Diferencia entre revisiones de «Sesión 5: El poder del cariño»

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== Lectura ==
== Lectura ==


'''WONDERSHARE FILMORA:''' Es un programa de edición de vídeo para que cualquier usuario aprende a utilizarlo de manera rápida y sencilla 
Mientras tanto la vida no se simplificaba para las emociones
 
de Elena.
Era tradicional que después de clases se juntaran en la puerta del
colegio alumnos de otros colegios que, por terminar antes, se daban su
«vuelta» para conversar. Claro que estas apariciones no eran casuales.
Como quiera que fuera, para Elena era una rutina tener que caminar un
poco a los empujones para pasar la puerta. Pero ese día algo fue distinto.
–¡Oye, Elena, mira quién está ahí! –le dijo Betty al oído mientras salían.
Era cierto, «ahí» estaba el chico del lago, hablando despreocupadamente con Paco y Alberto, dos compañeros de curso de las chicas. Al verlo
Elena sintió que los colores se le subían a la cabeza. Deseó que no se le
notara. No sabía cómo actuar. En un momento él la vio pero no se movió,
simplemente sonrió levemente y con una inclinación muy leve de cabeza
la saludó. Ella instintivamente respondió el saludo. Sin apurar el paso y
tratando de disimular la emoción, se alejó. El corazón le latía muy fuerte.
Llegó a su casa y no sabía qué pensar. Definitivamente el chico le
gustaba. ¿Habría ido por ella a la puerta de la escuela? Se notaba que era
amigo de los otros. De alguna manera le parecía conocido, de antes, pero
no lograba recordar si era uno de los alumnos que había sido un problema
unos años antes. ¿Realmente la había saludado, o era su idea? Todo dio
vueltas en su cabeza buena parte de la tarde.
Por su parte Andrés también pasó el resto de esa semana pensando en
su incursión al colegio de Elena. Lamentaba no haberla abordado, pero en
el momento no supo qué decirle. Además no quería mostrar que estaba allí
por ella. En fin, no supo cómo actuar. Pero ella lo vio. Hasta podía asegurar
que le había respondido el saludo. ¡Qué contento estaba esa tarde!
Al día siguiente, mientras se acercaban a la clase de Liderazgo y Personalidad, se lo comentó a Juan, uno de sus grandes amigos.
–A ver si entiendo, jefe –le puso en blanco y negro su compañero–.
Dices que ella estaba en el lago el sábado que fuiste a cabalgar. La viste, te
quisiste hacer el listo y casi te partes la cabeza. Con lo cual ella se murió de
risa. O sea, hiciste el payaso.
–Todo excepto lo último –confirmó Andrés–, que es tu apreciación.
–Y el miércoles fuiste a la salida del colegio, «casualmente», a ver a
Paco y Alberto –continuó Juan–. «Casualmente» te la cruzaste.
–Así es –respondió Andrés buscando no dar a entender que le
interesaba.
–Y «casualmente» solamente moviste la cabeza cuando la viste... –
completó su amigo, quien al haber comprobado que había entendido
bien no tuvo más remedio que alzar las manos y mirar al cielo–. ¡Creo que
eres un fracaso, hermano! Así jamás vas a llegar a nada.
Y agregó con sarcasmo al tomar su puesto en el aula:
–¡Buen comienzo!
–Suerte que eres mi amigo –dijo Andrés simulando fastidio.
Mientras cuchicheaban Sonia había comenzado a hablar.
–En las semanas pasadas hemos hablado de liderazgo en el peligro,
liderazgo en la pareja, familia, empresa y creo que ya tenemos bien
plasmada la idea de la confiabilidad y el empeño para ser exitoso en
cualquier campo de la vida. Hoy quisiera entrar en algo práctico, viendo
una cantidad de comentarios. El asunto de la libertad sexual todavía se ve
que está sin aclarar bien. Por eso he traído el data-display para ver algunas
cosas puntuales. Para empezar el tema de hoy quisiera que me dijeran qué
creen que es una caricia –desafió Sonia.
–Es un gesto que le hacemos a alguien que queremos, ¿no? –contestó
una de las chicas.
–Así es –dijo la profesora–. Es una muestra de cariño, un gesto,
como bien dijo Cintia. Por la caricia alguien que quiere a otra persona le
demuestra su afecto y entre ellos se fortalece el vínculo.
Prendió el aparato y las diapositivas estaban proyectadas por el data
display de fondo. En este caso se trataba de un bebé en manos de su mamá,
viéndose mutuamente.
–Las caricias son un código de comunicación muy efectivo y necesario
entre los padres y sus bebés –explicó Sonia–. Estudios científicos han
demostrado que un niño pequeño sin caricias no se desarrolla bien y
puede llegar incluso a morir de causas físicamente inexplicables.
Vean este cuadro bastante usual de la mama y su bebe, mirándose.
Hay algo incluso misterioso en el valor de la mirada. Ahora se sabe que
la mirada de la madre a los ojos del bebe y el amor que se trasmite en
esa mirada tiene un efecto de estimulación del cerebro del bebe; y esta
estimulación produce el crecimiento de los lóbulos límbicos. A la vez que
produce estas neuronas del cerebro del bebe, simultaneamente desencadenan la producción de endorfinas y dopaminas que causan mucho placer
a ambos. Las madres y bebes se quedan así por ratos largos, mientras ella
le da de comer, lo limpia… o simplemente se miran porque sí produciendo
estos sistemas cerebrales en el bebe. El hecho es que si no tuviera durante los primeros meses este intercambio constante con la madre, el niño no
tendría nunca el desarrollo del sistema límbico y por tanto estaría limitado
en su capacidad de crear vínculos de amor, como también de conocerse a
sí mismo, o sus sentimientos. Así es que la caricia es importante, y la mirada
amorosa también.
Luego pasó a una fotografía donde se veía a un niño y una niña de
unos nueve años.
–Durante nuestro crecimiento las caricias van tomando, como si
dijéramos, un valor diferente –continuó la profesora–. Cuando niños y
niñas están en la edad de la escuela primaria suelen ser un poco más independientes de las caricias de los padres, siempre siguen por el amor de la
madre… aunque como sabemos, los varones protesten cuando las reciben
delante de su pandilla.
Aquí y allá se escuchó una tímida risa entre varias de las chicas y unos
gruñidos de los varones.
–Cuando llegan a la adolescencia tanto chicos como chicas quieren
saber muy poco de las caricias de sus padres –les dijo Sonia mientras a sus
espaldas aparecía una muy graciosa foto de un chico de unos catorce años,
claramente adolescente, tratando de huir de un cariñoso pero al mismo
tiempo incómodo intento de abrazo de parte de su madre.
La imagen era cómica y causó la risa de los muchachos.
–Bien, pasamos a una etapa más delicada –dijo la profesora–. En la
adolescencia, con los noviazgos o pseudo-noviazgos entre adolescentes,
las caricias pasan a darse entre chicos y chicas.
La imagen mostraba a dos adolescentes de la mano.
–Las caricias son algo que a los novios les gusta mucho, naturalmente –continuó Sonia–Cuando un noviazgo empieza, los novios están
«encantados» por el enamoramiento. Es tan grande lo que sienten que
quieren expresarlo mediante caricias. Esto es parte del irse conociendo y
anticipa de alguna manera la entrega a la que se preparan. Hay caricias
físicas… las que conocemos como tal y que actúan sobre el nivel corporal. Y
hay caricias de actuaciones… esos gestos de consideración o generosidad
que actúan directamente sobre el nivel emocional y espiritual. Como
sabemos, las caricias corporales actúan desde lo físico hacia lo emocional;
es decir, en nuestra pirámide, de abajo hacia arriba.
Sucede que, nos demos cuenta o no, los gestos exteriores pueden
sacarnos del camino hacia el amor en lugar de introducirnos en él. Estos
gestos son tan placenteros que pueden captar demasiado nuestra atención
y desviarnos del amor mismo. Por nuestra naturaleza toda expresión de
cariño, aun las superficiales, nos encantan e ilusionan, haciéndonos perder
objetividad.
–No veo cuál sea el problema –dijo con casi brutal sinceridad un
muchacho alto que nunca se sacaba la gorra.
Sonia sonrió. Le gustaba que los muchachos fueran directos.
–Lo más importante que una persona tiene es su interior –respondió–.
El cuerpo también es importante, pero siempre en la medida en que expresa
el interior. Si un gesto o un deseo se queda en la superficie, no conduce al
amor y más bien te aleja de él. Si en la relación con mi novio o con mi novia
lo único que importa es lo «bien» que me pueda hacer «sentir» por ser muy
mimoso o cariñoso, entonces difícilmente buscaremos conocer más de él
o de ella. Cada caricia reemplazará esa función con la búsqueda de una
«satisfacción» placentera cada vez mayor. Entonces lo único importante
seré «yo» y mi propia satisfacción. Y todo queda en el nivel físico.
–¿Cómo se debe actuar? Imagino que quieres decir que aunque la
pareja se quiera mucho hay un límite… –preguntó Cintia.
–Mira la siguiente diapositiva –dijo Sonia para responder–. Es una cita:
Lo fundamental no es hasta dónde se puede llegar, sino de dónde hay
que partir. Si tomas a la otra persona como un medio para satisfacer tu
avidez erótica te equivocas desde el principio.
–O sea… –insistió la alumna.
–Que tenemos que ser muy honestos –resumió la
profesora–. Miren: si no hay honestidad, nada de lo que
les pueda estar diciendo servirá de mucho. Primero tienen
que ser honestos con ustedes mismos y exigirle al otro
que también lo sea. La honestidad les costará algunos
sacrificios, pero vale la pena. Así se cuidarán constantemente uno al otro y a sí mismos… y no sólo en el plano
sexual.
–Pero, ¿es bueno «controlar» al amor? –preguntó
nuevamente el muchacho de la gorra.
–El amor no se controla, la pasión sí, Arturo –respondió Sonia–. Los
impulsos que no tienen nada que ver con tu inteligencia y tu voluntad,
ni tu capacidad de compromiso, dejados a su antojo, te impiden llegar a
amar. Si realmente eres honesto tus acciones dirán: te quiero por lo que
hay en tu interior más que por lo bien que me haces sentir. O, en otro
caso, tus acciones dirán: me gustas y me das placer, aunque no me
importa mucho quien eres en tu interior. Ahora bien, si no quieres ser
honesto… bueno, poco de lo que aquí digamos te va a parecer bien. Cada
uno es libre de forjar el carácter que desee. Aquí solo intentamos mostrar
caminos más directos para conformarla mejor y para integrar tu carácter
de tal forma que seas una persona que sabe y se conoce como confiable.
–Entonces en concreto, ¿qué podemos hacer? –preguntó Sonia, más
interesada en propuestas que en debatir.
–Lo principal es la sinceridad, el respeto de la persona y saber qué en
realidad es lo que están buscando. Si el beso o las caricias son simplemente
para sentirse bien, ¡olvídenlo!, eso no es amor sino otra cosa meramente
física. Pero además es bueno recordar que el cariño de verdad se puede
expresar de muchas otras maneras: los gestos de deferencia y delicadeza,
las ayudas, y… no están del todo pasados de moda… las flores, un poema,
una canción, llevar una serenata... e incluso gestos más exigentes, como
acompañar al otro en una enfermedad o respetar si la novia o el novio
tienen que estudiar y pequeños sacrificios por el estilo. No quiero que
vuelvan los «otros tiempos», pero sí me parece genial que no se pierda el
romanticismo que es la caricia emocional. También es parte de la magia del
amor... El amor romántico involucra los niveles emocionales y espirituales
de la inteligencia y la voluntad. Y el bailar: ¿sabían? Cuando los muchachos
y muchachas no tenían la libertad de estar solos, ni de expresarse corporalmente todo el ardor y el amor que se tenían, el cariño, etc., se necesitaba
más inventiva y era muy divertido. Los bailes “pegados” siempre fueron una
manera excelente de estar bien cerca y ver que tal lidera el hombre y como sigue la mujer ¡las piruetas que el inventaba! Simbólicamente era muy útil!
Todavía me encanta bailar… no sola, sino con “una persona especial”.
Hubo risas y comentarios varios entre los alumnos hasta que Gustavo,
muy serio, preguntó en tono desafiante:
–Pero se puede expresar todo eso con relaciones sexuales, ¿no?
Todos voltearon a verlo un poco conmocionados por la dureza del
desafío. Entonces Álvaro vio a Alicia. No sabía si estaba emocionado por
lo extraño de la situación o por la presencia de la chica. Un poco para
disimular y otro poco para ver qué contestaba Sonia, volteó inmediatamente y fijó su mirada en la profesora que se había quedado pensando.
Pero Alicia no lo miraba a él: vio como Lucía salía casi corriendo del
salón.


[[Archivo:niña2.JPG|thumb|200px]]
[[Archivo:niña2.JPG|thumb|200px]]


== Escucha ahora la explicación del profesor ==
== Escucha ahora la explicación del profesor ==

Revisión del 14:58 9 ago 2021

Computadora 1.JPG


PROPÓSITO El estudiante aprende cuales son las requerimientos mínimas para la instalación de programa a utilizar en clase para la edición de los vídeos.

Introducción



¿Cuales son las características mínimas para que el programa funcione? Lo primero que se debe de ver son los requerimientos mínimos que el programa requiere y de esta manera el programa se ejecute de manera optima en el ordenador.


Lectura

Mientras tanto la vida no se simplificaba para las emociones de Elena. Era tradicional que después de clases se juntaran en la puerta del colegio alumnos de otros colegios que, por terminar antes, se daban su «vuelta» para conversar. Claro que estas apariciones no eran casuales. Como quiera que fuera, para Elena era una rutina tener que caminar un poco a los empujones para pasar la puerta. Pero ese día algo fue distinto. –¡Oye, Elena, mira quién está ahí! –le dijo Betty al oído mientras salían. Era cierto, «ahí» estaba el chico del lago, hablando despreocupadamente con Paco y Alberto, dos compañeros de curso de las chicas. Al verlo Elena sintió que los colores se le subían a la cabeza. Deseó que no se le notara. No sabía cómo actuar. En un momento él la vio pero no se movió, simplemente sonrió levemente y con una inclinación muy leve de cabeza la saludó. Ella instintivamente respondió el saludo. Sin apurar el paso y tratando de disimular la emoción, se alejó. El corazón le latía muy fuerte. Llegó a su casa y no sabía qué pensar. Definitivamente el chico le gustaba. ¿Habría ido por ella a la puerta de la escuela? Se notaba que era amigo de los otros. De alguna manera le parecía conocido, de antes, pero no lograba recordar si era uno de los alumnos que había sido un problema unos años antes. ¿Realmente la había saludado, o era su idea? Todo dio vueltas en su cabeza buena parte de la tarde. Por su parte Andrés también pasó el resto de esa semana pensando en su incursión al colegio de Elena. Lamentaba no haberla abordado, pero en el momento no supo qué decirle. Además no quería mostrar que estaba allí por ella. En fin, no supo cómo actuar. Pero ella lo vio. Hasta podía asegurar que le había respondido el saludo. ¡Qué contento estaba esa tarde! Al día siguiente, mientras se acercaban a la clase de Liderazgo y Personalidad, se lo comentó a Juan, uno de sus grandes amigos. –A ver si entiendo, jefe –le puso en blanco y negro su compañero–. Dices que ella estaba en el lago el sábado que fuiste a cabalgar. La viste, te quisiste hacer el listo y casi te partes la cabeza. Con lo cual ella se murió de risa. O sea, hiciste el payaso. –Todo excepto lo último –confirmó Andrés–, que es tu apreciación. –Y el miércoles fuiste a la salida del colegio, «casualmente», a ver a Paco y Alberto –continuó Juan–. «Casualmente» te la cruzaste. –Así es –respondió Andrés buscando no dar a entender que le interesaba. –Y «casualmente» solamente moviste la cabeza cuando la viste... – completó su amigo, quien al haber comprobado que había entendido bien no tuvo más remedio que alzar las manos y mirar al cielo–. ¡Creo que eres un fracaso, hermano! Así jamás vas a llegar a nada. Y agregó con sarcasmo al tomar su puesto en el aula: –¡Buen comienzo! –Suerte que eres mi amigo –dijo Andrés simulando fastidio. Mientras cuchicheaban Sonia había comenzado a hablar. –En las semanas pasadas hemos hablado de liderazgo en el peligro, liderazgo en la pareja, familia, empresa y creo que ya tenemos bien plasmada la idea de la confiabilidad y el empeño para ser exitoso en cualquier campo de la vida. Hoy quisiera entrar en algo práctico, viendo una cantidad de comentarios. El asunto de la libertad sexual todavía se ve que está sin aclarar bien. Por eso he traído el data-display para ver algunas cosas puntuales. Para empezar el tema de hoy quisiera que me dijeran qué creen que es una caricia –desafió Sonia. –Es un gesto que le hacemos a alguien que queremos, ¿no? –contestó una de las chicas. –Así es –dijo la profesora–. Es una muestra de cariño, un gesto, como bien dijo Cintia. Por la caricia alguien que quiere a otra persona le demuestra su afecto y entre ellos se fortalece el vínculo. Prendió el aparato y las diapositivas estaban proyectadas por el data display de fondo. En este caso se trataba de un bebé en manos de su mamá, viéndose mutuamente. –Las caricias son un código de comunicación muy efectivo y necesario entre los padres y sus bebés –explicó Sonia–. Estudios científicos han demostrado que un niño pequeño sin caricias no se desarrolla bien y puede llegar incluso a morir de causas físicamente inexplicables. Vean este cuadro bastante usual de la mama y su bebe, mirándose. Hay algo incluso misterioso en el valor de la mirada. Ahora se sabe que la mirada de la madre a los ojos del bebe y el amor que se trasmite en esa mirada tiene un efecto de estimulación del cerebro del bebe; y esta estimulación produce el crecimiento de los lóbulos límbicos. A la vez que produce estas neuronas del cerebro del bebe, simultaneamente desencadenan la producción de endorfinas y dopaminas que causan mucho placer a ambos. Las madres y bebes se quedan así por ratos largos, mientras ella le da de comer, lo limpia… o simplemente se miran porque sí produciendo estos sistemas cerebrales en el bebe. El hecho es que si no tuviera durante los primeros meses este intercambio constante con la madre, el niño no tendría nunca el desarrollo del sistema límbico y por tanto estaría limitado en su capacidad de crear vínculos de amor, como también de conocerse a sí mismo, o sus sentimientos. Así es que la caricia es importante, y la mirada amorosa también. Luego pasó a una fotografía donde se veía a un niño y una niña de unos nueve años. –Durante nuestro crecimiento las caricias van tomando, como si dijéramos, un valor diferente –continuó la profesora–. Cuando niños y niñas están en la edad de la escuela primaria suelen ser un poco más independientes de las caricias de los padres, siempre siguen por el amor de la madre… aunque como sabemos, los varones protesten cuando las reciben delante de su pandilla. Aquí y allá se escuchó una tímida risa entre varias de las chicas y unos gruñidos de los varones. –Cuando llegan a la adolescencia tanto chicos como chicas quieren saber muy poco de las caricias de sus padres –les dijo Sonia mientras a sus espaldas aparecía una muy graciosa foto de un chico de unos catorce años, claramente adolescente, tratando de huir de un cariñoso pero al mismo tiempo incómodo intento de abrazo de parte de su madre. La imagen era cómica y causó la risa de los muchachos. –Bien, pasamos a una etapa más delicada –dijo la profesora–. En la adolescencia, con los noviazgos o pseudo-noviazgos entre adolescentes, las caricias pasan a darse entre chicos y chicas. La imagen mostraba a dos adolescentes de la mano. –Las caricias son algo que a los novios les gusta mucho, naturalmente –continuó Sonia–Cuando un noviazgo empieza, los novios están «encantados» por el enamoramiento. Es tan grande lo que sienten que quieren expresarlo mediante caricias. Esto es parte del irse conociendo y anticipa de alguna manera la entrega a la que se preparan. Hay caricias físicas… las que conocemos como tal y que actúan sobre el nivel corporal. Y hay caricias de actuaciones… esos gestos de consideración o generosidad que actúan directamente sobre el nivel emocional y espiritual. Como sabemos, las caricias corporales actúan desde lo físico hacia lo emocional; es decir, en nuestra pirámide, de abajo hacia arriba. Sucede que, nos demos cuenta o no, los gestos exteriores pueden sacarnos del camino hacia el amor en lugar de introducirnos en él. Estos gestos son tan placenteros que pueden captar demasiado nuestra atención y desviarnos del amor mismo. Por nuestra naturaleza toda expresión de cariño, aun las superficiales, nos encantan e ilusionan, haciéndonos perder objetividad. –No veo cuál sea el problema –dijo con casi brutal sinceridad un muchacho alto que nunca se sacaba la gorra. Sonia sonrió. Le gustaba que los muchachos fueran directos. –Lo más importante que una persona tiene es su interior –respondió–. El cuerpo también es importante, pero siempre en la medida en que expresa el interior. Si un gesto o un deseo se queda en la superficie, no conduce al amor y más bien te aleja de él. Si en la relación con mi novio o con mi novia lo único que importa es lo «bien» que me pueda hacer «sentir» por ser muy mimoso o cariñoso, entonces difícilmente buscaremos conocer más de él o de ella. Cada caricia reemplazará esa función con la búsqueda de una «satisfacción» placentera cada vez mayor. Entonces lo único importante seré «yo» y mi propia satisfacción. Y todo queda en el nivel físico. –¿Cómo se debe actuar? Imagino que quieres decir que aunque la pareja se quiera mucho hay un límite… –preguntó Cintia. –Mira la siguiente diapositiva –dijo Sonia para responder–. Es una cita: Lo fundamental no es hasta dónde se puede llegar, sino de dónde hay que partir. Si tomas a la otra persona como un medio para satisfacer tu avidez erótica te equivocas desde el principio. –O sea… –insistió la alumna. –Que tenemos que ser muy honestos –resumió la profesora–. Miren: si no hay honestidad, nada de lo que les pueda estar diciendo servirá de mucho. Primero tienen que ser honestos con ustedes mismos y exigirle al otro que también lo sea. La honestidad les costará algunos sacrificios, pero vale la pena. Así se cuidarán constantemente uno al otro y a sí mismos… y no sólo en el plano sexual. –Pero, ¿es bueno «controlar» al amor? –preguntó nuevamente el muchacho de la gorra. –El amor no se controla, la pasión sí, Arturo –respondió Sonia–. Los impulsos que no tienen nada que ver con tu inteligencia y tu voluntad, ni tu capacidad de compromiso, dejados a su antojo, te impiden llegar a amar. Si realmente eres honesto tus acciones dirán: te quiero por lo que hay en tu interior más que por lo bien que me haces sentir. O, en otro caso, tus acciones dirán: me gustas y me das placer, aunque no me importa mucho quien eres en tu interior. Ahora bien, si no quieres ser honesto… bueno, poco de lo que aquí digamos te va a parecer bien. Cada uno es libre de forjar el carácter que desee. Aquí solo intentamos mostrar caminos más directos para conformarla mejor y para integrar tu carácter de tal forma que seas una persona que sabe y se conoce como confiable. –Entonces en concreto, ¿qué podemos hacer? –preguntó Sonia, más interesada en propuestas que en debatir. –Lo principal es la sinceridad, el respeto de la persona y saber qué en realidad es lo que están buscando. Si el beso o las caricias son simplemente para sentirse bien, ¡olvídenlo!, eso no es amor sino otra cosa meramente física. Pero además es bueno recordar que el cariño de verdad se puede expresar de muchas otras maneras: los gestos de deferencia y delicadeza, las ayudas, y… no están del todo pasados de moda… las flores, un poema, una canción, llevar una serenata... e incluso gestos más exigentes, como acompañar al otro en una enfermedad o respetar si la novia o el novio tienen que estudiar y pequeños sacrificios por el estilo. No quiero que vuelvan los «otros tiempos», pero sí me parece genial que no se pierda el romanticismo que es la caricia emocional. También es parte de la magia del amor... El amor romántico involucra los niveles emocionales y espirituales de la inteligencia y la voluntad. Y el bailar: ¿sabían? Cuando los muchachos y muchachas no tenían la libertad de estar solos, ni de expresarse corporalmente todo el ardor y el amor que se tenían, el cariño, etc., se necesitaba más inventiva y era muy divertido. Los bailes “pegados” siempre fueron una manera excelente de estar bien cerca y ver que tal lidera el hombre y como sigue la mujer ¡las piruetas que el inventaba! Simbólicamente era muy útil! Todavía me encanta bailar… no sola, sino con “una persona especial”. Hubo risas y comentarios varios entre los alumnos hasta que Gustavo, muy serio, preguntó en tono desafiante: –Pero se puede expresar todo eso con relaciones sexuales, ¿no? Todos voltearon a verlo un poco conmocionados por la dureza del desafío. Entonces Álvaro vio a Alicia. No sabía si estaba emocionado por lo extraño de la situación o por la presencia de la chica. Un poco para disimular y otro poco para ver qué contestaba Sonia, volteó inmediatamente y fijó su mirada en la profesora que se había quedado pensando. Pero Alicia no lo miraba a él: vio como Lucía salía casi corriendo del salón.

Escucha ahora la explicación del profesor

REQUERIMIENTOS

  • Sistema Operativo: A partir de Windows 7 en adelantarte. Mac OSX 10.11 o Superior
  • Procesador: Core i3 o superior, 2 GHz o superior
  • RAM: Al menos 4GB de RAM



Actividades de refuerzo

OTRAS FUNCIONES

  • Ajustes de los colores.
  • Detección de escenas.
  • Corregir.
  • Reparar.
  • Efecto en la velocidad.
  • Pantalla Croma.
  • Pantalla partida.
  • Efectos de color.
  • Captura de pantalla de la PC.
  • Estabilizador del video.


Resumen

Hemos aprendido a reconocer los requerimientos mínimos para la instalación y las características de nuestro ordenador

Actividad para la casa

Sé creativa/o y busca los insumos necesarios para la creación del vídeo según el tema tratado en clase.