Diferencia entre revisiones de «Sesión 4: Madurar, el gran reto en la vida»

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== Lectura ==
== Lectura ==


'''WONDERSHARE FILMORA:''' Es un programa de edición de vídeo para que cualquier usuario aprende a utilizarlo de manera rápida y sencilla 
La insistencia de Juan y de Betty sobre el tema del
matrimonio había motivado una discusión generalizada. Habían dos
«bandos»: los que decían que hablar de casarse era una tontería, sobre
todo si incluía esperar para tener relaciones sexuales, y los que defendían
que lo mejor era casarse, aunque en el tema de las relaciones no eran
unánimes.


Betty tenía «aliadas» como Julia. Fue a la primera que buscó para
contarle su entrevista.
–¿Le dijiste que te verías casada? Mira que eres extraña. Cualquiera de
las demás se vería estudiando, trabajando o haciendo cualquier otra cosa.
–¿Y tú? –preguntó de frente Betty.
–Y bueno... yo... – Julia se detuvo, miró con sonrisa cómplice a su amiga
y admitió–. A mí también me gustaría verme casada. Pero no se lo digas
a nadie porque sonaría anticuada pero en realidad sueño con casarme.
No quiero casarme para quedarme todo el día en casa, justamente quiero
casarme para hacer algo en la vida. ¡Siento que puedo dar tanto! Quiero
compartirlo todo. Y sería hermoso hacerlo con alguien que te comprenda
y respete... con un buen esposo.


[[Archivo:niña2.JPG|thumb|200px]]
–Pero los buenos esposos no existen, «querida» –interrumpió Amanda
que estaba escuchando–. No eres tonta por querer casarte, lo eres por
soñar que vas a encontrar «con
quién». Ya te quiero ver en unos
años: gorda, fea, lavando pañales y
atendiendo al susodicho.


–¿Mira quién me dice gorda?–
reaccionó Julia– tal vez estaré un
poco «rellenita» pero no seré nunca
una solterona amargada como tú.
La discusión pasó a gritos...
que terminaron en la dirección
con una llamada de atención del
director.


[[Archivo:Madurez111.PNG|derecha|300px]]
Betty esperó a su amiga a la salida del colegio. En cuanto se juntaron,
Julia comenzó a «hablar» de Amanda:
–¡¿Pero qué se ha creído?! Decirme a mí esas cosas... ya la voy a agarrar
y no le va a quedar ganas de repetirme gorda... –y así se la pasó unas dos
o tres cuadras, mientras su amiga le sostenía los libros y la tranquilizaba.
–¿Porqué le haces caso si sabes que no es verdad...? Además eso no
es lo más importante. ¿No te das cuenta que no sabe de dónde agarrarse
para fastidiarte?
Julia se calmó.
–Tienes razón... ¡pero a veces es tan insoportable!
Cuando ya no tuvo aire se empezó a tranquilizar. Entonces Betty
aprovechó para cambiar de tema.
–Oye, le dije a mi mamá que almorzaría contigo, ¿me invitas? Tengo
algo que quiero que leamos juntas.
–Bueno –contestó Julia.
–En realidad creo que gente como Amanda dicen lo que dicen del
matrimonio porque no saben. Piensan que al casarte pierdes tu libertad o
te vuelves una especie de esclava moderna. No creo que sea así. Claro que
hay que saber elegir, prepararte para que te vaya bien. Muchas tontas se
dejan llevar por el primer tipo que les hace ojitos y luego les va mal. Y claro,
al final la culpa la tiene el matrimonio. O están las que son unas fracasadas
y les resulta más cómodo decir que no hicieron nada en la vida «porque su
esposo no quiso».
–Oye, pero hay hombres que son así.
–Estoy segura que sí. Pero pienso que serán menos si nosotras ponemos
las cosas claras desde el principio. Yo al menos quiero ser exigente a la hora
de elegir.
–¿Caprichosa?
–No... o al menos no quiero ser caprichosa, pero sí voy a poner reglas
claras sobre el trato y el respeto. Además creo que los hombres están
cambiando, ahora nos comprenden más, pero nosotras tenemos que
poner lo nuestro (hombres abundan, así que no creo tener problemas).
–A veces me asombras, Betty ¿De dónde sacas esas cosas?
–Leo, pienso, tengo mis ideas. No siempre puedo decirlas, pero cuando
se presenta la ocasión ¡aprovecho!
–¿Qué lees?– preguntó Julia con curiosidad.
–Esto– respondió Betty mientras le pasaba el Libro Azul–. Es como un
tesoro de un amigo, así que no digas que te lo mostré.
A todo esto ya estaban en casa de Julia. Luego de almorzar se tiraron
en la alfombra a leer.
–Quiero ver– dijo Betty– en qué te tienes que fijar para casarte bien.
–¡En un chico!
–... bueno, Julia, espero que sirva.
Matrimonio, el gran reto en la vida
Aptitudes necesarias en una relación
El noviazgo es un proceso que va del impacto inicial (por lo general fuerte)
al amor. Amor es opción libre por la otra persona, con todo y sus defectos
y virtudes. Esta opción se va haciendo cada vez más sólida en la medida
en que los novios se conocen. Conociéndose se aman cada vez más.
Conocerse no solamente en cómo son, sino también en si son capaces o
aptos para casarse. Ser apto es tener capacidad de hacer
una cosa. No solamente ganas, capacidad. Mucha
gente cree que el matrimonio (y el amor en general)
es sólo cuestión de querer o sentir, pero se olvidan que
hay una realidad objetiva que tienen que considerar.
Para alcanzar el gran reto que es el matrimonio hay
algunas aptitudes que los novios deben tener. Muchos
matrimonios no llegan a lograr todas las expectativas de los esposos porque desde antes no se tienen
en cuenta estos datos. Por eso me ha parecido bueno
incluir éstas que son, a grandes rasgos, las aptitudes
que debe tener una pareja para llegar al matrimonio.
“O sea que no se da eso de «querer es poder»”.
Aptitud en edad física y mental
La madurez mental implica el equilibrio emocional y la estabilidad
necesaria para enfrentar los retos de la nueva vida. Un menor de edad
se deja llevar por la inestabilidad propia del proceso de crecimiento en la
adolescencia al momento o de afrontar un compromiso serio.
Aptitud en salud
Es imprescindible para asumir las exigencias de la vida en común. Si
hay una enfermedad curable, es necesario tratarla antes de llegar al
matrimonio. Si la enfermedad es incurable se debe poder afrontarla entre
los dos. Pero hay que pensar muy bien los pasos a dar, pues se puede
confundir amor con sentimiento de compasión. Puede haber gente
llamada a compartir su vida con un enfermo, pero hay gente que no. Si
no se asume con valentía esta limitación puede hacer peor daño, pues no
sería, a la corta o a la larga, la mejor compañía que el enfermo requiere.
Aptitud sexual
Un homosexual no es persona apta. La falta de capacidad sexual hace no
apta a las personas para casarse. Por ejemplo: hay personas que detestan
patológicamente tener relaciones sexuales o las personas que tienen graves e irremediables problemas en sus órganos sexuales.
El problema es que no se puede cumplir profundamente ni la
esencia ni el fin del matrimonio: la unión de los esposos sería
incompleta y no se podría pensar en los hijos. Pueden ser una
pareja de excelentes amigos pero nunca esposos.
Aptitud económica:
Además de ser una comunidad de amor, el matrimonio es una
comunidad de bienes, tanto espirituales como materiales. En
este sentido los novios deben analizar su capacidad económica
porque para fundar una nueva familia se necesitan recursos: vivienda,
alimentación, trabajo estable, etc. Es importante por ejemplo, que los
casados tengan de inmediato independencia en cuanto a su casa. Vivir
en la casa de los padres siempre trae problemas, sobre todo al comienzo.
No es necesario tener una fortuna para casarse. Pero se debe procurar
al menos lo básico. Así como no es bueno casarse sin preocuparse de la
parte material, también es malo postergar la boda porque falta uno u
otro artículo de lujo.
“Ni tan cercano que queme al santo ni tan lejano que no lo alumbre.”
Julia recordó ese viejo refrán y le quedó muy grabado el concepto.
Es importante desarrollar una visión realista de las necesidades de la
pareja. Por lo tanto la pareja debe conversar sobre el estilo de vida que
desean y pueden llevar para establecer prioridades al momento de hacer
su presupuesto. Deben contemplar por ejemplo: agua, luz, gas, comida,
etc.
Aptitud religiosa:
El matrimonio supone identificación total. También se debe buscar una
afinidad en lo religioso. Es muy recomendable que ambos profesen la
misma fe y la practiquen. No es impedimento, pero en la práctica ser de
diferente religión suele traer problemas que pueden poner en peligro la
vida matrimonial. La incoherencia de vida con respecto a la propia fe que
practique la pareja también puede afectar en la formación de valores y en
la integridad de los hijos.
Sobre todo, objetividad
Más allá de estos elementos, lo principal es pensar las cosas con la cabeza
fría, con objetividad. Que la maravilla de estar enamorado tenga sustento
real en todo lo que rodea a la pareja y la opción sea verdadera y no pura
ficción. Si no se fijan en estas cosas, se pueden arriesgar a que su unión
sea más una fuente de frustraciones que de felicidad. Otra vez la culpa no
es del matrimonio, sino de los que se casan sin saber muy bien qué es eso
del matrimonio.
–Oye, interesante. No me había puesto a pensar que para casarte te
tuvieses que fijar en estas cosas– comentó realmente sorprendida Julia.
–Es cierto. No nos vamos a casar mañana pero cierto que algún día
llegará. Sueño que tiene que ser tan importante para mí, que ir poniendo
todo esto como condiciones me ayuda a sentirme más segura. Ahora,
mejor pasemos a otra cosa...


== Escucha ahora la explicación del profesor ==
== Escucha ahora la explicación del profesor ==

Revisión actual del 11:27 24 nov 2021


PROPÓSITO El estudiante aprende cuales son las requerimientos mínimas para la instalación de programa a utilizar en clase para la edición de los vídeos.

Introducción



¿Cuales son las características mínimas para que el programa funcione? Lo primero que se debe de ver son los requerimientos mínimos que el programa requiere y de esta manera el programa se ejecute de manera optima en el ordenador.


Lectura

La insistencia de Juan y de Betty sobre el tema del matrimonio había motivado una discusión generalizada. Habían dos «bandos»: los que decían que hablar de casarse era una tontería, sobre todo si incluía esperar para tener relaciones sexuales, y los que defendían que lo mejor era casarse, aunque en el tema de las relaciones no eran unánimes.

Betty tenía «aliadas» como Julia. Fue a la primera que buscó para contarle su entrevista. –¿Le dijiste que te verías casada? Mira que eres extraña. Cualquiera de las demás se vería estudiando, trabajando o haciendo cualquier otra cosa. –¿Y tú? –preguntó de frente Betty. –Y bueno... yo... – Julia se detuvo, miró con sonrisa cómplice a su amiga y admitió–. A mí también me gustaría verme casada. Pero no se lo digas a nadie porque sonaría anticuada pero en realidad sueño con casarme. No quiero casarme para quedarme todo el día en casa, justamente quiero casarme para hacer algo en la vida. ¡Siento que puedo dar tanto! Quiero compartirlo todo. Y sería hermoso hacerlo con alguien que te comprenda y respete... con un buen esposo.

–Pero los buenos esposos no existen, «querida» –interrumpió Amanda que estaba escuchando–. No eres tonta por querer casarte, lo eres por soñar que vas a encontrar «con quién». Ya te quiero ver en unos años: gorda, fea, lavando pañales y atendiendo al susodicho.

–¿Mira quién me dice gorda?– reaccionó Julia– tal vez estaré un poco «rellenita» pero no seré nunca una solterona amargada como tú. La discusión pasó a gritos... que terminaron en la dirección con una llamada de atención del director.

Madurez111.PNG

Betty esperó a su amiga a la salida del colegio. En cuanto se juntaron, Julia comenzó a «hablar» de Amanda: –¡¿Pero qué se ha creído?! Decirme a mí esas cosas... ya la voy a agarrar y no le va a quedar ganas de repetirme gorda... –y así se la pasó unas dos o tres cuadras, mientras su amiga le sostenía los libros y la tranquilizaba. –¿Porqué le haces caso si sabes que no es verdad...? Además eso no es lo más importante. ¿No te das cuenta que no sabe de dónde agarrarse para fastidiarte? Julia se calmó.

–Tienes razón... ¡pero a veces es tan insoportable! Cuando ya no tuvo aire se empezó a tranquilizar. Entonces Betty aprovechó para cambiar de tema. –Oye, le dije a mi mamá que almorzaría contigo, ¿me invitas? Tengo algo que quiero que leamos juntas. –Bueno –contestó Julia.

–En realidad creo que gente como Amanda dicen lo que dicen del matrimonio porque no saben. Piensan que al casarte pierdes tu libertad o te vuelves una especie de esclava moderna. No creo que sea así. Claro que hay que saber elegir, prepararte para que te vaya bien. Muchas tontas se dejan llevar por el primer tipo que les hace ojitos y luego les va mal. Y claro, al final la culpa la tiene el matrimonio. O están las que son unas fracasadas y les resulta más cómodo decir que no hicieron nada en la vida «porque su esposo no quiso».

–Oye, pero hay hombres que son así. –Estoy segura que sí. Pero pienso que serán menos si nosotras ponemos las cosas claras desde el principio. Yo al menos quiero ser exigente a la hora de elegir. –¿Caprichosa? –No... o al menos no quiero ser caprichosa, pero sí voy a poner reglas claras sobre el trato y el respeto. Además creo que los hombres están cambiando, ahora nos comprenden más, pero nosotras tenemos que poner lo nuestro (hombres abundan, así que no creo tener problemas). –A veces me asombras, Betty ¿De dónde sacas esas cosas? –Leo, pienso, tengo mis ideas. No siempre puedo decirlas, pero cuando se presenta la ocasión ¡aprovecho!

–¿Qué lees?– preguntó Julia con curiosidad. –Esto– respondió Betty mientras le pasaba el Libro Azul–. Es como un tesoro de un amigo, así que no digas que te lo mostré. A todo esto ya estaban en casa de Julia. Luego de almorzar se tiraron en la alfombra a leer. –Quiero ver– dijo Betty– en qué te tienes que fijar para casarte bien. –¡En un chico!

–... bueno, Julia, espero que sirva. Matrimonio, el gran reto en la vida Aptitudes necesarias en una relación El noviazgo es un proceso que va del impacto inicial (por lo general fuerte) al amor. Amor es opción libre por la otra persona, con todo y sus defectos y virtudes. Esta opción se va haciendo cada vez más sólida en la medida en que los novios se conocen. Conociéndose se aman cada vez más. Conocerse no solamente en cómo son, sino también en si son capaces o aptos para casarse. Ser apto es tener capacidad de hacer una cosa. No solamente ganas, capacidad. Mucha gente cree que el matrimonio (y el amor en general) es sólo cuestión de querer o sentir, pero se olvidan que hay una realidad objetiva que tienen que considerar.

Para alcanzar el gran reto que es el matrimonio hay algunas aptitudes que los novios deben tener. Muchos matrimonios no llegan a lograr todas las expectativas de los esposos porque desde antes no se tienen en cuenta estos datos. Por eso me ha parecido bueno incluir éstas que son, a grandes rasgos, las aptitudes que debe tener una pareja para llegar al matrimonio. “O sea que no se da eso de «querer es poder»”. Aptitud en edad física y mental La madurez mental implica el equilibrio emocional y la estabilidad necesaria para enfrentar los retos de la nueva vida. Un menor de edad se deja llevar por la inestabilidad propia del proceso de crecimiento en la adolescencia al momento o de afrontar un compromiso serio.

Aptitud en salud

Es imprescindible para asumir las exigencias de la vida en común. Si hay una enfermedad curable, es necesario tratarla antes de llegar al matrimonio. Si la enfermedad es incurable se debe poder afrontarla entre los dos. Pero hay que pensar muy bien los pasos a dar, pues se puede confundir amor con sentimiento de compasión. Puede haber gente llamada a compartir su vida con un enfermo, pero hay gente que no. Si no se asume con valentía esta limitación puede hacer peor daño, pues no sería, a la corta o a la larga, la mejor compañía que el enfermo requiere.

Aptitud sexual

Un homosexual no es persona apta. La falta de capacidad sexual hace no apta a las personas para casarse. Por ejemplo: hay personas que detestan patológicamente tener relaciones sexuales o las personas que tienen graves e irremediables problemas en sus órganos sexuales.

El problema es que no se puede cumplir profundamente ni la esencia ni el fin del matrimonio: la unión de los esposos sería incompleta y no se podría pensar en los hijos. Pueden ser una pareja de excelentes amigos pero nunca esposos.

Aptitud económica:

Además de ser una comunidad de amor, el matrimonio es una comunidad de bienes, tanto espirituales como materiales. En este sentido los novios deben analizar su capacidad económica porque para fundar una nueva familia se necesitan recursos: vivienda, alimentación, trabajo estable, etc. Es importante por ejemplo, que los casados tengan de inmediato independencia en cuanto a su casa. Vivir en la casa de los padres siempre trae problemas, sobre todo al comienzo. No es necesario tener una fortuna para casarse. Pero se debe procurar al menos lo básico. Así como no es bueno casarse sin preocuparse de la parte material, también es malo postergar la boda porque falta uno u otro artículo de lujo.

“Ni tan cercano que queme al santo ni tan lejano que no lo alumbre.” Julia recordó ese viejo refrán y le quedó muy grabado el concepto. Es importante desarrollar una visión realista de las necesidades de la pareja. Por lo tanto la pareja debe conversar sobre el estilo de vida que desean y pueden llevar para establecer prioridades al momento de hacer su presupuesto. Deben contemplar por ejemplo: agua, luz, gas, comida, etc.

Aptitud religiosa:

El matrimonio supone identificación total. También se debe buscar una afinidad en lo religioso. Es muy recomendable que ambos profesen la misma fe y la practiquen. No es impedimento, pero en la práctica ser de diferente religión suele traer problemas que pueden poner en peligro la vida matrimonial. La incoherencia de vida con respecto a la propia fe que practique la pareja también puede afectar en la formación de valores y en la integridad de los hijos.

Sobre todo, objetividad

Más allá de estos elementos, lo principal es pensar las cosas con la cabeza fría, con objetividad. Que la maravilla de estar enamorado tenga sustento real en todo lo que rodea a la pareja y la opción sea verdadera y no pura ficción. Si no se fijan en estas cosas, se pueden arriesgar a que su unión sea más una fuente de frustraciones que de felicidad. Otra vez la culpa no es del matrimonio, sino de los que se casan sin saber muy bien qué es eso del matrimonio.

–Oye, interesante. No me había puesto a pensar que para casarte te tuvieses que fijar en estas cosas– comentó realmente sorprendida Julia. –Es cierto. No nos vamos a casar mañana pero cierto que algún día llegará. Sueño que tiene que ser tan importante para mí, que ir poniendo todo esto como condiciones me ayuda a sentirme más segura. Ahora, mejor pasemos a otra cosa...

Escucha ahora la explicación del profesor

REQUERIMIENTOS

  • Sistema Operativo: A partir de Windows 7 en adelantarte. Mac OSX 10.11 o Superior
  • Procesador: Core i3 o superior, 2 GHz o superior
  • RAM: Al menos 4GB de RAM



Actividades de refuerzo

OTRAS FUNCIONES

  • Ajustes de los colores.
  • Detección de escenas.
  • Corregir.
  • Reparar.
  • Efecto en la velocidad.
  • Pantalla Croma.
  • Pantalla partida.
  • Efectos de color.
  • Captura de pantalla de la PC.
  • Estabilizador del video.


Resumen

Hemos aprendido a reconocer los requerimientos mínimos para la instalación y las características de nuestro ordenador

Actividad para la casa

Sé creativa/o y busca los insumos necesarios para la creación del vídeo según el tema tratado en clase.