Diferencia entre revisiones de «Sesión 1: Ser, hacer, tener»

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== Lectura ==
== Lectura ==


'''WONDERSHARE FILMORA:''' Es un programa de edición de vídeo para que cualquier usuario aprende a utilizarlo de manera rápida y sencilla 
Juan y Betty conversaban muy a menudo acerca de
lo diferente que sentían ese año respecto a los anteriores. Había mucho
debate, mucha polémica, muchas preguntas incómodas y respuestas
a veces igualmente incómodas para algunos. Pero también era tiempo
de tomar partido y buscar lo mejor, más allá de lo que Ramón o Manuel
pudiesen decir. En el fondo Juan sabía que en sus amigos había rasgos de
mediocridad que tarde o temprano los iba a perjudicar. Por eso se ponía
firme con ellos, no por «contreras» sino para encontrar lo mejor para sí.
Días después de que la enfermedad de Betty pasara y cuando recién se
reincorporaba a clase, Alberto Pérez, psicólogo del colegio, llegó al salón a
hablarles de orientación vocacional.
En este contexto Juan y Betty pensaron que podía ser una buena
oportunidad. Sin embargo el ambiente que les rodeaba no parecía ser de
la misma idea. En el fondo era que el nerviosismo los hacía moverse de
un lado a otro, hablar fuerte y hasta burlarse de la idea incluso de tener
esa charla. Alberto se impuso y así pudo
empezar.
–Como más de uno sabe siempre
por estas fechas el colegio busca darles
elementos para ayudarlos en las definiciones que les toca hacer. Mi presencia hoy
aquí es para hablar de decisiones. Pero en
especial de una decisión básica: a qué se
van a dedicar en la vida.
–¡A vivir! –interrumpió de pronto uno
con voz de burla desde el fondo.
La explosión de risa fue inmediata.
Contra todo pronóstico el profesor, en
lugar de sacar al rebelde se rió de su
broma y lo miró fijo.
–Sí... pero hay formas y formas de vivir
–dijo con tono de desafío.
El efecto había sido perfecto. Nadie reía y ahora sí todos le prestaban
«máxima atención».
–En este terreno todo... repito, todo, depende de ti.
La expresión del profesor despertó el espíritu de polémica de más de
uno.
–No es cierto –reaccionó Ramón–. No todo depende de ti. Cada uno
hace lo que puede y muchas veces no puedes hacer lo que quieres y
terminas trabajando de cualquier cosa. Como mi viejo y cualquiera de los
viejos de los muchachos... ¡Es cierto, muchachos!
Varios asintieron más que nada para ponerse detrás del líder de
turno. Parecía que Alberto tendría que retractarse, lo cual le quitaría toda
autoridad. Pero no lo hizo... lo cual puso la clase aún más interesante.
–Te doy la razón sobre algunos adultos, Ramón, pero a pesar de eso
insisto que todo depende de ti.
–¿Cómo? –preguntó agriamente el alumno.
–Pensando en lo que quieres ser, en lo que vas a hacer para ser eso y
en la forma en que tu «hacer» te dé suficiente tener para vivir bien.
Nadie entendió nada, pero sonaba muy «científico».
–Vayamos por partes. Primero el ser. Y no piensen «somos seres
humanos». Me refiero a qué vas a ser en la vida, obviamente partiendo de
que ya eres hombre o mujer.
Juan estaba muy atento.“O sea que ya soy hombre pero ahora toca
decidir qué quiero ser en otros sentidos en la vida...”. Luego de un instante
Alberto continuó su razonamiento.
–Cuando ustedes eligen una carrera o algo a lo que quieren dedicarse,
están haciendo una opción que influirá en toda su vida. En la medida que
crezcan no podrán distinguir entre lo que son y lo que hacen. Por eso en
lo primero que tienen que pensar es qué van a ser. Este aspecto es muy
amplio y al mismo tiempo muy simple. Lo primero que tienen que buscar
ser es «buenas personas».
Varios pusieron cara de desprecio y hasta alguna risa sarcástica de oyó
en el salón.
–No veo motivo de risa –dijo el profesor–. Ser personas que suman o
personas que restan es la primera elección que va a influir en el futuro de
cada uno de ustedes. Hay que saber que las personas que suman y dan son
felices y que los que sólo viven para sí no se sienten realizados.
Te lo dicen muchos especialistas: la persona sólo encuentra felicidad si
sabe qué sentido tiene su vida, para qué está en el mundo. Y sólo encuentra
sentido el que aprende a sumar, a dar los demás. Por tanto el que hace una
opción por dar a los demás y no quedarse en sí mismo está más cerca de
ser feliz que el que se queda sólo y amargado en su egoísmo.
Ese era un concepto nuevo que Betty trató de anotar en parte en su
cuaderno para luego pensarlo más. Solamente pudo poner: « dar a los
demás = sentido; sentido = felicidad; egoísmo = amargura». Simplemente
agregó de su cosecha «¿Cómo dar?». Pero la explicación continuaba.
–Muchas veces la gente se lanza a hacer un trabajo «para ganar plata»
y no van mas allá. Algunos pisan cabezas o se vuelven corruptos con tal
de salir adelante porque les han hecho creer que esa es la única forma de
ser algo o alguien. Confunden el «ser» con el «hacer». Una vez escuché a
un atleta que había ganado medallas y ante la perspectiva de no ganar
había hecho trampa y por eso le quitaron todo lo que tenía que, luego de
perder aún lo que había ganado en buena ley, se dio cuenta que «si no eres
nada sin una medalla, no lo eres con ella». Para ellos lo más importante es
«tener». Pero un hecho contundente es que nadie es feliz por lo que tiene,
sino por lo que hace y lo que es, lo que ama y si es amado.
–También depende de qué estilo de vida uno quiere –interrumpió
Juan, aunque no entendía muy bien por qué lo decía.
–Tienes razón. Mucho depende de qué quieres para tu futuro.
¿Prefieres optar por el «tener» antes que por el «ser pleno»? ¿Ganar plata
a costa de tu felicidad? Recuerden, tu profesión es lo único que harás
durante buena parte de tu vida, por ocho horas diarias, así que te tiene
que gustar. Conozco ese cuento: empieza lindo cuando te puedes comprar
algunas cosas que de otra forma tardarías más. Pero tarde o temprano se
puede convertir en una prisión.
Todos callaron. En realidad el tema de la satisfacción personal o
felicidad era algo que no pasaba desapercibido para ninguno en la clase.
El profesor continuó.
–Se equivocan si ven el trabajo o la profesión como algo ajeno a
ustedes o como un medio para sobrevivir.
–Hoy en día sólo se trabaja para sobrevivir –interrumpió tajante
Manuel.
–Ése creo que es el error. El trabajo te tiene que ayudar a desarrollar
habilidades particulares que nadie más puede desplegar. Hoy se piensa
que es sólo para sobrevivir. Ésa es una forma mezquina de ver las cosas.
Claro que la situación está difícil y «nadie te regala nada» pero si partes de
la mentalidad «haré esto para sobrevivir cada día» estás renunciando de
entrada a esa realización y felicidad personal de la que te hablo. Piensen
¿porqué quieres estudiar medicina? ¿o ser repostero o carpintero o artista
o veterinaria o vendedora... qué se yo, tantas ocupaciones? Porque hay
algo dentro de ustedes que los inclina a esas profesiones.
–Hay profesiones que son imposibles de seguir –se burló Manuel–,
como la repostería que no da dinero y es sólo para mujeres.
–¡Te equivocas! –saltó como un resorte Ramón.
Hubo sorpresa general. Ramón no era el tipo de persona que se
molestara con facilidad, para él todo era broma.
–Mi hermano –continuó– se dedica a administrar su propio negocio
y le va muy bien. Es más ha viajado por el mundo yendo a congresos y
exposiciones. Es un empresario y ¿sabes en qué trabaja? Es «chef»... sólo
que es el mejor.
La cosa se iba a caldear pero el profesor lo supo cortar a tiempo.
–Calma. Excepto por el cómo lo has hecho, quiero decir que el ejemplo
de Ramón es bueno. Si uno sigue sus inclinaciones puede llegar a encontrar
un trabajo que, junto con otros, ayuda a cubrir las diferentes necesidades
de la sociedad. Así aportan tanto un médico como una enfermera, una
arquitecta como un albañil, el director de orquesta como el violinista. Cada
uno desde su lugar y con sus habilidades.
–Parte de «desarrollar las habilidades» se ve en el
dinero que se puede ganar –Manuel insistía en el mismo
tema–. Lo que se busca es tener dinero para poder vivir
bien.
–Tal vez sí, pero ganar dinero no es lo que te hace
más feliz. Claro que un justo «tener» ayuda a desarrollar el
«ser». Pero no se confundan: el tener no asegura ser mejor
y se puede ser mejor incluso sin tener tanto.
–¿Y puede ser que en algunos casos primero se es
mejor y luego recién viene un buen tener? –preguntó
Betty.
–Suele pasar. Por ejemplo un artista: cuando empieza
es raro que alguien confíe en él como para que se asegure su futuro
totalmente. Tiene que demostrar que es buen artista. De alguna forma
desarrolla sus habilidades sin tanto «tener». Si llega a ser bueno es más
fácil que entonces sí su «tener» sea mejor. Pero va a desarrollar mejor sus
habilidades si busca ser consecuente consigo mismo. El mejor «hacer» es
aquél que te ayuda a ser más tu mismo, a ser más feliz.
–Pero hay mucha gente que estudia una cosa y luego se dedican a
otra. Incluso algunos no estudian nada. ¿Qué pasa con ellos?
–Buena pregunta, Juan. Eso es parte del proceso. Primero deben
asegurarse que aquello a lo que quieran dedicar les deje ganar lo suficiente
para vivir. Y es aquí donde la cosa se puede complicar...
–Sí –susurró Ramón a Juan–, un amigo de mi mamá no encuentra
trabajo hace más de ocho meses y hace trabajos temporales para sobrevivir.
–Shhhh!
Betty estaba concentrada en lo que el profesor estaba diciendo.
–...El mundo actual es difícil en muchos sentidos, pero especialmente en este. No es fácil encontrar un buen trabajo. Por ello puede suceder que en el camino la vida les vaya abriendo unas y otras posibilidades de
trabajar para llevar a su casa el pan. Es allí donde tienen ustedes que tener
claro lo que quieren. Imaginemos que a uno de ustedes les gusta el campo
de la salud. Puede ser médico, paramédico, enfermera o enfermero entre
otras.
–¿Qué hacer ante tantas alternativas? –preguntó Enrique.
–En esos casos vean con realismo cuáles son las oportunidades que
les va ofreciendo la vida. Las decisiones que tomen respecto a su futuro
tienen que ser flexibles para lograr su objetivo. Márquense prioridades y
síganlas. Hasta ahora hemos hablado sola-mente de las profesiones, pero
hay una ocupación vital que me parece anterior a las anteriores y es la de
la familia.
–¿Cómo? –fue la voz unánime de todos.
–Sí, formar y mantener una familia es una tarea muy importante. Para
ello hay que ver que los ingresos sean suficientes. Hay gente que trabaja
con mucha fuerza en áreas que no son de su interés inicial por sacar
adelante un hogar. No es renunciar a tus intereses sino entender dónde
está tu «ser» más importante para que tu «hacer» tenga mejor color. Los
títulos de padre o madre no son nada despreciables.
Todos salieron al descanso comentando algo de lo que había dicho
Alberto. Betty salió y de inmediato se le acercó Julia. Otra vez había faltado
al colegio y luego de la conversación en su casa, antes de la película, sentía
un compromiso especial hacia ella. No se equivocaba.




[[Archivo:niña2.JPG|thumb|200px]]
[[Archivo:niña2.JPG|thumb|200px]]


== Escucha ahora la explicación del profesor ==
== Escucha ahora la explicación del profesor ==

Revisión del 10:02 11 ago 2021

Computadora 1.JPG


PROPÓSITO El estudiante aprende cuales son las requerimientos mínimas para la instalación de programa a utilizar en clase para la edición de los vídeos.

Introducción



¿Cuales son las características mínimas para que el programa funcione? Lo primero que se debe de ver son los requerimientos mínimos que el programa requiere y de esta manera el programa se ejecute de manera optima en el ordenador.


Lectura

Juan y Betty conversaban muy a menudo acerca de lo diferente que sentían ese año respecto a los anteriores. Había mucho debate, mucha polémica, muchas preguntas incómodas y respuestas a veces igualmente incómodas para algunos. Pero también era tiempo de tomar partido y buscar lo mejor, más allá de lo que Ramón o Manuel pudiesen decir. En el fondo Juan sabía que en sus amigos había rasgos de mediocridad que tarde o temprano los iba a perjudicar. Por eso se ponía firme con ellos, no por «contreras» sino para encontrar lo mejor para sí. Días después de que la enfermedad de Betty pasara y cuando recién se reincorporaba a clase, Alberto Pérez, psicólogo del colegio, llegó al salón a hablarles de orientación vocacional. En este contexto Juan y Betty pensaron que podía ser una buena oportunidad. Sin embargo el ambiente que les rodeaba no parecía ser de la misma idea. En el fondo era que el nerviosismo los hacía moverse de un lado a otro, hablar fuerte y hasta burlarse de la idea incluso de tener esa charla. Alberto se impuso y así pudo empezar. –Como más de uno sabe siempre por estas fechas el colegio busca darles elementos para ayudarlos en las definiciones que les toca hacer. Mi presencia hoy aquí es para hablar de decisiones. Pero en especial de una decisión básica: a qué se van a dedicar en la vida. –¡A vivir! –interrumpió de pronto uno con voz de burla desde el fondo. La explosión de risa fue inmediata. Contra todo pronóstico el profesor, en lugar de sacar al rebelde se rió de su broma y lo miró fijo. –Sí... pero hay formas y formas de vivir –dijo con tono de desafío. El efecto había sido perfecto. Nadie reía y ahora sí todos le prestaban «máxima atención». –En este terreno todo... repito, todo, depende de ti. La expresión del profesor despertó el espíritu de polémica de más de uno. –No es cierto –reaccionó Ramón–. No todo depende de ti. Cada uno hace lo que puede y muchas veces no puedes hacer lo que quieres y terminas trabajando de cualquier cosa. Como mi viejo y cualquiera de los viejos de los muchachos... ¡Es cierto, muchachos! Varios asintieron más que nada para ponerse detrás del líder de turno. Parecía que Alberto tendría que retractarse, lo cual le quitaría toda autoridad. Pero no lo hizo... lo cual puso la clase aún más interesante. –Te doy la razón sobre algunos adultos, Ramón, pero a pesar de eso insisto que todo depende de ti. –¿Cómo? –preguntó agriamente el alumno. –Pensando en lo que quieres ser, en lo que vas a hacer para ser eso y en la forma en que tu «hacer» te dé suficiente tener para vivir bien. Nadie entendió nada, pero sonaba muy «científico». –Vayamos por partes. Primero el ser. Y no piensen «somos seres humanos». Me refiero a qué vas a ser en la vida, obviamente partiendo de que ya eres hombre o mujer. Juan estaba muy atento.“O sea que ya soy hombre pero ahora toca decidir qué quiero ser en otros sentidos en la vida...”. Luego de un instante Alberto continuó su razonamiento. –Cuando ustedes eligen una carrera o algo a lo que quieren dedicarse, están haciendo una opción que influirá en toda su vida. En la medida que crezcan no podrán distinguir entre lo que son y lo que hacen. Por eso en lo primero que tienen que pensar es qué van a ser. Este aspecto es muy amplio y al mismo tiempo muy simple. Lo primero que tienen que buscar ser es «buenas personas». Varios pusieron cara de desprecio y hasta alguna risa sarcástica de oyó en el salón. –No veo motivo de risa –dijo el profesor–. Ser personas que suman o personas que restan es la primera elección que va a influir en el futuro de cada uno de ustedes. Hay que saber que las personas que suman y dan son felices y que los que sólo viven para sí no se sienten realizados. Te lo dicen muchos especialistas: la persona sólo encuentra felicidad si sabe qué sentido tiene su vida, para qué está en el mundo. Y sólo encuentra sentido el que aprende a sumar, a dar los demás. Por tanto el que hace una opción por dar a los demás y no quedarse en sí mismo está más cerca de ser feliz que el que se queda sólo y amargado en su egoísmo. Ese era un concepto nuevo que Betty trató de anotar en parte en su cuaderno para luego pensarlo más. Solamente pudo poner: « dar a los demás = sentido; sentido = felicidad; egoísmo = amargura». Simplemente agregó de su cosecha «¿Cómo dar?». Pero la explicación continuaba. –Muchas veces la gente se lanza a hacer un trabajo «para ganar plata» y no van mas allá. Algunos pisan cabezas o se vuelven corruptos con tal de salir adelante porque les han hecho creer que esa es la única forma de ser algo o alguien. Confunden el «ser» con el «hacer». Una vez escuché a un atleta que había ganado medallas y ante la perspectiva de no ganar había hecho trampa y por eso le quitaron todo lo que tenía que, luego de perder aún lo que había ganado en buena ley, se dio cuenta que «si no eres nada sin una medalla, no lo eres con ella». Para ellos lo más importante es «tener». Pero un hecho contundente es que nadie es feliz por lo que tiene, sino por lo que hace y lo que es, lo que ama y si es amado. –También depende de qué estilo de vida uno quiere –interrumpió Juan, aunque no entendía muy bien por qué lo decía. –Tienes razón. Mucho depende de qué quieres para tu futuro. ¿Prefieres optar por el «tener» antes que por el «ser pleno»? ¿Ganar plata a costa de tu felicidad? Recuerden, tu profesión es lo único que harás durante buena parte de tu vida, por ocho horas diarias, así que te tiene que gustar. Conozco ese cuento: empieza lindo cuando te puedes comprar algunas cosas que de otra forma tardarías más. Pero tarde o temprano se puede convertir en una prisión. Todos callaron. En realidad el tema de la satisfacción personal o felicidad era algo que no pasaba desapercibido para ninguno en la clase. El profesor continuó. –Se equivocan si ven el trabajo o la profesión como algo ajeno a ustedes o como un medio para sobrevivir. –Hoy en día sólo se trabaja para sobrevivir –interrumpió tajante Manuel. –Ése creo que es el error. El trabajo te tiene que ayudar a desarrollar habilidades particulares que nadie más puede desplegar. Hoy se piensa que es sólo para sobrevivir. Ésa es una forma mezquina de ver las cosas. Claro que la situación está difícil y «nadie te regala nada» pero si partes de la mentalidad «haré esto para sobrevivir cada día» estás renunciando de entrada a esa realización y felicidad personal de la que te hablo. Piensen ¿porqué quieres estudiar medicina? ¿o ser repostero o carpintero o artista o veterinaria o vendedora... qué se yo, tantas ocupaciones? Porque hay algo dentro de ustedes que los inclina a esas profesiones. –Hay profesiones que son imposibles de seguir –se burló Manuel–, como la repostería que no da dinero y es sólo para mujeres. –¡Te equivocas! –saltó como un resorte Ramón. Hubo sorpresa general. Ramón no era el tipo de persona que se molestara con facilidad, para él todo era broma. –Mi hermano –continuó– se dedica a administrar su propio negocio y le va muy bien. Es más ha viajado por el mundo yendo a congresos y exposiciones. Es un empresario y ¿sabes en qué trabaja? Es «chef»... sólo que es el mejor. La cosa se iba a caldear pero el profesor lo supo cortar a tiempo. –Calma. Excepto por el cómo lo has hecho, quiero decir que el ejemplo de Ramón es bueno. Si uno sigue sus inclinaciones puede llegar a encontrar un trabajo que, junto con otros, ayuda a cubrir las diferentes necesidades de la sociedad. Así aportan tanto un médico como una enfermera, una arquitecta como un albañil, el director de orquesta como el violinista. Cada uno desde su lugar y con sus habilidades. –Parte de «desarrollar las habilidades» se ve en el dinero que se puede ganar –Manuel insistía en el mismo tema–. Lo que se busca es tener dinero para poder vivir bien. –Tal vez sí, pero ganar dinero no es lo que te hace más feliz. Claro que un justo «tener» ayuda a desarrollar el «ser». Pero no se confundan: el tener no asegura ser mejor y se puede ser mejor incluso sin tener tanto. –¿Y puede ser que en algunos casos primero se es mejor y luego recién viene un buen tener? –preguntó Betty. –Suele pasar. Por ejemplo un artista: cuando empieza es raro que alguien confíe en él como para que se asegure su futuro totalmente. Tiene que demostrar que es buen artista. De alguna forma desarrolla sus habilidades sin tanto «tener». Si llega a ser bueno es más fácil que entonces sí su «tener» sea mejor. Pero va a desarrollar mejor sus habilidades si busca ser consecuente consigo mismo. El mejor «hacer» es aquél que te ayuda a ser más tu mismo, a ser más feliz. –Pero hay mucha gente que estudia una cosa y luego se dedican a otra. Incluso algunos no estudian nada. ¿Qué pasa con ellos? –Buena pregunta, Juan. Eso es parte del proceso. Primero deben asegurarse que aquello a lo que quieran dedicar les deje ganar lo suficiente para vivir. Y es aquí donde la cosa se puede complicar... –Sí –susurró Ramón a Juan–, un amigo de mi mamá no encuentra trabajo hace más de ocho meses y hace trabajos temporales para sobrevivir. –Shhhh! Betty estaba concentrada en lo que el profesor estaba diciendo. –...El mundo actual es difícil en muchos sentidos, pero especialmente en este. No es fácil encontrar un buen trabajo. Por ello puede suceder que en el camino la vida les vaya abriendo unas y otras posibilidades de trabajar para llevar a su casa el pan. Es allí donde tienen ustedes que tener claro lo que quieren. Imaginemos que a uno de ustedes les gusta el campo de la salud. Puede ser médico, paramédico, enfermera o enfermero entre otras. –¿Qué hacer ante tantas alternativas? –preguntó Enrique. –En esos casos vean con realismo cuáles son las oportunidades que les va ofreciendo la vida. Las decisiones que tomen respecto a su futuro tienen que ser flexibles para lograr su objetivo. Márquense prioridades y síganlas. Hasta ahora hemos hablado sola-mente de las profesiones, pero hay una ocupación vital que me parece anterior a las anteriores y es la de la familia. –¿Cómo? –fue la voz unánime de todos. –Sí, formar y mantener una familia es una tarea muy importante. Para ello hay que ver que los ingresos sean suficientes. Hay gente que trabaja con mucha fuerza en áreas que no son de su interés inicial por sacar adelante un hogar. No es renunciar a tus intereses sino entender dónde está tu «ser» más importante para que tu «hacer» tenga mejor color. Los títulos de padre o madre no son nada despreciables. Todos salieron al descanso comentando algo de lo que había dicho Alberto. Betty salió y de inmediato se le acercó Julia. Otra vez había faltado al colegio y luego de la conversación en su casa, antes de la película, sentía un compromiso especial hacia ella. No se equivocaba.


Escucha ahora la explicación del profesor

REQUERIMIENTOS

  • Sistema Operativo: A partir de Windows 7 en adelantarte. Mac OSX 10.11 o Superior
  • Procesador: Core i3 o superior, 2 GHz o superior
  • RAM: Al menos 4GB de RAM



Actividades de refuerzo

OTRAS FUNCIONES

  • Ajustes de los colores.
  • Detección de escenas.
  • Corregir.
  • Reparar.
  • Efecto en la velocidad.
  • Pantalla Croma.
  • Pantalla partida.
  • Efectos de color.
  • Captura de pantalla de la PC.
  • Estabilizador del video.


Resumen

Hemos aprendido a reconocer los requerimientos mínimos para la instalación y las características de nuestro ordenador

Actividad para la casa

Sé creativa/o y busca los insumos necesarios para la creación del vídeo según el tema tratado en clase.