Diferencia entre revisiones de «Sesión 4: Buscando una auténtica ayuda»

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'''PROPÓSITO''' El estudiante aprende cuales son las requerimientos mínimas para la instalación de programa a utilizar en clase para la edición de los vídeos.
'''PROPÓSITO''' Que comprendan que siempre habrá quien presente soluciones
engañosas a los problemas de la vida.


== Introducción ==  
== Introducción ==  
   
   
[[Archivo: Niño_alegre.JPG|derecha]]  
Una amiga quiere abortar ¿qué argumentos utilizarían para que no lo haga? ¿Quiénes están de a cuerdo con que aborte?
Siguen las discusiones acerca del aborto. Varios de los amigos se suman al asunto
y buscan formas concretas de ayudar a Lucía.
 
== Lectura ==
–Un momento, señor –interrumpió Bárbara–. Una vez oí por
televisión que un doctor decía que como el «feto» depende de la madre,
en realidad no se puede hablar de una nueva vida, sino de una parte
del cuerpo de ella. Como la madre es libre de hacer lo que quiera con su
cuerpo, ella puede... «interrumpir su embarazo» sin problemas. No está
matando a nadie.
 
–Sabes, Bárbara, eso no es ni cierto ni tiene base científica –respondió
Alfredo comprensivo–. Lo que sucede es que detrás del aborto hay un gran
negocio. Es realmente el negocio más sucio del mundo, junto con el narcotráfico. Los abortos son negocio y buscan su “venta” haciéndolo pasar
como una “ayuda”. Pero el dolor que causan, no sólo a la vida que eliminan,
sino a la mujer, no les importa para nada.
 
–Pero como al resto de la gente sí nos importa la vida y normalmente
no queremos asesinar a nadie –complementó Sonia–, ellos nos tratan de
engañar, disfrazando sus acciones de «científicas» y utilizando argumentos
sentimentales y un vocabulario especial para suavizar el concepto, como la
que usaste de «interrumpir» un embarazo, como si existiera la posibilidad
de volverlo a echar a andar. Y que es “parte del cuerpo de la mujer”… Mira,
por ejemplo, lo que dice este libro al respecto:
...el hecho de que en una determinada fase de su vida el hijo necesite el
ambiente del vientre materno para subsistir no implica que sea una parte
de la madre. Desde la fecundación tiene ya su propio patrimonio genético,
distinto del de la madre, y su propio sistema inmunológico diferente
también del de la madre, con quien mantiene una relación similar a la del
astronauta y su nave: si saliese de ella moriría, pero no por estar dentro
forma parte de la nave.
Bárbara se sintió acorralada.
 
–¿Y qué solución proponen? –exigió haciéndose la ofendida.
 
–Bueno –contestó sin perder la paz Sonia–, si la situación realmente es
tan difícil, siempre cabe la posibilidad de dar al niño en adopción.
–¡Eso sería terrible! –saltó Bárbara de su asiento–. Sería un crimen.
¿Cómo una madre podría tener un hijo y regalarlo? Es algo desnaturaliza
-
do. Para eso... mejor no tenerlo.
 
–Médicamente hablando lo que más se parece a un crimen es abortar
–dijo Alfredo–. Esa criatura ya vive. No tienes que oírlo llorar para darte
cuenta de eso. Basta verlo en el ecógrafo.
Se hizo un silencio incómodo. Bárbara enfiló enojada y derrotada
hacia la puerta.
 
–Bueno, hagan lo que quieran –dijo despectiva–. Allá ustedes si le
complican la vida a esta pobre chica... yo me voy.
Cuando Bárbara salió se notó una distensión en el ambiente. De todas
formas la presión sobre Lucía había sido mucha. Sonia se dio cuenta.
 
–Creo que mejor vamos a que descanses un rato –le ofreció–, ¿quieres,
Lucía?
Lucía asintió mecánicamente. Ambas subieron al segundo piso de la
casa.
Entonces Andrés y Betty entraron en la sala.
 
–Parece que la ayudamos –dijo con emoción Betty.
 
–Hay que esperar –contestó pensativo Alfredo.
 
–¿Cómo puede ser que una mujer llegue al extremo de pensar en
matar a su hijo? –preguntó Andrés mientras se acomodaba junto a Elena.
[[Archivo:Ba1.JPG|izquierda|400px]]
 
–Simplemente piensa en Lucía –le propuso su tío–: un error, la carencia de afecto, una idea errada de la sexualidad y se termina en un embarazo
sin el contexto adecuado. La gente cree que insistir en el matrimonio como
parte fundamental de la sexualidad es una exageración... hasta que se
topan con esto y no saben ya qué hacer. Muchas mujeres son dejadas solas.
El misterio de la vida, que debería llenar de alegría, en vez, de angustia y
temor. Lucía está teniendo una batalla interior terrible: sabe que su hijito
sigue creciendo, pero al mismo tiempo piensa en sus propios padres que
ella cree que se enojarán, en su novio que la dejó, y en la sociedad, que la
aislará. La sociedad tiene gran peso: primero invita a «liberar impulsos»
para luego recriminar a la mujer y dejarla sola.
Alfredo sentía que se había hecho médico precisamente para ayudar y
defender a vidas inocentes y hablaba con emoción sobre esto.
 
–Entonces la mujer –continuó–, que está preparada toda ella para ser
madre, entra en crisis. Pierde referencias y lo que es algo evidente: que
a los hijos se los ama y se los defiende, se convierte en algo sumamente
complicado que no sabe cómo resolver. Es entonces que proponen el
aborto como una solución. Se comete una doble barbaridad: al chico se
le quita la vida y al cuerpo de la madre, que se ha preparado para recibir
a este nuevo ser, ahora sabemos que queda dañada también. Si procura
abortar el primer embarazo, queda a riesgo del cáncer del seno. Y no
todo queda ahí. A la madre se le daña psicológicamente y la mayoría de
las mujeres, luego de esta experiencia, terminan traumatizadas, muchas
veces con problemas graves de pesadillas y constantes recuerdos del
hijo que mataron. Los psicólogos lo llaman «síndrome post–aborto», que
puede llevar a depresiones y a una búsqueda enfermiza de «reponer» al
niño. Claro que hay madres desnaturalizadas que han perdido hasta tal
punto su conciencia que lo hacen aun sabiendo de qué se trata… pero
éste no es el caso de Lucía. Por eso la mejor forma de ayudarla es salvando
a su hijo.
 
–¿Pero cómo? –preguntó esperanzada Elena–. ¿Qué podemos hacer?
–Mucho –contestó Alfredo–. Ustedes son sus amigos. Ella necesita
apoyo, atención, alguien que esté alrededor mostrándole cariño y
comprensión, aunque el tema del embarazo no se toque. Piensen que ella
está asustada e insegura... pues entonces denle seguridad para que pueda
pensar bien las cosas y encuentre salidas a su problema. No hay que recriminarle que haya llegado a este problema. Ella lo sabe mejor que nadie
y lo comprenderá mejor aún andando el tiempo. Ahora lo importante
es rescatar a la persona. Que se libere un poco de presiones para poder
pensar y, sobre todo, enamorarse de esa vida que está en su seno. Creo que
la mejor forma de ayudar a una mujer que está con dudas sobre si abortar o no es hacerle ver que hay alguien ahí dentro que la ama
por encima de cualquier cosa en el mundo. Alguien para
quien ella es especial e imprescindible y que, por tanto,
espera todo de ella. Porque está cerca de su corazón y ese
latido, ese «pum–pum» acompasado, es para él el sonido
más familiar, hermoso y seguro del mundo. Si una madre
se da cuenta de eso es capaz de defender a su hijo con
uñas y dientes. Hay que darle una oportunidad, que se
asome tal vez un poquito a ese mundo tan especial. En ella
despertará la madre que las circunstancias y los intereses
económicos quieren adormecer.
 
Entonces los tres se pusieron a hablar acerca de qué cosas deberían
hacer. Lo primero sería buscar a los demás, a los más allegados al grupo,
como Joaquín, a Juan. Organizarían salidas en las que Lucía estuviese bien
acompañada.
 
Por su parte Alfredo y Sonia estudiarían la problemática de los papás y
qué hacer con el niño. Había opciones. El último recurso sería dar el bebé
en adopción, asegurándose de que llegue a una familia sana que lo ame
y lo cuide. Pero Alfredo pensaba que no sería necesario, y que Lucía, al ver
a su hijo, se iba a jugar por él. Lo mismo pensaba sobre la actitud de los
nuevos «abuelos» que aún no sabían que lo eran. Claro que no sería un
trago fácil de pasar, sobre todo para una familia que salía de una crisis. Pero
él estaba convencido de que en situaciones de este tipo y con un poco de
esfuerzo y comprensión, la gente suele mostrar su mejor cara.
Andrés escuchaba todo con atención. Eran muchas cosas nuevas,
situaciones injustas y duras que iba descubriendo de un mundo complicado.
Pero de algún modo el hecho de que Alfredo los invitara a hacer algo para
ayudar lo hacía sentir mejor, con menos dudas. Era un comienzo.
 


Mientras tanto, arriba, en la habitación de Alfredo, otra batalla se
estaba librando. En cuanto entraron Lucía se tiró a la cama y dio rienda
suelta a su llanto.


–¿Por qué...? –gritaba–. ¿Cómo pude ser tan estúpida...? Esto me va a
arruinar la vida... ¡Soy una idiota! –y así siguió llorando por un largo rato.
Sonia primero se mantuvo a prudente distancia, pero una vez que
pasó el primer estallido se acercó y acarició su cabeza.


¿Cuales son las características mínimas para que el programa funcione?
–Tú sabes que en el fondo no quiero hacerlo, Sonia –dijo Lucía en
Lo primero que se debe de ver son los requerimientos mínimos
cuanto se sintió un poco desahogada.
que el programa requiere y de esta manera el programa se
ejecute de manera optima en el ordenador.


–Lo sé, amiga –le dijo la profesora.


–Pero es tan difícil... –se quejó la muchacha.


== Lectura ==
–También lo sé –afirmó Sonia mientras enjugaba sus lágrimas–. Pero
Todos conocían a Lucía y Gustavo. En la escuela se les
piensa que no estarás sola. Además es mucho lo que tienes por ganar.
conocía como “la pareja”, porque llevaban dos años de novios y siempre se
Lucía se fue tranquilizando. Finalmente se quedó dormida. Al poco
les veía muy felices juntos. Lucía era una chica muy sociable, y Gustavo era
rato despertó con todos los pelos en la cara y los ojos hinchados. Levantó
un chico muy seguro de sí mismo, de esos que siempre están en el centro
la vista y pudo sonreír.
de todo.
Pero de repente las cosas cambiaron. Por alguna extraña razón la
hermosa sonrisa de Lucía desapareció y cada día estaba más retraída. Sus
calificaciones comenzaron a bajar y siempre parecía cansada y aburrida.
Lucía y Elena eran amigas de chiquitas y aunque no frecuentaban el
mismo colegio, su amistad, que había empezado en el parque infantil,
se había mantenido. Últimamente se habían convertido en amigas más
cercanas. Elena se dio cuenta de que Lucía necesitaba conversar con
alguien, así que decidió prestarle ayuda sin hacerle preguntas.
Sin embargo, el tamaño del problema de Lucía y la forma emocional
en la que Lucía hablaba de ello, la abrumó completamente y no sabiendo
qué hacer ni con quien hablar, había huido al lago a estar sola y pensar.
Haber visto de repente a este muchacho con sus ojos llenos de afecto, la
tomó por sorpresa y no pudo más que confiar en él… ya que él tenia cara
de querer oírla. Y es así que empezó a abrir su corazón y contarle todo lo
que sabía.
Lucía le había contado que luego de dos años de novios el tema de las
relaciones sexuales había salido, pero no mucho. A pesar de tener claro que
no quería ese tipo de relación, como es normal, ella empezó a sentir ganas
de una experiencia nueva y más profunda. La curiosidad iba creciendo.
“Esto va a acrecentar nuestro amor” –le decía Gustavo, aumentando la
presión–. “Déjame mostrarte cuánto te amo. Tú y yo ya no somos chiquillos
y nos amamos. Es hora de que lo hagamos de verdad. Además tú no sabes
lo que significa para un hombre que su novia lo bese y después lo mande
a casa sin nada más. Ustedes las mujeres, como no les pasa lo mismo, son
muy injustas. Suéltate y descubriremos un mundo nuevo”.
–Todo fue en subida hasta hace un par de meses–continuó Elena–.
Una tarde los padres de Lucía tuvieron una pelea muy fuerte. Su papá salió
de la casa a los gritos diciendo que allí nadie lo entendía, que mejor estaría con una amante. Su madre también gritaba y lloraba mientras lo echaba.
Fue muy fuerte para Lucía. Aunque era de noche fue a casa de Gustavo.
Este desgraciado abusó de la situación.
–Entiendo –Andrés iba molestándose cada vez más –. Sigue.
–Primero la recibió muy bien –explicó la muchacha–. La escuchó
un rato y le ofreció que se quedara con él todo el tiempo que quisiera.
No tendrían que preocuparse por sus papás: miraban televisión y no
molestarían. Verdaderamente la trató como a una reina... y también
empezó con las caricias. En un momento, cuando ella vio que se pasaba de
la raya, intentó poner su última defensa. Él se hizo el ofendido y le dijo que
parecía que ella no lo quería. A Lucía estas palabras le sonaron muy duras.
Era demasiado, dos veces de lo mismo. Así que cedió en todo...
–Entonces tuvieron relaciones –completó Andrés.
–Sí –reconoció Elena con cierto tono de decepción–. Lo peor es que
ella no supo si sentirse feliz o enojada. Nadie notó que pasó gran parte
de la noche en casa de Gustavo. Teóricamente debía ser la noche más
hermosa de su vida, la que siempre había soñado, pero había pasado casi
de contrabando... cuando me lo contó, lloraba. Estaba realmente triste.
Andrés callaba, tenía la mirada fija en una piedra.
–Pero eso no es todo –continuó Elena–. Gustavo ya no la quiere como
antes, o al menos eso siente ella. Ahora él sólo busca lugares solitarios y
no hablar… sino pasar nuevamente a la acción. Ella necesita hablar más
que nunca. Además su papá volvió a la casa unos días después, muy
arrepentido. En la familia hubo un cambio. Empezaron a ver a un terapeuta
porque se dieron cuenta de que los problemas eran reales y ahora quieren
resolverlos. ¡Parece una broma del destino!
Elena estaba tan conmovida que no parecía de diecisiete años. –Y lo
peor es….que… ¡resulta que Lucía ahora está esperando bebe!
–Vamos, mi tío Alfredo es el hombre… –dijo Andrés y se paró con
decisión–. Vamos a pedirle ayuda.
* * *
Lucía había tenido un día difícil. Todo había comenzado con Bárbara,
una chica de su colegio con fama de «conocedora de la vida» amiga de
Gustavo y de Lucía.
–Y ahora estoy desesperada… –le dijo luego de contarle en pocas
palabras su problema–Mi familia saliendo a duras penas de sus problemas
y Gustavo no quiere saber nada. Estoy sola con el embarazo. No quiero
ser el motivo de más peleas. ¿Cómo van a reaccionar mis viejos? ¡Justo
ahora...! –las lágrimas de impotencia brotaban de sus ojos.
–Pero no tienen que enterarse... –el tono de Bárbara
puso en guardia a Lucía. Pero al menos ella no la recriminaba.
–¿Cómo? El embarazo se va ver en algunos meses –dijo
Lucía preocupada.
–Existen muchas formas de hacer que tu panza «no se
note» –dijo Bárbara enfática.
–¿A qué te refieres? –preguntó Lucía entre ingenua y
atontada por la situación.
–Déjalo en mis manos... –pidió su compañera–. Sé de
alguien que nos puede ayudar. Te busco luego del colegio mañana.
* * *
Luego de clases Bárbara la había buscado. –Todo solucionado –le dijo
casi emocionada–Mi amigo nos espera.
–¿De qué se trata, Bar? –preguntó Lucía con poca energía.
–Ya lo verás –respondió enigmática la muchacha–. Tenme confianza.
Ven.
Lucía estaba inquieta. Tuvo cuidado de evitar a Elena. Algo en su
interior le decía que ella no estaría en la misma onda de Bárbara.
Caminaron en silencio un rato hasta llegar a una casa. Bárbara conocía
el lugar. Primero las atendió una secretaria. Había otra chica sentada frente
a ellas con cara de angustia. De pronto un hombre salió y las hizo pasar a
una oficina. Aunque sonreía no inspiraba confianza.
–Bárbara, ¿ésta es tu amiga? –preguntó–. Bueno, niña, sé que tienes
un problema. Nosotros te lo podemos resolver. Muchas chicas como tú
vienen desorientadas y aquí las ayudamos a salir adelante, eliminando su
problema.
Lucía empezó a sentir miedo en silencio.
–Tú no querías quedar embarazada –continuó el hombre–, «fue un
accidente» como suceden tantos a diario. ¿Por qué cargar con el resultado?
Tener un hijo es algo que se tiene que hacer con amor... y éste no es tu
caso. No te echo la culpa, sólo quiero facilitarte una salida «cómoda».
Lucía oía lejanamente. El doctor (por lo menos ella creyó que era
médico) continuó con su presentación.
–Por una modesta suma de dinero… –alcanzó a entender Lucía entre
su aturdimiento– y luego podrás continuar con tu vida normal. Piensa en
tu futuro... y en la tranquilidad de tus padres.
Lucía tardó en reaccionar.
–¿Usted quiere que me... haga un aborto? –dijo arrastrando cada
sílaba.


–Yo no lo llamaría así –corrigió el doctor, aumentando su esfuerzo por
–No lo hará –pensó Sonia–. Ahora tenemos que apoyarla con más
parecer simpático–. Son apenas unas células. Se trata de tu propio cuerpo,
fuerza.
puedes hacer lo que quieras con él.
–Pero no tengo dinero... –se quejó la muchacha.
–No importa –respondió el hombre que aparentaba preocupación por
la situación de Lucía–. Sé que podrás conseguir. Tus buenos amigos te han
de ayudar... ¿no, Bárbara?
–Yo creo que sí –aportó la mencionada también con una sonrisa.
–Además hay tiempo... –completó el doctor–. Pero no demasiado, así
que espero verte pronto.
Lucía sentía que todo daba vueltas. En cuanto salieron de la clínica
clandestina de aborto tuvo un mareo y terminó vomitando en una esquina.
Se sentía totalmente atrapada en una pesadilla. No parecía haber salida
para la amenaza creciente que le venía encima.
–Tenemos que ver cómo conseguimos ese dinero –dijo Bárbara,
ignorando totalmente cómo se sentía su compañera–. ¿Quién nos podrá
ayudar?
En ese momento Lucía pensó en las dos únicas amigas que realmente
la conocían y la querían: Elena y Betty.
Andrés y Elena regresaron caminando a donde Alfredo estaba todavía
conversando con su novia. Éste, viendo caras de preocupación, colgó y
rápidamente le contaron el problema.
–¿Entonces quedaste con ella en encontrarte esta noche? –dijo
Alfredo– ¿Dónde?
–Todavía no dijimos –dijo Elena–. Tengo que llamarla para ver dónde.
–Perfecto –comentó el tío–. Ella no conoce mi casa, así que podrá ser
allí. Si piensa abortar, es bueno que sepa de qué se trata. No creo que un
abortero le diga las cosas con total verdad.
Tres horas más tarde Bárbara y Lucía eran recibidas por Elena en casa
de Alfredo. Lucía estaba pálida y con los ojos rojos de tanto llorar. Bárbara
habló primero.
–Vamos al grano –dijo–. Tú sabes que Lucía está embarazada... y
también sabes que ese embarazo no es posible. Pero hay formas de solu
-
cionarlo. Tengo un amigo… pero necesitamos dinero.
Lucía bajó la cabeza. No podía contener el llanto. Elena sabía lo que
tenía que preguntar.
–¿De qué se trata exactamente? –preguntó a Bárbara.
–Bueno, tú sabes. Mi amigo es un doctor –contestó evasiva la
muchacha.
–¿Doctor en qué? –insistió Elena.
Bárbara dejó de lado todo disimulo.
–Basta de rodeos –dijo amenazante–. ¿Nos vas a ayudar o no a pagar
el aborto?
En ese momento Lucía estalló en un llanto ahogado. La misma Elena
estaba impactada de la dureza de Bárbara.
–Con que era eso –dijo Elena–. ¿Ustedes saben lo que es un aborto?
Parece que no. Pues yo también tengo amigos –en ese momento fue hasta
la puerta y en un abrir y cerrar de ojos Alfredo y Sonia estaban adentro.
Lucía sintió un gran alivio. En cambio Bárbara le lanzó una mirada de furia
a Elena. Alfredo también fue al grano mientras Sonia se sentó junto a Lucía
y la abrazó.
–Me parece que ustedes estaban hablando del aborto, ¿no? –dijo con
autoridad–. Creo que las puedo ayudar… al fin y al cabo me dedico a la
medicina.
–Pero nadie pidió su ayuda –lo interrumpió Bárbara.
–Yo sí quiero oírlo –dijo desde el fondo de sus lágrimas Lucía. Y Bárbara
tuvo que comerse sus palabras.
–Gracias Lucía –dijo Alfredo–. Antes de que tomes una decisión, es
bueno que sepas exactamente qué es el aborto.


Alfredo se paró y trajo un libro médico que empezaron a hojear.
–Alguien tendrá que decírselo a mis papás –dijo Lucía, dando a
Explicaba muy claramente en qué consiste un aborto y cuáles son las
entender que su decisión estaba tomada.
técnicas para llevarlo a cabo.
–En todos los métodos el chico sufre –dijo Alfredo al terminar–. Hay
estudios que nos hablan del sufrimiento fetal: las terminales nerviosas de
un bebé así son aptas para sentir dolor. Desde el momento de la concepción
ya tiene vida, ya es un ser, varón o nena, y todas sus características ya están
determinadas. Solamente le hacía falta crecer. Este individuo ya está en el
mundo y a todos nos toca cuidarlo. El milagro de la vida es tan grande...
pero a veces los problemas nos impiden verlo. Siento tener que mostrarles
esto, pero las cosas son así. Lucía, te enfrentas a una gran decisión y tienes
que ser valiente. Yo sé que puedes apostar por la vida de tu bebé.
–¿Ya sabes lo que vas hacer? –preguntó Elena.
–No, pero no me gustó ese lugar, Elena –respondió Lucía–. Había algo
ahí falso… no sé; como todo tan fácil y rápido y me sentí presionada. Me
enseñaron la máquina que aspira el bebé. Porque parece una aspiradora.
Eso tiene que doler…tiene que doler… a……
–¿Marcelo o Marcela? –completó Elena aclarando el panorama.
–Sí –respondió Lucía suspirando como aliviada–: Marcelo o Marcela.
Luego se tomó la cara con las manos un instante pero cuando las
separó las lágrimas se mezclaban con una sonrisa que anunciaba algo de
paz: no iba a ser fácil, pero ella veía lo que muchas veces se dice, que luego
de la lluvia sale el sol.


[[Archivo:niña2.JPG|thumb|200px]]
–Serás tú misma... –le dijo Sonia poniendo sus manos entre las suyas–.
Pero si quieres estaremos allí para ayudarte.
Lucía no pudo más y abrazó llorando a su inesperada amiga. Eran
lágrimas de emoción. Después de tanta decisión tonta, sabía que por fin
empezaba a recuperar el control.


== Escucha ahora la explicación del profesor ==
== Escucha ahora la explicación del profesor ==


'''REQUERIMIENTOS'''  
'''1. Las mentiras y el negocio'''
* '''Sistema Operativo:''' A partir de Windows 7 en adelantarte. Mac OSX 10.11 o Superior
 
* '''Procesador:''' Core i3 o superior, 2 GHz o superior
No toda la información que nos hacen llegar es seria o científica. Recordemos que
* '''RAM:''' Al menos 4GB de RAM
los medios se mueven en base al producto que desean colocar. Por lo tanto resulta
cómodo informar «a medias» sobre algunos aspectos de la vida en beneficio del
que comercia el producto. Es así que se cae en el engaño. La responsabilidad de
las personas radica en informarse bien.
Se debe desarrollar en lo alumnos un espíritu de análisis que los lleve a buscar la
verdad de las cosas para que no se dejen engañar.
En el caso del aborto muchos de los que lo practican niegan que exista vida antes
del nacimiento (con diversas posturas referentes al tiempo), por lo que no se
estaría matando a nadie.
El aborto es un gran negocio ya que estamos hablando de una operación que tiene
costos elevados. Es lógico que si una persona está metida en el negocio de abortar,
motive a su futura «cliente» con todos los recursos que tenga a mano (el miedo, la
culpa, la soledad, la ansiedad) para que «consuma su producto».
 
'''2. El estatuto del embrión humano'''
 
Pero veamos que dicen otras fuentes de información más serias:
“Los conocimientos científicos sobre el neo-concebido en su primerísima fase de
existencia unicelular (el zigoto) nos permiten tener la certeza de que se trata de
un nuevo ser humano, diverso y distinto de sus padres: nos encontramos ante un
cuerpo de un ser humano, desde el momento que su genoma es humano, como es
humano el diseño-proyecto en él inscrito”1
Por otro lado, el hecho de que en una determinada fase de su vida el hijo necesite
el ambiente del vientre materno para subsistir no implica que sea una parte de la
madre. Desde la fecundación tiene ya su propio patrimonio genético, distinto del
de la madre, y su propio sistema inmunológico diferente también del de la madre,
con quien mantiene una relación similar a la del astronauta y su nave: si saliese de
ella moriría, pero no por estar dentro forma parte de la nave.
 
'''3. Matrimonio y sociedad: soledad de la mujer'''
 
Ante la claridad de los hechos muchos podrán preguntarse qué lleva a una madre
a realizar tal acto. En el texto de alumno se analizan algunas de estas causas:
...un error, la falta de afecto, una idea errada de la sexualidad y terminó en un
embarazo sin el contexto adecuado. La gente cree que insistir en el matrimonio
como parte fundamental de la sexualidad es una exageración... hasta que se topan
con esto y no saben ya qué hacer. Muchas mujeres son dejadas solas. El misterio de
la vida, que debe llenar de alegría, llena de angustia y temor. Lucía está teniendo
una batalla interior terrible: sabe que su hijito sigue creciendo, pero al mismo
tiempo piensa en sus propios padres, que ella cree que se enojarán, en su novio, que
la dejó, y en la sociedad, que la aislará. La sociedad tiene gran peso: primero invita
«liberar impulsos», luego recrimina a la mujer y la deja sola.
No se trata de justificar el embarazo precoz. Lo que se hace es analizar las
circunstancias o hechos que llevan a una joven a tomar esta decisión. Desde un
análisis en «frío» se puede prevenir este tipo de situaciones en las cuales la mujer
se siente sin salida y cree que la única alternativa es matar a su hijo. Pierde
la conciencia que está preparada para ser madre y se vuelve algo sumamente
difícil, cuando en realidad no lo es. De esto se aprovechan algunos profesionales
inescrupulosos que sólo piensan en los beneficios económicos. En realidad
manipulan a la mujer desde su problema.
 
'''4. Doble crimen'''


Se comete un doble crimen: al chico se le quita la vida pero a la madre se le daña
la conciencia, esa voz interior que dice que cada mujer está hecha para traer
nuevas vidas a la tierra. Hay mujeres que saben lo que hacen, pero la mayoría,
luego de esta experiencia, terminan arrepentidas o traumatizadas, llorando el hijo
que mataron. A esto los especialistas lo llaman «síndrome post-aborto» el cual
puede llevar a depresiones o a un deseo casi obsesivo de reponer al hijo perdido.


[[Archivo:Actividades1.JPG|centrar|500px]]
'''5. Maternidad, verdadera ayuda'''


Se puede ayudar efectiva y afectivamente a las mujeres o adolescentes que se
encuentran en esta situación conteniéndolas en lo que necesitan: compañía,
apoyo, comprensión y afecto. Evitando la censura y la culpa. Esto la ayudará a
sentirse menos presionada y tensa y así pensar mejor.
Otro punto importante a rescatar es el hecho de la maternidad. Toda mujer puede
encontrar la fuerza y la motivación necesaria cuando se descubre necesitada por
el niño que lleva dentro. Además desarrollar la conciencia del niño que está vivo y
espera cariño y cuidados de ella, ayudará a entender la importancia de su propia
vida y que pase lo que pase su hijo cuenta con ella. Él no la juzga, sólo la quiera y
la necesita. Esto ayudará a la madre a valorar la vida que lleva dentro así como su
propia vida y rechazar el aborto.


== Actividades de refuerzo ==
== Actividades de refuerzo ==


'''OTRAS FUNCIONES'''
El Dr. Thomas Lickona menciona diez consecuencias emocionales negativas del
sexo sin compromiso:


[[Archivo: Grupo_de_niños.JPG|derecha]]
1. Preocupación sobre embarazo y enfermedades: cualquiera que tenga relaciones
sexuales en una relación “abierta” ha experimentado alguna vez preocupación
de contraer una enfermedad. La mujer en una relación sexual siempre tiene
un potencial embarazo en mente.


* Ajustes de los colores.
2. Arrepentimiento y auto recriminación: Cuando una relación no resulta como
* Detección de escenas.
uno esperaba surge el arrepentimiento y los malos sentimientos sobre uno
* Corregir.
mismo los cuales pueden perseverar por décadas.
* Reparar.
* Efecto en la velocidad.
* Pantalla Croma.
* Pantalla partida.
* Efectos de color.
* Captura de pantalla de la PC.
* Estabilizador del video.


3. Culpa: Pocas personas pueden mantener relaciones sexuales fuera del
matrimonio sin sentir al menos unas pocas punzadas de culpa.
4. Pérdida de autoestima y respeto a sí mismo: Mucha gente que se involucra en
relaciones extramatrimoniales reporta una pérdida del respeto propio.
5. Deformación del carácter: La iniciación sexual cambia la mirada al mundo de
manera negativa al punto que las relaciones inocentes pueden verse cargadas
de pensamientos sexuales. Se empieza a mirar al mundo con una actitud voraz.
Muchos han admitido en encuestas que una vez que comienzan con un estilo
de vida sexual promiscuo, a veces mienten para tener sexo.
6. Confianza debilitada: Entregarse sexualmente es una gran cosa y, si la relación
se vuelve negativa es difícil entregarse completamente de nuevo. A veces las
personas que se involucran en relaciones sexuales fuera del matrimonio
sienten una falta de confianza en sí mismas.
7. Depresión y suicidio: La tasa de intentos de suicidio en chicas con experiencia
sexual entre las edades de doce y dieciséis años es seis veces más alta que en el
caso de chicas vírgenes.3
Es más, chicos sexualmente activos entre las edades de catorce y diecisiete años tienen más probabilidades de sentirse deprimidos
y suicidas que aquellos que no son sexualmente activos.4
8. Relaciones dañadas o arruinadas: Algunas veces el sexo no sólo acorta la vida
de las relaciones entre las dos personas que las mantengan, además puede
interferir negativamente en relaciones con amigos, miembros de la familia y
padres.
9. Desarrollo personal detenido: El sexo extramatrimonial tiende a detener el
desarrollo emocional tanto de la relación, como de las partes involucradas, ya
que se salta el desafío de intentar conocer y cuidar de otro ser humano único.
10. Efectos negativos en el matrimonio: No es un sentimiento agradable pensar
que uno está siendo comparado con parejas anteriores, ni contribuye a la
felicidad del matrimonio el recordar anteriores compañeros cuando se hace
el amor a su cónyuge.


== Resumen ==
== Resumen ==
Hemos aprendido a reconocer los requerimientos mínimos para la instalación y las características de nuestro ordenador
'''Los pasos hacia el perdón y la sanación.'''
 
"Puede una mujer experimentar el perdón y la sanación después de un aborto?"
 
Aquí resumo brevemente los pasos que fueron necesarios para mí y para otras mujeres que fueron víctimas de esta tragedia".
 
1. Experimentar el proceso de duelo.
 
El duelo es un sentimiento sano. Es un momento triste e incómodo pero hay que vivirlo necesariamente. La cólera, la incapacidad para perdonar a todos los que directa o indirectamente se implicaron en el aborto, la culpabilidad, la tristeza indecible por la destrucción del bebé, se entrelazan en la experiencia. Pero uno debe llegar a sobreponerse a estos sentimientos y reconocer el duelo como parte del proceso que conduce a la sanación.
 
2. Deseo de perdonarse uno a sí mismo.
 
El perdón de sí mismo es quizá la fase más difícil de todo este recorrido. Uno ha reducido a añicos su propia imagen, creyendo haber cometido el más detestable de los pecados. Muchas de nosotras sentimos la necesidad de castigarnos a nosotras mismas a consecuencia del aborto cometido. Al experimentar personalmente el amor de Dios y su perdón, he descubierto que Dios no es el Juez iracundo que yo veía en El cuando era niña, sino que es un Dios que quiere que yo esté en paz y que se acabe mi propio silencioso sufrimiento. Dios sabía que, como seres humanos que somos, íbamos a cometer el pecado, pero Dios, como padre amoroso que es, está dispuesto al perdón.
 
3. Aceptar que uno sí cometió un pecado.
 
Cuando por fin uno ha llegado a perdonarse a sí mismo, ya ha superado un gran obstáculo. Confiando que hemos sido perdonados, buscamos que se termine el sufrimiento y el dolor que nos hemos infligido nosotros mismos y comenzamos a caminar hacia la sanación. Admitimos nuestro pecado y nos responsabilizamos de la acción que hemos cometido. "En verdad lo hice. No puedo deshacer lo que hice pero espero ser perdonada". Háblele a Dios; El comprende y reconoce el verdadero arrepentimiento. Si no tiene una oración propia suya, le ofrezco ésta que yo empleé:
 
"Padre Celestial, vengo ahora a confesarte el pecado de aborto que he cometido. Por mis propias acciones he traído el tormento y la muerte a mi hijo y mucha tribulación a mí misma. Te ruego, Señor, me perdones. Al reconocer que por mi propia voluntad he destruído mucho en mi propia vida, te pido tu ayuda para vivir de acuerdo con el plan que tienes para mí. Como tu hija que soy, te pido que sanes cada parte de mi mente y de mi cuerpo que sufre todavía de las consecuencias del aborto y dame tu paz. Te agradezco el amor que me tienes y la piedad que me demuestras. En el nombre de Jesús. Amén".
 
3. Decidirse a perdonar a otros.
 
La desaparición de los sentimientos de amargura y de rabia hace parte de la sanación. Necesitamos pedir a Dios ayuda para perdonar a todas las personas que hayan podido influir en la decisión de abortar. Necesitamos perdonar al personal de la clínica de abortos. A veces esto parece imposible, pero con la ayuda de Dios se torna posible.
 
4. Experimentar la realidad.
 
Para muchas de nosotras el tiempo que sigue al aborto es un tiempo de negación. Este mecanismo de defensa se apodera de nuestros cuerpos y de nuestras mentes hasta que seamos capaces de manejar este tremendo dolor y esa sensación de pérdida. Cuando por fin somos capaces de lograrlo, debemos enfrentar el dolor y poner cara a la realidad de nuestra acción. Y hacerlo paso a paso. No importa lo doloroso que pueda ser, es parte del proceso de sanación.
 
5. Establecer una relación con el niño abortado.
 
Esto es algo íntimo y a la vez doloroso que hay que hacer. Pensando que el niño abortado fue justamente eso - un niño - uno puede comenzar a hablarle durante los momentos tranquilos. La aflicción que tal vez uno llegue a sentir puede ser ciertamente saludable y es sin duda necesario experimentarla para lograr perdonarse a sí misma. En estos momentos uno tiene que abrirse a sus propios sentimientos.
 
6. Llegar a otros.


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Cada una de nosotras decide cómo alcanzar a otras personas. Cuando nos ponemos en contacto con otras personas que están heridas, surgen sentimientos agradables, positivos, respecto de nosotras mismas. El mismo perdón y la misma sanación que estamos experimentando pueden ofrecérseles a ellas también. Y una decisión que debemos tomar en consideración cada una de nosotras es la de comprometernos en la lucha contra la legalización del aborto. El perdón y la sanación que hemos conocido nos darán, sin duda, la fuerza para compartir con otros esa paz que hemos logrado.


== Actividad para la casa ==
== Actividad para la casa ==
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¿Cómo defenderías la vida?


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Argumenta fundamentando tus respuestas a través del siguiente texto: Se comete un doble crimen: al chico se le quita la vida pero a la madre se le daña la conciencia, esa voz interior que dice que cada mujer está hecha para traer nuevas vidas a la tierra. Hay mujeres que saben lo que hacen, pero la mayoría, luego de esta experiencia, terminan arrepentidas o traumatizadas, llorando el hijo que mataron. A esto los especialistas lo llaman «síndrome post-aborto» el cual puede llevar a depresiones o a un deseo casi obsesivo de reponer al hijo perdido.
tema tratado en clase.

Revisión actual del 12:45 23 ago 2021

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PROPÓSITO Que comprendan que siempre habrá quien presente soluciones engañosas a los problemas de la vida.

Introducción

Una amiga quiere abortar ¿qué argumentos utilizarían para que no lo haga? ¿Quiénes están de a cuerdo con que aborte? Siguen las discusiones acerca del aborto. Varios de los amigos se suman al asunto y buscan formas concretas de ayudar a Lucía.

Lectura

–Un momento, señor –interrumpió Bárbara–. Una vez oí por televisión que un doctor decía que como el «feto» depende de la madre, en realidad no se puede hablar de una nueva vida, sino de una parte del cuerpo de ella. Como la madre es libre de hacer lo que quiera con su cuerpo, ella puede... «interrumpir su embarazo» sin problemas. No está matando a nadie.

–Sabes, Bárbara, eso no es ni cierto ni tiene base científica –respondió Alfredo comprensivo–. Lo que sucede es que detrás del aborto hay un gran negocio. Es realmente el negocio más sucio del mundo, junto con el narcotráfico. Los abortos son negocio y buscan su “venta” haciéndolo pasar como una “ayuda”. Pero el dolor que causan, no sólo a la vida que eliminan, sino a la mujer, no les importa para nada.

–Pero como al resto de la gente sí nos importa la vida y normalmente no queremos asesinar a nadie –complementó Sonia–, ellos nos tratan de engañar, disfrazando sus acciones de «científicas» y utilizando argumentos sentimentales y un vocabulario especial para suavizar el concepto, como la que usaste de «interrumpir» un embarazo, como si existiera la posibilidad de volverlo a echar a andar. Y que es “parte del cuerpo de la mujer”… Mira, por ejemplo, lo que dice este libro al respecto: ...el hecho de que en una determinada fase de su vida el hijo necesite el ambiente del vientre materno para subsistir no implica que sea una parte de la madre. Desde la fecundación tiene ya su propio patrimonio genético, distinto del de la madre, y su propio sistema inmunológico diferente también del de la madre, con quien mantiene una relación similar a la del astronauta y su nave: si saliese de ella moriría, pero no por estar dentro forma parte de la nave. Bárbara se sintió acorralada.

–¿Y qué solución proponen? –exigió haciéndose la ofendida.

–Bueno –contestó sin perder la paz Sonia–, si la situación realmente es tan difícil, siempre cabe la posibilidad de dar al niño en adopción. –¡Eso sería terrible! –saltó Bárbara de su asiento–. Sería un crimen. ¿Cómo una madre podría tener un hijo y regalarlo? Es algo desnaturaliza - do. Para eso... mejor no tenerlo.

–Médicamente hablando lo que más se parece a un crimen es abortar –dijo Alfredo–. Esa criatura ya vive. No tienes que oírlo llorar para darte cuenta de eso. Basta verlo en el ecógrafo. Se hizo un silencio incómodo. Bárbara enfiló enojada y derrotada hacia la puerta.

–Bueno, hagan lo que quieran –dijo despectiva–. Allá ustedes si le complican la vida a esta pobre chica... yo me voy. Cuando Bárbara salió se notó una distensión en el ambiente. De todas formas la presión sobre Lucía había sido mucha. Sonia se dio cuenta.

–Creo que mejor vamos a que descanses un rato –le ofreció–, ¿quieres, Lucía? Lucía asintió mecánicamente. Ambas subieron al segundo piso de la casa. Entonces Andrés y Betty entraron en la sala.

–Parece que la ayudamos –dijo con emoción Betty.

–Hay que esperar –contestó pensativo Alfredo.

–¿Cómo puede ser que una mujer llegue al extremo de pensar en matar a su hijo? –preguntó Andrés mientras se acomodaba junto a Elena.

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–Simplemente piensa en Lucía –le propuso su tío–: un error, la carencia de afecto, una idea errada de la sexualidad y se termina en un embarazo sin el contexto adecuado. La gente cree que insistir en el matrimonio como parte fundamental de la sexualidad es una exageración... hasta que se topan con esto y no saben ya qué hacer. Muchas mujeres son dejadas solas. El misterio de la vida, que debería llenar de alegría, en vez, de angustia y temor. Lucía está teniendo una batalla interior terrible: sabe que su hijito sigue creciendo, pero al mismo tiempo piensa en sus propios padres que ella cree que se enojarán, en su novio que la dejó, y en la sociedad, que la aislará. La sociedad tiene gran peso: primero invita a «liberar impulsos» para luego recriminar a la mujer y dejarla sola. Alfredo sentía que se había hecho médico precisamente para ayudar y defender a vidas inocentes y hablaba con emoción sobre esto.

–Entonces la mujer –continuó–, que está preparada toda ella para ser madre, entra en crisis. Pierde referencias y lo que es algo evidente: que a los hijos se los ama y se los defiende, se convierte en algo sumamente complicado que no sabe cómo resolver. Es entonces que proponen el aborto como una solución. Se comete una doble barbaridad: al chico se le quita la vida y al cuerpo de la madre, que se ha preparado para recibir a este nuevo ser, ahora sabemos que queda dañada también. Si procura abortar el primer embarazo, queda a riesgo del cáncer del seno. Y no todo queda ahí. A la madre se le daña psicológicamente y la mayoría de las mujeres, luego de esta experiencia, terminan traumatizadas, muchas veces con problemas graves de pesadillas y constantes recuerdos del hijo que mataron. Los psicólogos lo llaman «síndrome post–aborto», que puede llevar a depresiones y a una búsqueda enfermiza de «reponer» al niño. Claro que hay madres desnaturalizadas que han perdido hasta tal punto su conciencia que lo hacen aun sabiendo de qué se trata… pero éste no es el caso de Lucía. Por eso la mejor forma de ayudarla es salvando a su hijo.

–¿Pero cómo? –preguntó esperanzada Elena–. ¿Qué podemos hacer? –Mucho –contestó Alfredo–. Ustedes son sus amigos. Ella necesita apoyo, atención, alguien que esté alrededor mostrándole cariño y comprensión, aunque el tema del embarazo no se toque. Piensen que ella está asustada e insegura... pues entonces denle seguridad para que pueda pensar bien las cosas y encuentre salidas a su problema. No hay que recriminarle que haya llegado a este problema. Ella lo sabe mejor que nadie y lo comprenderá mejor aún andando el tiempo. Ahora lo importante es rescatar a la persona. Que se libere un poco de presiones para poder pensar y, sobre todo, enamorarse de esa vida que está en su seno. Creo que la mejor forma de ayudar a una mujer que está con dudas sobre si abortar o no es hacerle ver que hay alguien ahí dentro que la ama por encima de cualquier cosa en el mundo. Alguien para quien ella es especial e imprescindible y que, por tanto, espera todo de ella. Porque está cerca de su corazón y ese latido, ese «pum–pum» acompasado, es para él el sonido más familiar, hermoso y seguro del mundo. Si una madre se da cuenta de eso es capaz de defender a su hijo con uñas y dientes. Hay que darle una oportunidad, que se asome tal vez un poquito a ese mundo tan especial. En ella despertará la madre que las circunstancias y los intereses económicos quieren adormecer.

Entonces los tres se pusieron a hablar acerca de qué cosas deberían hacer. Lo primero sería buscar a los demás, a los más allegados al grupo, como Joaquín, a Juan. Organizarían salidas en las que Lucía estuviese bien acompañada.

Por su parte Alfredo y Sonia estudiarían la problemática de los papás y qué hacer con el niño. Había opciones. El último recurso sería dar el bebé en adopción, asegurándose de que llegue a una familia sana que lo ame y lo cuide. Pero Alfredo pensaba que no sería necesario, y que Lucía, al ver a su hijo, se iba a jugar por él. Lo mismo pensaba sobre la actitud de los nuevos «abuelos» que aún no sabían que lo eran. Claro que no sería un trago fácil de pasar, sobre todo para una familia que salía de una crisis. Pero él estaba convencido de que en situaciones de este tipo y con un poco de esfuerzo y comprensión, la gente suele mostrar su mejor cara. Andrés escuchaba todo con atención. Eran muchas cosas nuevas, situaciones injustas y duras que iba descubriendo de un mundo complicado. Pero de algún modo el hecho de que Alfredo los invitara a hacer algo para ayudar lo hacía sentir mejor, con menos dudas. Era un comienzo.


Mientras tanto, arriba, en la habitación de Alfredo, otra batalla se estaba librando. En cuanto entraron Lucía se tiró a la cama y dio rienda suelta a su llanto.

–¿Por qué...? –gritaba–. ¿Cómo pude ser tan estúpida...? Esto me va a arruinar la vida... ¡Soy una idiota! –y así siguió llorando por un largo rato. Sonia primero se mantuvo a prudente distancia, pero una vez que pasó el primer estallido se acercó y acarició su cabeza.

–Tú sabes que en el fondo no quiero hacerlo, Sonia –dijo Lucía en cuanto se sintió un poco desahogada.

–Lo sé, amiga –le dijo la profesora.

–Pero es tan difícil... –se quejó la muchacha.

–También lo sé –afirmó Sonia mientras enjugaba sus lágrimas–. Pero piensa que no estarás sola. Además es mucho lo que tienes por ganar. Lucía se fue tranquilizando. Finalmente se quedó dormida. Al poco rato despertó con todos los pelos en la cara y los ojos hinchados. Levantó la vista y pudo sonreír.

–No lo hará –pensó Sonia–. Ahora tenemos que apoyarla con más fuerza.

–Alguien tendrá que decírselo a mis papás –dijo Lucía, dando a entender que su decisión estaba tomada.

–Serás tú misma... –le dijo Sonia poniendo sus manos entre las suyas–. Pero si quieres estaremos allí para ayudarte. Lucía no pudo más y abrazó llorando a su inesperada amiga. Eran lágrimas de emoción. Después de tanta decisión tonta, sabía que por fin empezaba a recuperar el control.

Escucha ahora la explicación del profesor

1. Las mentiras y el negocio

No toda la información que nos hacen llegar es seria o científica. Recordemos que los medios se mueven en base al producto que desean colocar. Por lo tanto resulta cómodo informar «a medias» sobre algunos aspectos de la vida en beneficio del que comercia el producto. Es así que se cae en el engaño. La responsabilidad de las personas radica en informarse bien. Se debe desarrollar en lo alumnos un espíritu de análisis que los lleve a buscar la verdad de las cosas para que no se dejen engañar. En el caso del aborto muchos de los que lo practican niegan que exista vida antes del nacimiento (con diversas posturas referentes al tiempo), por lo que no se estaría matando a nadie. El aborto es un gran negocio ya que estamos hablando de una operación que tiene costos elevados. Es lógico que si una persona está metida en el negocio de abortar, motive a su futura «cliente» con todos los recursos que tenga a mano (el miedo, la culpa, la soledad, la ansiedad) para que «consuma su producto».

2. El estatuto del embrión humano

Pero veamos que dicen otras fuentes de información más serias: “Los conocimientos científicos sobre el neo-concebido en su primerísima fase de existencia unicelular (el zigoto) nos permiten tener la certeza de que se trata de un nuevo ser humano, diverso y distinto de sus padres: nos encontramos ante un cuerpo de un ser humano, desde el momento que su genoma es humano, como es humano el diseño-proyecto en él inscrito”1 Por otro lado, el hecho de que en una determinada fase de su vida el hijo necesite el ambiente del vientre materno para subsistir no implica que sea una parte de la madre. Desde la fecundación tiene ya su propio patrimonio genético, distinto del de la madre, y su propio sistema inmunológico diferente también del de la madre, con quien mantiene una relación similar a la del astronauta y su nave: si saliese de ella moriría, pero no por estar dentro forma parte de la nave.

3. Matrimonio y sociedad: soledad de la mujer

Ante la claridad de los hechos muchos podrán preguntarse qué lleva a una madre a realizar tal acto. En el texto de alumno se analizan algunas de estas causas: ...un error, la falta de afecto, una idea errada de la sexualidad y terminó en un embarazo sin el contexto adecuado. La gente cree que insistir en el matrimonio como parte fundamental de la sexualidad es una exageración... hasta que se topan con esto y no saben ya qué hacer. Muchas mujeres son dejadas solas. El misterio de la vida, que debe llenar de alegría, llena de angustia y temor. Lucía está teniendo una batalla interior terrible: sabe que su hijito sigue creciendo, pero al mismo tiempo piensa en sus propios padres, que ella cree que se enojarán, en su novio, que la dejó, y en la sociedad, que la aislará. La sociedad tiene gran peso: primero invita «liberar impulsos», luego recrimina a la mujer y la deja sola. No se trata de justificar el embarazo precoz. Lo que se hace es analizar las circunstancias o hechos que llevan a una joven a tomar esta decisión. Desde un análisis en «frío» se puede prevenir este tipo de situaciones en las cuales la mujer se siente sin salida y cree que la única alternativa es matar a su hijo. Pierde la conciencia que está preparada para ser madre y se vuelve algo sumamente difícil, cuando en realidad no lo es. De esto se aprovechan algunos profesionales inescrupulosos que sólo piensan en los beneficios económicos. En realidad manipulan a la mujer desde su problema.

4. Doble crimen

Se comete un doble crimen: al chico se le quita la vida pero a la madre se le daña la conciencia, esa voz interior que dice que cada mujer está hecha para traer nuevas vidas a la tierra. Hay mujeres que saben lo que hacen, pero la mayoría, luego de esta experiencia, terminan arrepentidas o traumatizadas, llorando el hijo que mataron. A esto los especialistas lo llaman «síndrome post-aborto» el cual puede llevar a depresiones o a un deseo casi obsesivo de reponer al hijo perdido.

5. Maternidad, verdadera ayuda

Se puede ayudar efectiva y afectivamente a las mujeres o adolescentes que se encuentran en esta situación conteniéndolas en lo que necesitan: compañía, apoyo, comprensión y afecto. Evitando la censura y la culpa. Esto la ayudará a sentirse menos presionada y tensa y así pensar mejor. Otro punto importante a rescatar es el hecho de la maternidad. Toda mujer puede encontrar la fuerza y la motivación necesaria cuando se descubre necesitada por el niño que lleva dentro. Además desarrollar la conciencia del niño que está vivo y espera cariño y cuidados de ella, ayudará a entender la importancia de su propia vida y que pase lo que pase su hijo cuenta con ella. Él no la juzga, sólo la quiera y la necesita. Esto ayudará a la madre a valorar la vida que lleva dentro así como su propia vida y rechazar el aborto.

Actividades de refuerzo

El Dr. Thomas Lickona menciona diez consecuencias emocionales negativas del sexo sin compromiso:

1. Preocupación sobre embarazo y enfermedades: cualquiera que tenga relaciones sexuales en una relación “abierta” ha experimentado alguna vez preocupación de contraer una enfermedad. La mujer en una relación sexual siempre tiene un potencial embarazo en mente.

2. Arrepentimiento y auto recriminación: Cuando una relación no resulta como uno esperaba surge el arrepentimiento y los malos sentimientos sobre uno mismo los cuales pueden perseverar por décadas.

3. Culpa: Pocas personas pueden mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio sin sentir al menos unas pocas punzadas de culpa.

4. Pérdida de autoestima y respeto a sí mismo: Mucha gente que se involucra en relaciones extramatrimoniales reporta una pérdida del respeto propio.

5. Deformación del carácter: La iniciación sexual cambia la mirada al mundo de manera negativa al punto que las relaciones inocentes pueden verse cargadas de pensamientos sexuales. Se empieza a mirar al mundo con una actitud voraz. Muchos han admitido en encuestas que una vez que comienzan con un estilo de vida sexual promiscuo, a veces mienten para tener sexo.

6. Confianza debilitada: Entregarse sexualmente es una gran cosa y, si la relación se vuelve negativa es difícil entregarse completamente de nuevo. A veces las personas que se involucran en relaciones sexuales fuera del matrimonio sienten una falta de confianza en sí mismas.

7. Depresión y suicidio: La tasa de intentos de suicidio en chicas con experiencia sexual entre las edades de doce y dieciséis años es seis veces más alta que en el caso de chicas vírgenes.3 Es más, chicos sexualmente activos entre las edades de catorce y diecisiete años tienen más probabilidades de sentirse deprimidos y suicidas que aquellos que no son sexualmente activos.4

8. Relaciones dañadas o arruinadas: Algunas veces el sexo no sólo acorta la vida de las relaciones entre las dos personas que las mantengan, además puede interferir negativamente en relaciones con amigos, miembros de la familia y padres.

9. Desarrollo personal detenido: El sexo extramatrimonial tiende a detener el desarrollo emocional tanto de la relación, como de las partes involucradas, ya que se salta el desafío de intentar conocer y cuidar de otro ser humano único.

10. Efectos negativos en el matrimonio: No es un sentimiento agradable pensar que uno está siendo comparado con parejas anteriores, ni contribuye a la felicidad del matrimonio el recordar anteriores compañeros cuando se hace el amor a su cónyuge.

Resumen

Los pasos hacia el perdón y la sanación.

"Puede una mujer experimentar el perdón y la sanación después de un aborto?"

Aquí resumo brevemente los pasos que fueron necesarios para mí y para otras mujeres que fueron víctimas de esta tragedia".

1. Experimentar el proceso de duelo.

El duelo es un sentimiento sano. Es un momento triste e incómodo pero hay que vivirlo necesariamente. La cólera, la incapacidad para perdonar a todos los que directa o indirectamente se implicaron en el aborto, la culpabilidad, la tristeza indecible por la destrucción del bebé, se entrelazan en la experiencia. Pero uno debe llegar a sobreponerse a estos sentimientos y reconocer el duelo como parte del proceso que conduce a la sanación.

2. Deseo de perdonarse uno a sí mismo.

El perdón de sí mismo es quizá la fase más difícil de todo este recorrido. Uno ha reducido a añicos su propia imagen, creyendo haber cometido el más detestable de los pecados. Muchas de nosotras sentimos la necesidad de castigarnos a nosotras mismas a consecuencia del aborto cometido. Al experimentar personalmente el amor de Dios y su perdón, he descubierto que Dios no es el Juez iracundo que yo veía en El cuando era niña, sino que es un Dios que quiere que yo esté en paz y que se acabe mi propio silencioso sufrimiento. Dios sabía que, como seres humanos que somos, íbamos a cometer el pecado, pero Dios, como padre amoroso que es, está dispuesto al perdón.

3. Aceptar que uno sí cometió un pecado.

Cuando por fin uno ha llegado a perdonarse a sí mismo, ya ha superado un gran obstáculo. Confiando que hemos sido perdonados, buscamos que se termine el sufrimiento y el dolor que nos hemos infligido nosotros mismos y comenzamos a caminar hacia la sanación. Admitimos nuestro pecado y nos responsabilizamos de la acción que hemos cometido. "En verdad lo hice. No puedo deshacer lo que hice pero espero ser perdonada". Háblele a Dios; El comprende y reconoce el verdadero arrepentimiento. Si no tiene una oración propia suya, le ofrezco ésta que yo empleé:

"Padre Celestial, vengo ahora a confesarte el pecado de aborto que he cometido. Por mis propias acciones he traído el tormento y la muerte a mi hijo y mucha tribulación a mí misma. Te ruego, Señor, me perdones. Al reconocer que por mi propia voluntad he destruído mucho en mi propia vida, te pido tu ayuda para vivir de acuerdo con el plan que tienes para mí. Como tu hija que soy, te pido que sanes cada parte de mi mente y de mi cuerpo que sufre todavía de las consecuencias del aborto y dame tu paz. Te agradezco el amor que me tienes y la piedad que me demuestras. En el nombre de Jesús. Amén".

3. Decidirse a perdonar a otros.

La desaparición de los sentimientos de amargura y de rabia hace parte de la sanación. Necesitamos pedir a Dios ayuda para perdonar a todas las personas que hayan podido influir en la decisión de abortar. Necesitamos perdonar al personal de la clínica de abortos. A veces esto parece imposible, pero con la ayuda de Dios se torna posible.

4. Experimentar la realidad.

Para muchas de nosotras el tiempo que sigue al aborto es un tiempo de negación. Este mecanismo de defensa se apodera de nuestros cuerpos y de nuestras mentes hasta que seamos capaces de manejar este tremendo dolor y esa sensación de pérdida. Cuando por fin somos capaces de lograrlo, debemos enfrentar el dolor y poner cara a la realidad de nuestra acción. Y hacerlo paso a paso. No importa lo doloroso que pueda ser, es parte del proceso de sanación.

5. Establecer una relación con el niño abortado.

Esto es algo íntimo y a la vez doloroso que hay que hacer. Pensando que el niño abortado fue justamente eso - un niño - uno puede comenzar a hablarle durante los momentos tranquilos. La aflicción que tal vez uno llegue a sentir puede ser ciertamente saludable y es sin duda necesario experimentarla para lograr perdonarse a sí misma. En estos momentos uno tiene que abrirse a sus propios sentimientos.

6. Llegar a otros.

Cada una de nosotras decide cómo alcanzar a otras personas. Cuando nos ponemos en contacto con otras personas que están heridas, surgen sentimientos agradables, positivos, respecto de nosotras mismas. El mismo perdón y la misma sanación que estamos experimentando pueden ofrecérseles a ellas también. Y una decisión que debemos tomar en consideración cada una de nosotras es la de comprometernos en la lucha contra la legalización del aborto. El perdón y la sanación que hemos conocido nos darán, sin duda, la fuerza para compartir con otros esa paz que hemos logrado.

Actividad para la casa

¿Cómo defenderías la vida?

Argumenta fundamentando tus respuestas a través del siguiente texto: Se comete un doble crimen: al chico se le quita la vida pero a la madre se le daña la conciencia, esa voz interior que dice que cada mujer está hecha para traer nuevas vidas a la tierra. Hay mujeres que saben lo que hacen, pero la mayoría, luego de esta experiencia, terminan arrepentidas o traumatizadas, llorando el hijo que mataron. A esto los especialistas lo llaman «síndrome post-aborto» el cual puede llevar a depresiones o a un deseo casi obsesivo de reponer al hijo perdido.