiró profundamente. Al darse cuenta de que Álvaro la miraba con extrañeza desde el otro lado de la sala, se encogió de hombros y sacudió su cabeza como queriendo decir: “Tú sabes cómo es Andrés”. Álvaro asintió indulgentemente. Carlos, el primo de Alicia, dio un bufido y le dijo a Andrés: –Amigo, tienes mucho que aprender acerca de las mujeres. Estás bromeando con la persona equivocada. –Alicia no es una feminista –protestó Andrés. Alicia tuvo que reconocer que estaba de acuerdo con él. Su manera de ser no representaba una ideología para ella. Ella conocía su propio valor y sabía que otras mujeres anteriores a ella habían trabajado duro para que hombres como los de la escuela y los de las juntas de zonificación de la ciudad, le prestaran atención a una mujer joven como ella y le permitieran hablar de temas relativos al patio de recreo. Ella estaba agradecida por todo eso. Esta manera suya de ver las cosas había nacido en su familia donde el respeto de su padre hacia su madre siempre había sido obvio e incuestio - nable, y el respeto de su padre por la mente y el corazón de Alicia siempre había sido patente. Sus padres le habían enseñado desde pequeña que ella era más que una cara y un cuerpo bonito. Alicia tenía la impresión de que a muchas “feministas” no le gustaban los hombres y eso no es lo que ella sentía. De hecho, dejó vagar sus ojos y posó una mirada ensoñadora en Álvaro al otro lado de la sala. Su primo Carlos le empujó levemente la espalda para hacerle notar que la profesora la estaba mirando. Sonia miró a Alicia, Andrés y Carlos y preguntó: –¿Algún problema? –No –dijeron Alicia y Andrés al mismo tiempo, sonando muy graciosos. Toda la clase se rió y Sonia sonrió. –Bien –dijo ella con tono divertido, pero con una leve nota de advertencia en su voz. –Este curso va a tratar sobre el liderazgo. Yo daré las clases la mayoría de las veces, pero de vez en cuando contaremos con oradores invitados. –¿Como quién? –preguntó Andrés. –Oh, un tal profesor Miguel, entre otros. La clase estalló en aplausos. Miguel había sido un maestro muy popular. Ahora era director de una escuela en otro lugar de la ciudad, hecho que tenía algo que ver con que él y Sonia estuvieran comprometidos. Andrés, que jamás se había reprimido, levantó su mano y preguntó:
–¿Cómo es que a usted y a su prometido no se les permite enseñar en
la misma escuela? Sonia le pidió a Andrés que esperara la respuesta hasta que terminara de repartir el programa de estudios del curso y comentara los estándares de las calificaciones. –Bueno –dijo una vez tratados los asuntos del primer día de clases–, como ya saben, el profesor Miguel es ahora director y nuestros superviso - res pensaron que sería difícil para él ser objetivo si ambos trabajábamos en la misma escuela. Encogiéndose de hombros agregó: –Siempre hemos intentado ser lo más justos posible en nuestra vida profesional, pero las reglas son las reglas. –¿Qué significa exactamente ser “objetivo”? –preguntó Carlos. Mariana su amiga le dio un codazo en la espalda y dijo: –Tú sabes lo que significa.
–Lo sé a medias, pero quiero saberlo mejor –insistió Carlos.
–Significa mirar las cosas sin involucrar tus propias emociones, ideas y prejuicios –explicó Sonia–. No siempre es fácil ser objetivo, especialmen - te con la gente que quieres, pero definitivamente es algo por lo que hay que esforzarse. Generalmente en las democracias avanzadas, no se ve con buenos ojos cuando personas en altos cargos designan a miembros de su familia para otros cargos de importancia. Se piensa que la persona con mayor mérito, y no con las mejores conexiones familiares, debería obtener la posición para servir de mejor manera al interés público. –Miguel sería un director genial –opinó suspirando Álvaro, que había tenido muchos encontrones con otros directores. Miguel era una de las pocas figuras de autoridad, además de los entrenadores, que le habían dado una oportunidad a Álvaro, “el Salvaje”. Él hubiera deseado que Miguel regresara a la escuela como director. Sonia dijo lealmente: –Nosotros también tenemos un buen director aquí. Me siento orgullosa y feliz de trabajar con el señor Pérez. Ahora que ya tenían dieciséis años, los alumnos poseían un “radar” extremadamente agudo para percibir la hipocresía en los adultos. Ellos aceptaron las leales palabras de Sonia porque notaron que eran sinceras. Aunque también sabían que el señor Pérez no era muy apreciado. Como presintiendo sus dudas, Sonia murmuró: –Los líderes necesitan de nuestro apoyo para actuar de la mejor manera posible. No podemos esperar que ellos realicen todo el trabajo sin nuestro respetuoso aporte. Lo mismo sucede con sus padres. Ellos llevan una carga muy pesada y necesitan el apoyo y el aporte de cada uno de ustedes para poder ser mejores líderes en sus familias. Hubo murmullos en el salón con respecto a este tema también. Muchos sentían que sus padres deberían hacer un mejor trabajo como líderes de sus familias. –¿Por qué no lo intentan? –sugirió Sonia–. Procuren darles a sus padres un poco más de apoyo, observen si se ablandan y se vuelven mejores y más comprensivos líderes. De hecho, esa será la tarea para la casa. Carlos se quejó: –Se supone que no debe darnos tarea para la casa en el ¡primer día de clases! Sonia sonrió: –Y ustedes deberían realizar este tipo de “tarea para la casa” todos los días. Sonrientes y comentando el chiste poco gracioso de Sonia, los estudiantes salieron del salón para ir a su próxima clase.
Escucha ahora la explicación del profesor
La objetividad y el nivel espiritual del ser humano
Un buen líder sabe decidir con justicia y para ello un elemento clave es la capacidad de evaluar las situaciones con objetividad. En este primer capítulo se comentan las cualidades de Miguel como líder y lo conveniente que resulta que no trabaje en la misma escuela que su prometida. Ya que la cercanía afectiva con Sonia podría afectar cualquier juicio respecto a ella en caso de conflicto. Un juicio objetivo es aquél que se puede llevar a cabo cuando la persona está correctamente integrada en lo espiritual (mente), psicológico (emocional) y físico (conducta). O lo que vendría a ser: Nivel espiritual: La mente Nivel sicológico: El corazón Nivel físico: La mano Es así que lo que sentimos influye en nuestro pensamiento y si el sentimiento es muy intenso puede llegar a distorsionar nuestro juicio. Las opiniones subjetivas a menudo se basan en las emociones o en los sentimientos. Un ejemplo que puede resultar cercano a los alumnos sería: imaginen que uno de sus padres es nombrado director del colegio: ¿cómo se sentirían ellos? ¿cómo reaccionarían sus amigos? ¿Qué pasaría en una situación de conflicto en la que el director es criticado o aplica un castigo grave? Algunos podrían interpretar algunas actitudes del director hacia su hijo como favoritismo o, justamente por ser su hijo, el director seria particularmente duro con él para evitar murmuraciones. Resumiendo, la objetividad demanda una distancia afectiva que permita elaborar juicios racionales que describan la realidad tal como es y no como uno “siente” o quisiera que fuera. Hágales notar que usualmente es difícil ser objetivo cuando se trata de gente que amamos.
Actividades de refuerzo
Los padres son líderes
Cuando se trata de buscar ejemplo de líderes solemos remitirnos a personajes conocidos a nivel mundial y hablar de sus obras sin tomar en cuenta que tenemos líderes más cercanos e importantes para nuestras vidas. Nos referimos a los padres, quienes lideran el hogar y asumen día a día el reto de administrar las necesidades de la familia y velar por el cumplimiento de las mismas. Es un trabajo difícil, basta con ponerse en el lugar de ellos y preguntarnos: cuando hemos ocupado el liderazgo en una actividad ¿ha sido fácil? ¿fue todo gloria y honor? o ¿significó un aumento de trabajo, asumir complicaciones, resolver dificultades, encarar problemas? Ser líder no significa sólo tener privilegios, el líder es sobre todo la persona responsable de llevar a cabo un proyecto que compromete las necesidades de otras personas y eso significa una gran responsabilidad. ¿Qué tan buenos seguidores son los hijos de sus padres? Hemos visto que una de las cualidades de un líder exitoso es ser un seguidor leal, porque el seguidor leal cuando entiende que el liderazgo es positivo no duda en seguir a su líder. Los padres son los líderes de su familia y, tal como todas las posiciones de liderazgo, se trata de un trabajo difícil. Los hijos son los llamados a colaborar con los padres en su tarea de cuidar a la familia por tanto el seguirlos, más que un acto de sumisión, es un acto de inteligencia y responsabilidad ya que el apoyarlos los llevará al bienestar personal y familiar. Las buenas actitudes, el servicio y la disponibilidad contribuyen a mejorar el liderazgo de los padres y van forjando en los hijos cualidades que en un futuro los convertirán en buenos líderes.
Resumen
Un buen líder es un buen seguidor
Sonia, como profesora del curso de liderazgo, evidencia a los alumnos una de las actitudes que debe tener un buen líder: la lealtad. A pesar de que la clase reconoce en Miguel un buen líder no deja de apoyar al director actual afirmando con honestidad su satisfacción y orgullo por contar con un buen director. Sonia no olvida su puesto de trabajo y sabe ser fiel al equipo al que pertenece. Esta cualidad es una de las actitudes que caracterizan a todo buen líder ya que el buen líder busca el beneficio del grupo y por tanto respeta y sabe seguir las pautas o normas que lo benefician. Una manera de corroborar esta afirmación es preguntando a los alumnos si creen que su leal defensa a favor del Sr. Pérez es indicio de una buena relación de trabajo con él, a pesar de que no pueda contar con Miguel como director, que sería su opción favorita.