Diferencia entre revisiones de «Sesión 2: La patria»

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–Es cierto, parece contradictorio... pero no lo es. La forma de necesitar
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todos de todos no se da abstracta, sino concreta. Tú naciste en esta ciudad.  
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Esta ciudad tiene su forma de ser, su clima, su ritmo, sus costumbres,
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violento que perjudique la paz.” (Cap 28 libro Aprendiendo a Querer).
violento que perjudique la paz.” (Cap 28 libro Aprendiendo a Querer).
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== Escucha ahora la explicación del profesor ==
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Revisión actual del 07:40 29 oct 2021

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PROPÓSITO El estudiante comprenda la relación existente entre patriotismo y solidaridad, justicia.

Introducción

Juan está de mal humor y discute con el profesor sobre la patria. El profesor del curso reflexiona con la clase sobre el verdadero significado de la patria. Patria somos todos. Nos necesitamos para vivir. El sentido de los símbolos patrios.


Lectura

La relación entre Juan y Betty tenía sus días. Algunas veces estaban de muy buen humor. Esos días les gustaba pasearse por los pasillos del colegio en los descansos tomados de la mano y conversando. Otras estaban de pésimo humor y no paseaban. Así que cuando no estaban juntos en el descanso, sus compañeros esperaban alguna reacción en la siguiente hora de clase. Es que el estar de mal humor hacía que Juan se volviera caprichoso... y Betty de lo más fastidiosa. Algunos pensaban que Juan y Betty se ponían así luego de pelear. En realidad era al revés: reñían porque se sentían de mal humor. Lo que tal vez no terminaban de entender era que todavía, a pesar de ser grandes, estaban en crecimiento. Eran las pinceladas finales de la adolescencia. La inestabilidad propia del cambio se notaba bastante. Un día en que estaban especialmente enojados fue antes de las fiestas patrias. El mal humor de Juan era muy grande luego del primer descanso. Había discutido con Betty y sentía muchas ganas de contradecir. Bastó que el profesor de historia hiciera una alusión a la fecha para que él lanzara un ataque. –Esto de las fiestas patrias me parece una estupidez. Cantar el himno, saludar a la bandera... cosas de chiquillos. No sirve para nada. El viejo profesor Sánchez no era de aguantar ese tipo de reacciones pero le gustaban los retos. Así que enfrentó a Juan con una pregunta. –A ver, joven, ¿cuál es tu problema? Juan estuvo a punto de decirle que estaba harto de todo. Que la noche anterior... pero no, mejor solamente discutía eso de la patria. –Es que lo de la patria y «qué–se–yo» me parece una soberana estupidez. Todo el mundo se queja del gobierno y parece que tienen razón. Bueno, solamente mire en el país en que vivimos, me parece una porquería. Y no creo que lo mejoremos con cantar el himno. Por eso, los días patrios solamente me gustan porque no hay clases. Cuando estaba de mal humor le encantaba exagerar las cosas y defender su posición. El profesor Sánchez , como siempre, se tomó su tiempo. Se puso de pie y miró por la ventana.

–Muy bien Juan. Ya que hoy has venido «inspirado» hagamos de la Patria un tema de clase. Discutamos sobre la patria y los símbolos patrios. Hubo un murmullo de interés: si se agarraban Juan y el profesor la cosa se podía poner buena. –¿Conoces el país, Juan? –preguntó Sánchez mientras miraba el patio. –Bueno... sé dónde vivo. –Me refiero a si lo has recorrido. ¿Has viajado? –No. –Pues no sabes lo que te pierdes. Ojalá algún día te decidas y viajes, lo que puedas, por este hermoso país. Creo que cambiaría tu opinión. En realidad no creo que sea toda tu opinión. Algo más te molesta y lo descargas aquí ¿cierto? El alumno no lo pudo negar. Le sorprendió la forma de captar todo del profesor. –No importa... esto suele ser así. Pero mientras estás en el tema déjame decirte algo acerca de nuestro país. No te voy a hablar de héroes y de batallas, eso ya lo conoces. Te voy a hablar de un muchacho llamado Juan. Juan nació en un familia. Imposible que saliera de un árbol y si alguna vez te hablaron de cigüeñas, estoy seguro que ahora sabes la verdad. El interesado se puso bastante colorado y en general en la clase hubo una risa aprobatoria de la ocurrencia del profesor. Pero duró sólo un instante porque de inmediato el profesor continuó. –Necesitaste de tus padres. No solamente para que se unieran óvulo y espermatozoide. Los necesitaste para crecer. Pero ellos no lo podían hacer todo solos. Tu padre era escritor (muy bueno, por cierto), pero con escribir no se come. Los libros no te abrigan en invierno ni te curan cuando estás enfermo. Tus padres necesitaron de muchas otras personas para sacar adelante a tu familia. De algún modo tu padre necesitó del país y el país necesitó de tu padre. En ese punto el salón había pasado como por arte de magia a un silencio de respeto. Un silencio para nada incómodo pero muy profundo. El tema del papá de Juan era para respetar. Sánchez continuó con su comentario. –No podemos vivir al margen de todos y de todo. Por eso las ciudades se arman y se organizan. Por eso existe una sociedad y un gobierno que tiene que buscar mantener un orden, porque todos necesitamos de todos. Es parte de nuestra naturaleza. –Pero profesor –interrumpió Roxana–, muchas veces parece que más que vivir juntos vivimos unos contra otros... siempre me ha parecido eso una contradicción. –Es cierto, parece contradictorio... pero no lo es. La forma de necesitar todos de todos no se da abstracta, sino concreta. Tú naciste en esta ciudad.

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Esta ciudad tiene su forma de ser, su clima, su ritmo, sus costumbres, su historia. Como tú tienes tu historia y esa historia está para siempre relacionada con esta ciudad. Todos tenemos defectos y por tanto nuestra ciudad, nuestro país, nuestro mundo tendrá defectos. Pero así y todo no podemos vivir fuera de él... aunque más no sea como referencia. –Quiere decir que los que se van del país de todas maneras están vinculados con él –intervino José. –Así es y así debe ser siempre. Como parte de esta patria tenemos todos una historia común, anécdotas y sucesos de otros, iguales que nosotros, que vivieron aquí antes. Si nos olvidamos de nuestra historia estaremos condenados a repetir una y otra vez sus errores. No es muy inteligente. Pues la patria abarca tu historia, mi historia, la historia de la ciudad, de la región, en fin, de todo un pueblo con el que de algún modo nos identificamos. Julieta alzó la mano. –¿Quiere decir profesor que en realidad la patria también es como la experiencia de todos, como si fuera un viejo que sabe mucho porque ha vivido mucho? –¡Exacto! Lo has entendido muy bien. Es eso y más. La patria es nuestra casa grande. Claro que no es la única. Claro que otras nos pueden parecer más limpias, más grandes o más confortables, pero ésta es «nuestra casa». Mi casa no es la más linda de la ciudad, pero es mía. Respeto las demás casas, pero vivo en la mía y espero que los demás también la respeten. –Pero está en sus manos mantenerla limpia... y si no quiere, la deja hecha un chiquero... en cambio este país lo recibimos así y es poco lo que podemos hacer... Si bien el malhumor de Juan había bajado mucho, todavía se lo notaba «contreras». –Te equivocas de nuevo, Juan. Tu país es tan tu casa como los ladrillos que te cobijan –ese punto todo el salón empezó a aplaudir medio en broma medio en serio por la frase tan decorada del profesor. En este punto el clima era el mejor–. En el caso de tu casa tienes que recordar constantemente que es tu casa, para mantenerla en orden y limpia. Depende de ti. Si dijeras: “Mi esposa pasa más tiempo en casa que yo, que ella haga todo”, pronto tu casa se convertiría en un caos. –Y su esposa lo echaría a patadas –gritó en un arranque Betty al tiempo que todo el salón se prendía en una sonora carcajada... incluso el mismo profesor. Finalmente ni Juan ni Betty pudieron resistir a la risa y todo mejoró sustancialmente.

Cuando se calmaron las risas Sánchez volvió a tomar la palabra. –Por eso la patria no es la bandera o el himno... es más. –Sí –lo interrumpió Juan, ya de mejor humor– ya entendí: la patria son las personas... somos las personas. –Y las personas –retomó el profesor como para redondear su idea– necesitamos signos que nos recuerden de dónde venimos y nos proyecten a futuro. La bandera es como si tú tuvieras una foto de... Betty, por ejemplo. La foto no es Betty, pero la representa. Si ella está lejos, tú miras la foto y te acuerdas de ella. Juan se quedó sorprendido de lo bien que lo conocía el profesor. Además tuvo que reconocer para adentro que entendía a lo que se refería. Por cierto que entendió muy bien el ejemplo. –Pero la bandera se queda en nada si no hacemos cosas concretas por la patria. Mira, aquí tengo justo unos apuntes para el discurso que voy a leer mañana en la fiesta del colegio. Tal vez te vengan bien para entender un poco más qué es esto de la patria. Recuerda que tu familia, la que formarás alguna vez, estará en esta nuestra patria y será parte de ella... Lo cual es muy bueno. La virtud del patriotismo (de “La educación de las virtudes” David Isaacs) 1 “Los valores que se pueden vivir a nivel patria pueden englobarse en lo que se podría titular «el bien común». Y ese «bien común» requiere el trabajo bien hecho con responsabilidad de todos los miembros, la lucha para conseguir una sociedad justa, la paz y el respeto por la misma tierra, las instituciones, costumbres, historia y logros que existen. La atención a los detalles de orden y de limpieza, como puede ser no tirar papeles en el suelo o no pintar las paredes, suele llamarse civismo. Pero si se comprende que el deber de cada persona es preocuparse por el bien común de todos sus compatriotas, estos actos pueden considerarse muy relacionados con el patriotismo. Puede considerarse patriotismo si la persona se siente responsable de cuidar lo que es de todos los miembros de un país. Y luego podrán sentirse orgullosos de esos logros o reconocer las deficiencias y hacer algo para corregirlas. El patriota no es la persona que se queja de su país. El patriota criticará a su país, pero pondrá algún medio para corregir lo que ha criticado.

Solamente se puede lograr una situación económica estable en un país si cada persona trabaja responsablemente, pensando no sólo en sus derechos legítimos, sino también su sus deberes y en el bien común. La justicia requiere que cada uno cumpla con las leyes comunes –con tal de que sean justas en sí– y, por tanto, el patriotismo significa cumplir estas leyes, pagando los impuestos, cumpliendo con el servicio militar, utilizando el derecho al voto, etc. La justicia necesita, también, que cada uno aproveche los cauces previstos para lograr mayor justicia a todos los niveles. Por tanto, para que pueda haber una patria unida y fuerte, cada persona debe participar activamente en asociaciones de padres, asociaciones de vecinos, gobierno local, etc., de acuerdo con sus capacidades personales. La paz es resultado de la caridad vivida por los miembros de una sociedad. Por tanto, habrá que buscar el modo de vivir la caridad con el vecino y con todos los demás, respetando la diversidad de opiniones, poniéndose de acuerdo para lograr mejoras, y defendiéndose de cualquier tipo de acto violento que perjudique la paz.” (Cap 28 libro Aprendiendo a Querer).

Escucha ahora la explicación del profesor

La patria somos todos

Es frecuente reducir el concepto de patria a los símbolos patrios propios de cada nación. Pero esto no deja de ser una abstracción que hasta puede resultar lejana para los jóvenes. La noción de patria está en estrecha relación con las personas y con los elementos cotidianos que conviven con nosotros desde que nacemos. Nacemos dentro de una sociedad y no es por coincidencia, necesitamos de ella para subsistir y la sociedad nos acoge durante toda nuestra vida. También se vive de los recursos del país donde nacimos. Los gobiernos se encargan de que toda esta convivencia se de ordenadamente, estableciendo normas y leyes buscan mantener un orden para que todos podamos convivir en reciprocidad. Pertenecemos a un lugar en el cual compartimos una historia en común, costumbres similares, modos de vivir parecidos. Un lugar conformado por personas que tienen tanto virtudes como defectos, los cuales debemos corregir en lugar de criticar porque es responsabilidad nuestra mejorar el lugar donde vivimos. A pesar de los defectos no podemos vivir fuera de la sociedad, necesitamos de ella. Tampoco podemos despreciar lo errores del pasado deben ser para nosotros lecciones de vida para mejorar la historia actual.

Patriotismo y civismo

Entonces la patria es tan de uno como del resto de los ciudadanos y esto significa asumir responsabilidades para con ella. Todos estamos llamados a hacer patria de manera positiva para contribuir al mejoramiento de ésta. Si cada una de las personas renunciara a su deber cívico entonces el país terminaría siendo un caos. El civismo es amar lo nuestro porque nos ha dado lo necesario para vivir mejor y salir adelante, es recono�cer que en nombre de ese bien y de ese progreso debemos colaborar para seguir avanzando juntos como lo seguimos haciendo desde ya.

Necesidad de los símbolos patrios

En cuanto a los símbolos patrios: ...las personas (...) necesitamos signos que nos recuerden de dónde venimos y nos proyecten a futuro. La bandera es como si tú tuvieras una foto de… Betty, por ejemplo. La foto no es Betty, pero la representa. Si ella está lejos, tú miras la foto y te acuerdas de ella. Los símbolos patrios ayudan a recordar y reforzar el amor a la patria, expresando particularidades de la misma y motivándonos a plasmar nuestro amor en actos concretos de respeto y cuidado por el país al cual se pertenece. Ayuda a exaltar lo sentimientos de amor hacia la patria y comprender más a fondo el lugar al que pertenecemos

Actividades de refuerzo

Resumen

La virtud del patriotismo (de “La educación de las virtudes” David Isaacs)


“Los valores que se pueden vivir a nivel patria pueden englobarse en lo que se podría titular «el bien común». Y ese «bien común» requiere el trabajo bien hecho con responsabilidad de todos los miembros, la lucha para conseguir una sociedad justa, la paz y el respeto por la misma tierra, las instituciones, costumbres, historia y logros que existen. La atención a los detalles de orden y de limpieza, como puede ser no tirar papeles en el suelo o no pintar las paredes, suele llamarse civismo. Pero si se comprende que el deber de cada persona es preocuparse por el bien común de todos sus compatriotas, estos actos pueden considerarse muy relacionados con el patriotismo. Puede considerarse patriotismo si la persona se siente responsable de cuidar lo que es de todos los miembros de un país. Y luego podrán sentirse orgullosos de esos logros o reconocer las deficiencia y hacer algo para corregirlas. El patriota no es la persona que se queja de su país. El patriota criticará a su país, pero pondrá algún medio para corregir lo que ha criticado. Solamente se puede lograr una situación económica estable en un país si cada persona trabaja responsablemente, pensando no sólo en sus derechos legítimos, sino también su sus deberes y en el bien común. La justicia requiere que cada uno cumpla con las leyes comunes –con tal de que sean justas en sí– y, por tanto, el patriotismo significa cumplir estas leyes, pagando los impuestos, cumpliendo con el servicio militar, utilizando el derecho al voto, etc. La justicia necesita, también, que cada uno aproveche los cauces previstos para lograr mayor justicia a todos los niveles. Por tanto, para que pueda haber una patria unida y fuerte, cada persona debe participar activamente en asociaciones de padres, asociaciones de vecinos, gobierno local, etc., de acuerdo con sus capacidades personales. La paz es resultado de la caridad vivida por los miembros de una sociedad. Por tanto, habrá que buscar el modo de vivir la caridad con el vecino y con todos los demás, respetando la diversidad de opiniones, poniéndose de acuerdo para lograr mejoras, y defendiéndose de cualquier tipo de acto violento que perjudique la paz.”

Actividad para la casa

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