Sesión 2: ¿Soy parte de una historia?
PROPÓSITO
El propósito de esta sesión es fortalecer la dimensión familiar,
conocer y valorar la propia historia familiar.
INTRODUCCIÓN
Cuando escuchamos a los abuelos contar su historia, de cuando ellos eran pequeños, sus anécdotas e historias hacen que nos transportemos al pasado e intentamos imaginar cómo fueron esas épocas; los llenamos de preguntas y gestos de admiración.
¿Qué podemos hacer para que esa historia sea siempre contada y considerada como parte de la historia familiar? Sabemos que la vida es vulnerable, especialmente en el adulto mayor; en estos tiempos de pandemia, muchos hemos llorado por la partida de nuestros seres queridos. Por esto y para preservar nuestra identidad conviene escribir la historia familiar.
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Necesitamos la historia familiar, ahora más que nunca
Saber, registrar, conservar y compartir nuestras historias familiares pueden proporcionar un sin número de beneficios para las personas, familias y sociedades enteras. La historia familiar es más que cuadros genealógicos, censos y fechas de nacimiento, puede ser un poderoso antídoto contra experiencias adversas de la vida que afrontamos hoy en día, lo cual nos da una mayor comprensión de quiénes somos y nos motiva a profundizar nuestras raíces para las generaciones futuras.
Identidad esencial
Saber nuestros antecedentes culturales y de dónde venimos nos ayudará a desarrollar un fuerte sentido de quiénes somos en realidad. La forma en que nos relacionamos con las historias familiares y creamos relatos acerca de nosotros mismos nos ayuda a establecer nuestra identidad esencial única y auténtica.
Conexión
Los seres humanos desean afecto, pertenencia y conexión. Las relaciones que establecemos con otras personas pueden ser muy perdurables, no sólo con personas de nuestro presente, sino también con la gente de nuestro pasado y futuro. Cuanto más descubrimos acerca de nuestro pasado, mayor es la conexión que tenemos con nuestros antepasados. Al registrar nuestra propia historia, generamos la oportunidad para que las generaciones futuras se conecten con nosotros cuando ya no estemos aquí.
Conectarnos con los miembros de nuestra familia del pasado y presente al aprender su historia ocupa una necesidad innata en cada uno de nosotros.
Compasión
El aprender la historia de nuestros antepasados nos ayuda a obtener un mayor entendimiento de los desafíos que enfrentaban, y con frecuencia inspira un mayor amor y compasión debido a sus debilidades y errores. Esta compasión puede traducirse fácilmente en nuestra relación con las personas vivas, dentro de nuestra familia y con otras personas. Todos afrontamos dificultades. Recordar ese hecho en el contexto de los defectos de los demás nos permite ser mejores empleados, gerentes, cónyuges, padres, hijos, hermanos y seres humanos.
Resiliencia
Conocer nuestra historia familiar fortalece la resiliencia. Al conocer más acerca de la vida de nuestros antepasados, podemos ver patrones para superar los fracasos y sobrevivir en épocas difíciles. Sus historias nos recuerdan que ciertamente no todo en la vida resultará fácil, que la desilusión ocurre y las desigualdades existen, pero que podemos recuperar, triunfar y hallar la felicidad a pesar de las dificultades.
Bruce Feiler, en un artículo del periódico New York Times, resume el estudio acerca de la resiliencia de los niños: “Cuanto más sabían los niños sobre la historia de su familia, más fuerte era su control sobre su vida, mayor era su autoestima y creían con más acierto que sus familias funcionaban bien. Eso resultó ser el mejor factor de pronóstico sobre la salud emocional y la felicidad de los niños”.
Altruismo
La capacidad de colaborar y actuar de forma abnegada distingue a la humanidad. Harris enseña que eso es lo que nos permite aprovechar el “poder de millones y miles de millones de personas”. Aprender sobre nuestra historia, registrarla y conservarla no solo bendice a nuestra familia, sino a todo el género humano.
Autoestima
Cuando nos sumergimos en nuestras propias historias familiares, vemos acontecimientos en gran escala y en una escala personal. Contemplar la inmensidad de la humanidad mientras leemos acerca de la mano del Señor en la vida de nuestros antepasados nos testifica de Su preocupación y amor inmenso por cada uno de nosotros. Nuestro valor es grande ante Sus ojos. Él nos ama y nos conoce.
Nuestra historia familiar va más allá de los nombres y fechas que encontramos en nuestro árbol. Se trata de lo que nos hace quiénes somos. Se trata de personas con quienes podemos formar conexiones memorables. Se trata de personas que vivieron, respiraron, sufrieron y triunfaron. Se trata de raíces, ramas, hojas y bosques enteros. Se trata de todos nosotros.
Adaptado de https://www.familysearch.org/es/blog/por-que-necesitamos-la-historia-familiar-ahora-mas-que-nunca
Escucha ahora la explicación del profesor
Ya sabes que eres parte y tienes tu historia familiar, ahora toca registrarlo:
1) Registra lo que sepas
Si empiezas contigo, debes comenzar registrando tu propia información. Lo básico en historia familiar son las fechas y los lugares de los nacimientos, matrimonios y defunciones. (Por supuesto, no registrarás tu información de defunción). A continuación, sigue con tu familia inmediata.
Registra esta misma información sobre ti, fecha de nacimiento lo tuyo y lo de tu hermano, luego del nacimiento y de matrimonio de tus padres, hermanos, padres y hermanos de los padres. Evita adivinar sobre fechas y lugares. En su lugar, dedica tiempo para verificar las cosas sobre las que no estás seguro. Si eso es fácil, ve a una generación atrás, hasta tus abuelos.
Puedes ir organizando todo el árbol genealógico de tu familia, para que no sea olvidada en un programa de Excel, luego socializar para que no quede en el olvido.
2) Reúne la documentación que ya tienes
Una parte importante de la historia familiar es documentar tu información. Esto asegura que toda la información es exacta y evita que se incluya información falsa. La documentación es importante incluso al comienzo de tu Árbol Familiar, por lo tanto, comienza a recopilar tus documentos.
Los documentos más importantes son los certificados de nacimiento, matrimonio y defunción. Sin embargo, piensa ampliamente en otros tipos de documentos que sirvan para contar la historia de tu familia, tales como cartas, artículos de periódico pertinentes, o registros importantes del gobierno, empleo, institución académica o médico.
3) Pide ayuda a tu familia
Una vez que hayas recopilado lo que sabes y lo que tienes en tu posesión, es hora de hablar con tus parientes. Hazles preguntas específicas acerca de la información que te falte y hazles saber que estás interesado en cualquier documento de la familia o fotos que tengan.
Actividades de refuerzo
Observa el video y responde a las preguntas en grupo:
[[1]]Historia Familiar|Qué es
1. ¿Por qué es importante conocer la historia familiar?
2. ¿Qué significa que conocer la historia familiar nos acerca a la familia?
3. ¿Por qué será importante diseñar el árbol genealógico de mi familia?
4. ¿Por qué es importante resaltar ordenadamente las fechas cronológicas?
5. ¿Por qué debemos cuidar al momento de redactar la conjugación de los verbos?
Resumen
Actividad para la casa
Redacta tu historia familiar de la siguiente manera:
1. Escribe desde la primera generación tus abuelos, luego la 2da tus padres y la 3era generación los hijos.
2. Redacta tu historia familiar considerando cronológicamente los años y sucesos, luego cuida al momento de redactar la conjugación de los verbos.