Diferencia entre revisiones de «Sesión 1: Pruebas de amor y de amistad»

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== Lectura ==
== Lectura ==


'''WONDERSHARE FILMORA:''' Es un programa de edición de vídeo para que cualquier usuario aprende a utilizarlo de manera rápida y sencilla 
El colegio entero parecía estar pendiente de algo que pasaba
 
con “la pareja”. Lucía perdió algunos días de clase, incluyendo la siguiente
clase de Liderazgo y Personalidad. Sonia, que daba ese día la clase sola,
sin invitados, aprovechó para seguir la línea de la discusión de la semana
anterior. Empezó directamente recordando donde habían dejado la
discusión.
– En la última clase Gustavo expresó unas inquietudes que muchos
muchachos comparten. Básicamente él piensa que estamos complicando
mucho el asunto de la sexualidad con algunas cosas que comentamos la
semana pasada. ¿No es así, Gustavo?
–Pues, sí. Me parece que el sexo es algo natural, y que nuestra libertad,
bueno, y nuestra masculinidad, requiere que podamos ejercer nuestra
sexualidad plenamente y sin tanta complicación respondió Gustavo –
agradecido de ser tomado en cuenta.
–Me alegro que toques el punto, Gustavo –comentó–, porque en
realidad creo que es una duda que muchos de ustedes deben tener. Y
tiene mucho que ver con liderazgo. Gustavo menciona su masculinidad, y
eso también me alegra, porque no hay que confundirlo con el machismo.
El hombre que desarrolla su carácter, fortaleciendo su inteligencia y
su voluntad, se hace más masculino, más viril. Tomará decisiones más
acertadas y las cosas le saldrán mejor.
Luego hay que decir que el acto sexual tiene en sí un valor extraordinariamente profundo. Tener sexo –lo que técnicamente se llama coito– no
es un deporte o algo simplemente divertido. Un hombre maduro no juega
con eso.
Sonia había empezado a hablar con más profundidad. Era un tema
que le interesaba dejar bien claro a sus alumnos.
–Por otro lado tenemos que considerar que tener sexo es placentero
–continuó–, lo cual es lógico ya que es un acto que está llamado a unir
no sólo dos cuerpos sino, fundamentalmente, dos personas. La intimidad
no sólo se da a nivel físico sino también a nivel espiritual y emocional…
¡irremediablemente! Por eso es la gran cosa que es: porque no hay nada
más hermoso que una intimidad única, exclusiva y confiable. La entrega del otro es algo tan grande que genera satisfacción y placer. Pero no
placer solamente físico, que es sólo una parte; me refiero al placer del estar
acompañado, de sentirse cómodo con el otro desde la intimidad de ambos
y de experimentar la libertad de la plena aceptación. Y, lo más grande, se
goza una confianza total en que esta persona nunca te dejará. Todo esto te
da una sensación de bienestar que sobrepasa el simple placer físico.
–¡Un momento! –interrumpió Gustavo–. Usted nos lo sigue pintando
todo muy complicado, profesora. Yo he visto en todos lados que una cosa
es el placer del sexo… así nomás, sin tanto rollo… y otra cosa es eso del
compromiso y todo lo demás, que será para después, mucho después.
La sesión se había vuelto un tira y afloja entre Gustavo y Sonia. Todos
estaban sorprendidos… todos menos algunos que aumentaban sus
sospechas a cada momento de que Gustavo estaba en un problema.
–¿En todos lados…? No creo –respondió la profesora–. No, al menos
depende donde son los “lados” donde te metes. Pero admito que muchos
pretenden que el coito es un acto físico placentero sin más. Eso es, sencillamente, un engaño… y un engaño de la peor calaña. Muchachos, saben, yo
no puedo decirles cómo vivir su vida, pero es mi obligación no mentirles.
Y la verdad es que en el acto sexual te entregas de cuerpo a cuerpo, pero lo haces como persona: íntegra, toda entera. No hay posibilidad de que
no sea así porque existe una unidad «irrompible» entre nuestro exterior y
nuestro interior.
Esto es verdad para hombre como para mujer, aunque la mujer es más
vulnerable, porque el acto la cambia fisiológicamente. Pero más allá de su
cuerpo, ella es una persona con sueños y anhelos. Cuando se entrega a ti
también se está dando toda entera, no solamente una parte.
Esto siempre nos tiene que hacer pensar que lo que hagamos en este
terreno es de mucha trascendencia… tanto ahora como después. No es
lógico que el sexo sea un juego durante la época adolescente y se convierta,
por arte de magia, en algo importante cuando se llega a la adultez.
Sonia miraba insistentemente a Gustavo quien luego de la segunda
pregunta no levantaba la cabeza. En dos ocasiones el
muchacho volteó hacia la banca de Lucía y, al no verla, se
ponía más irritado aún.
–¿Y qué hay de la prueba de amor? –preguntó Cintia–.
Muchos chicos toman al sexo como eso.
–Pues lamento decirle a esos que es un gran fraude –
respondió Sonia–. Nunca el acto sexual puede ser una prueba
de amor entre novios. Es mucho lo que se pone en juego y
poco lo que se puede obtener. En realidad estoy convencida
de que la verdadera prueba de amor consiste, como les
decía, en saber esperar. Esperar para pasar de lo exterior
a lo interior. Esperar para hacer que el vínculo que los una
sea fuerte, duradero, verdadero. Esperar para saber respetar y conocer los
tiempos del otro, los deseos del otro, los sueños del otro.
Hubo un silencio mientras varios pensaron que querían vivir su
sexualidad así.
–Por eso es que la verdadera prueba de amor es esperar –remató
Sonia.
–Hoy parece que nadie cree en la espera –intervino ácidamente
Fabiola.
–El problema es que últimamente se ha entendido muy mal la espera
–replicó Sonia–. Pero veamos por qué: la chica recibe a su enamorado
frente a su casa. Es de noche. Se pasan largo rato hablando. Luego sienten
ganas de besarse. Natural. Lo hacen un rato más largo aún. De besos
inocentes pasan a besos apasionados... y caricias apasionadas. Los dos
pueden pensar que lo mejor es dejar la relación sexual para el matrimonio.
Pero creen al mismo tiempo que «jugar» un poquito no hace daño. Pero
quedan tan excitados, tan «preparados» para el acto sexual, que frenarse
se les hace cada vez más difícil, indeseable e impracticable. Entonces llegan a la conclusión de que es imposible esperar. Lo que sucede es que
ellos no actuaron desde un principio coherentemente. Querían tapar
como en una olla de presión una serie de impulsos que antes ellos mismos
habían encendido. Ésa no es la forma de esperar… no al menos la que
funciona. La verdadera espera es la que pone orden en tu vida. Pone los
medios para que llegues a los fines de la verdadera sexualidad, esto es,
amar plenamente.
Mientras Sonia hablaba Gustavo se paró y salió. Sonia se lo quedó
mirando pero no interrumpió su exposición.
–En la vida hay decisiones que tomar. La espera es una de esas decisiones
que ayudan, a los que se quieren ayudar, a lograr que la sexualidad sea una
constante fuente de felicidad, un camino de realización, de tranquilidad,
de plenitud. La espera nos dice constantemente que en el amor tenemos
que invertir nuestro corazón, pero también nuestra cabeza.
Definitivamente no parecía que Gustavo estuviera actuando con la
cabeza.


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== Escucha ahora la explicación del profesor ==
== Escucha ahora la explicación del profesor ==

Revisión del 16:07 11 ago 2021

Computadora 1.JPG


PROPÓSITO El estudiante aprende cuales son las requerimientos mínimas para la instalación de programa a utilizar en clase para la edición de los vídeos.

Introducción



¿Cuales son las características mínimas para que el programa funcione? Lo primero que se debe de ver son los requerimientos mínimos que el programa requiere y de esta manera el programa se ejecute de manera optima en el ordenador.


Lectura

El colegio entero parecía estar pendiente de algo que pasaba con “la pareja”. Lucía perdió algunos días de clase, incluyendo la siguiente clase de Liderazgo y Personalidad. Sonia, que daba ese día la clase sola, sin invitados, aprovechó para seguir la línea de la discusión de la semana anterior. Empezó directamente recordando donde habían dejado la discusión. – En la última clase Gustavo expresó unas inquietudes que muchos muchachos comparten. Básicamente él piensa que estamos complicando mucho el asunto de la sexualidad con algunas cosas que comentamos la semana pasada. ¿No es así, Gustavo? –Pues, sí. Me parece que el sexo es algo natural, y que nuestra libertad, bueno, y nuestra masculinidad, requiere que podamos ejercer nuestra sexualidad plenamente y sin tanta complicación respondió Gustavo – agradecido de ser tomado en cuenta. –Me alegro que toques el punto, Gustavo –comentó–, porque en realidad creo que es una duda que muchos de ustedes deben tener. Y tiene mucho que ver con liderazgo. Gustavo menciona su masculinidad, y eso también me alegra, porque no hay que confundirlo con el machismo. El hombre que desarrolla su carácter, fortaleciendo su inteligencia y su voluntad, se hace más masculino, más viril. Tomará decisiones más acertadas y las cosas le saldrán mejor. Luego hay que decir que el acto sexual tiene en sí un valor extraordinariamente profundo. Tener sexo –lo que técnicamente se llama coito– no es un deporte o algo simplemente divertido. Un hombre maduro no juega con eso. Sonia había empezado a hablar con más profundidad. Era un tema que le interesaba dejar bien claro a sus alumnos. –Por otro lado tenemos que considerar que tener sexo es placentero –continuó–, lo cual es lógico ya que es un acto que está llamado a unir no sólo dos cuerpos sino, fundamentalmente, dos personas. La intimidad no sólo se da a nivel físico sino también a nivel espiritual y emocional… ¡irremediablemente! Por eso es la gran cosa que es: porque no hay nada más hermoso que una intimidad única, exclusiva y confiable. La entrega del otro es algo tan grande que genera satisfacción y placer. Pero no placer solamente físico, que es sólo una parte; me refiero al placer del estar acompañado, de sentirse cómodo con el otro desde la intimidad de ambos y de experimentar la libertad de la plena aceptación. Y, lo más grande, se goza una confianza total en que esta persona nunca te dejará. Todo esto te da una sensación de bienestar que sobrepasa el simple placer físico. –¡Un momento! –interrumpió Gustavo–. Usted nos lo sigue pintando todo muy complicado, profesora. Yo he visto en todos lados que una cosa es el placer del sexo… así nomás, sin tanto rollo… y otra cosa es eso del compromiso y todo lo demás, que será para después, mucho después. La sesión se había vuelto un tira y afloja entre Gustavo y Sonia. Todos estaban sorprendidos… todos menos algunos que aumentaban sus sospechas a cada momento de que Gustavo estaba en un problema. –¿En todos lados…? No creo –respondió la profesora–. No, al menos depende donde son los “lados” donde te metes. Pero admito que muchos pretenden que el coito es un acto físico placentero sin más. Eso es, sencillamente, un engaño… y un engaño de la peor calaña. Muchachos, saben, yo no puedo decirles cómo vivir su vida, pero es mi obligación no mentirles. Y la verdad es que en el acto sexual te entregas de cuerpo a cuerpo, pero lo haces como persona: íntegra, toda entera. No hay posibilidad de que no sea así porque existe una unidad «irrompible» entre nuestro exterior y nuestro interior. Esto es verdad para hombre como para mujer, aunque la mujer es más vulnerable, porque el acto la cambia fisiológicamente. Pero más allá de su cuerpo, ella es una persona con sueños y anhelos. Cuando se entrega a ti también se está dando toda entera, no solamente una parte. Esto siempre nos tiene que hacer pensar que lo que hagamos en este terreno es de mucha trascendencia… tanto ahora como después. No es lógico que el sexo sea un juego durante la época adolescente y se convierta, por arte de magia, en algo importante cuando se llega a la adultez. Sonia miraba insistentemente a Gustavo quien luego de la segunda pregunta no levantaba la cabeza. En dos ocasiones el muchacho volteó hacia la banca de Lucía y, al no verla, se ponía más irritado aún. –¿Y qué hay de la prueba de amor? –preguntó Cintia–. Muchos chicos toman al sexo como eso. –Pues lamento decirle a esos que es un gran fraude – respondió Sonia–. Nunca el acto sexual puede ser una prueba de amor entre novios. Es mucho lo que se pone en juego y poco lo que se puede obtener. En realidad estoy convencida de que la verdadera prueba de amor consiste, como les decía, en saber esperar. Esperar para pasar de lo exterior a lo interior. Esperar para hacer que el vínculo que los una sea fuerte, duradero, verdadero. Esperar para saber respetar y conocer los tiempos del otro, los deseos del otro, los sueños del otro. Hubo un silencio mientras varios pensaron que querían vivir su sexualidad así. –Por eso es que la verdadera prueba de amor es esperar –remató Sonia. –Hoy parece que nadie cree en la espera –intervino ácidamente Fabiola. –El problema es que últimamente se ha entendido muy mal la espera –replicó Sonia–. Pero veamos por qué: la chica recibe a su enamorado frente a su casa. Es de noche. Se pasan largo rato hablando. Luego sienten ganas de besarse. Natural. Lo hacen un rato más largo aún. De besos inocentes pasan a besos apasionados... y caricias apasionadas. Los dos pueden pensar que lo mejor es dejar la relación sexual para el matrimonio. Pero creen al mismo tiempo que «jugar» un poquito no hace daño. Pero quedan tan excitados, tan «preparados» para el acto sexual, que frenarse se les hace cada vez más difícil, indeseable e impracticable. Entonces llegan a la conclusión de que es imposible esperar. Lo que sucede es que ellos no actuaron desde un principio coherentemente. Querían tapar como en una olla de presión una serie de impulsos que antes ellos mismos habían encendido. Ésa no es la forma de esperar… no al menos la que funciona. La verdadera espera es la que pone orden en tu vida. Pone los medios para que llegues a los fines de la verdadera sexualidad, esto es, amar plenamente. Mientras Sonia hablaba Gustavo se paró y salió. Sonia se lo quedó mirando pero no interrumpió su exposición. –En la vida hay decisiones que tomar. La espera es una de esas decisiones que ayudan, a los que se quieren ayudar, a lograr que la sexualidad sea una constante fuente de felicidad, un camino de realización, de tranquilidad, de plenitud. La espera nos dice constantemente que en el amor tenemos que invertir nuestro corazón, pero también nuestra cabeza. Definitivamente no parecía que Gustavo estuviera actuando con la cabeza.

Escucha ahora la explicación del profesor

REQUERIMIENTOS

  • Sistema Operativo: A partir de Windows 7 en adelantarte. Mac OSX 10.11 o Superior
  • Procesador: Core i3 o superior, 2 GHz o superior
  • RAM: Al menos 4GB de RAM



Actividades de refuerzo

OTRAS FUNCIONES

  • Ajustes de los colores.
  • Detección de escenas.
  • Corregir.
  • Reparar.
  • Efecto en la velocidad.
  • Pantalla Croma.
  • Pantalla partida.
  • Efectos de color.
  • Captura de pantalla de la PC.
  • Estabilizador del video.


Resumen

Hemos aprendido a reconocer los requerimientos mínimos para la instalación y las características de nuestro ordenador

Actividad para la casa

Sé creativa/o y busca los insumos necesarios para la creación del vídeo según el tema tratado en clase.