Sesión 1: ¿Qué concepto tengo de Mí?

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PROPÓSITO

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El propósito de la sesión es fortalecer la personalidad del estudiante.

INTRODUCCIÓN

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¿Qué piensas de ti? ¿Te miras al espejo y te aceptas? Veamos qué nos dice el tema. El concepto que cada uno de nosotros tiene de sí mismo consiste en quién y qué pensamos que somos. Generalmente, todos tenemos una idea más o menos clara de quiénes somos; de nuestras características físicas y psicológicas; de nuestras virtudes y deficiencias; de nuestra personalidad en general. Algunas de estas ideas son positivas, algunas son negativas, pero siempre influyen, ya sea consciente o inconscientemente, en nuestra manera de ser y presentarnos ante el mundo.

ECHA UN VISTAZO

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Según Silvia La Cruz, en su artículo “¿Qué concepto tengo sobre mí mismo?”, el autoconcepto es la imagen que tengo sobre mí mismo y la capacidad de “autorreconocerme”. No es algo innato, es fruto de nuestras experiencias y la imagen percibida o proyectada de los demás. Probablemente, la valoración sobre mí mismo varíe en función del contexto en el que me encuentre, es decir, el rol que adopte: con mi familia, en el ámbito laboral, con los amigos, con mi pareja… Y, por ello, nos comportamos de forma distinta. En ocasiones, nuestro comportamiento se ve afectado por lo que la gente espera de nosotros, y en otras nos sentimos más libres y somos nosotros mismos.

Existen tres niveles de autoconcepto:

Nivel Cognitivo: Lo que pensamos de nosotros mismos. Nuestras ideas, opiniones, valores, creencias, la percepción y cómo procesamos la información exterior.

Nivel Emocional: Cómo nos sentimos con nosotros mismos. La valoración sobre lo “agradable” y “desagradable” de nuestra personalidad.

Nivel Conductual: Decisión de llevar a cabo un comportamiento. Lo que decidimos en función de lo que creemos (de nuestras creencias). Ejemplo: me pongo en contacto continuamente con mis amigos porque para mí la amistad es importante.

El autoconcepto es variable. Nuestras experiencias, nuestras creencias y valores cambian, por ello, es posible que el concepto que tenemos de nosotros mismos también cambie. ¿Tienes la misma visión de ti mismo hoy que hace diez años? Es importante reflexionar sobre cómo nos percibimos a nosotros mismos y preguntarnos si es así cómo queremos vernos. No se trata simplemente de unas cualidades físicas; engloba nuestras aptitudes, nuestras motivaciones, nuestros valores, etc.

Realizar un primer “escáner” de nosotros mismos servirá para entender mejor nuestro comportamiento.

CONÉCTATE

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Ciertamente, el concepto que tenemos de nosotros mismos afecta en nuestro comportamiento porque es parte del núcleo central de nuestra personalidad, pero ¿cómo y cuándo nos formamos este concepto? Pues bien, en la infancia empezamos a formar nuestro carácter y, por ende, vamos acumulando ideas sobre nosotros mismos a través de la información que recibimos del ambiente y de las personas con quienes interactuamos, principalmente, los padres, profesores, compañeros, etc. Cada palabra o estímulo significativo en nuestra vida nos ha dejado huella en nuestra imagen de nosotros mismos; así, por medio de las experiencias vividas, nuestra personalidad y la idea de quiénes somos se han formado.

Como vemos, tenemos en nuestra mente una carta de presentación ante el mundo y es el concepto de nosotros mismos, que no fue heredado, sino aprendido; esto depende de la familia donde hemos crecido, si en casa nos tratamos con respeto, somos colaboradores, unidos y celebramos en familia los acontecimientos importantes, nos reunimos con frecuencia para los momentos de las comidas y somos espontáneos al expresar las emociones vividas durante el día, sabemos expresar abiertamente el cariño en familia, entonces el concepto que tenemos sobre nosotros será equilibrado, sin exageraciones.

La mayoría de las veces el concepto de nosotros mismos está distorsionado. Lo podemos observar cuando lo que pensamos no tiene congruencia con lo que decimos y lo que decimos no tiene congruencia con lo que hacemos. Muchas veces, nuestra idea respecto a nosotros mismos no tiene parecido con lo que los demás piensan de nosotros, esto quiere decir que esas ideas se han formado a partir de fantasías, ya que no reflejan la realidad de nuestro comportamiento. En todo caso, la solución a esta problemática tiene que ver con la disposición de revisar nuestros pensamientos y comportamientos, y reflexionar si verdaderamente son congruentes; necesitamos enfrentar la realidad cuando la imagen que supuestamente presentamos ante el mundo tiene poco que ver con lo que el mundo percibe de nosotros.

REFUERZA

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El autoconcepto que tengamos de nosotros mismos repercute en nuestra forma y manera de ser. Veamos el siguiente video:

Qué es el autoconcepto y cómo se forma: https://www.youtube.com/watch?v=ceBRo6jgEOs&t=13s

¿Estás de acuerdo que la autoestima es lo único para tener un buen autoconcepto?

¿Qué será la autopercepción?

¿Por qué crees que a medida que envejece la persona su autopercepción se vuelve más organizada?

¿Qué imagen tienes de ti mismo?, ¿crees que se puede conversar sobre ello?

¿Cuál es tu “yo ideal” o cómo te gustaría ser?

ATERRIZA

Podemos decir que para tener un buen autoconcepto depende de muchas variables:

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COMPARTE

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Responde de manera personal estas preguntas y conversa sobre ellas con la persona con quien más confianza tengas.

¿Qué concepto tienes de ti mismo?

¿Tu tendencia es sentirte superior o inferior a los demás?

¿Crees que estás logrando obtener buenas notas por tu propio esfuerzo?

Cuando te miras al espejo, ¿qué piensas de ti?

¿Sabes cuáles son tus puntos fuertes y cuáles son los puntos débiles?

Invito a que te autodescribas en el aspecto intelectual, emocional, conductual y físico.

Si lograste responder todas estas preguntas, te reto a que ayudes al compañero que más lo necesita.