Sesión 4: Tecnología y vida real
PROPÓSITO Entender que el uso indiscriminado de la tecnología puede dañar la capacidad de atención y concentración.
Introducción
Preguntar por hábitos de ocio o estudio: que levanten la mano quienes leen con música de fondo, o hacen un trabajo mientras chatean y oyen música, o conversan por teléfono y ven la televisión. En el relato del libro del alumno Sonia lleva la próxima clase y hablan de medios de comunicación, y los avances en la tecnología y las desventajas que trae una dependencia excesiva en ellos.
Lectura
Saliendo de clases ese día, y camino hacia sus casas, los muchachos hablaban con cierta excitación de las aventuras de guerra. Imitando ruidos de armas de guerra, interrumpían los comentarios de los demás con “ráfagas de metralletas” y empujones ruidosos mientras bajaban la calle. Sonia se cansó rápidamente del tema y les recordó que el Coronel no estaba hablando de guerra sino de confiabilidad, y ellos como que habían perdido la esencia de su charla. Alicia quiso apoyarla, diciendo: –La verdad es esa, Sonia. Estos tipos parecen unos niñitos con un juguete nuevo y no se dieron cuenta que lo que dice el Coronel es lo mismo que Miguel. Que en la vida no se puede hacer “lo que me parece” sino lo que va a construir un futuro seguro y feliz, que a veces es difícil. - Si… les aseguro que lo del Coronel sobre enfrentar las minas y balas parece más fácil que lo que dice Miguel sobre controlar nuestros impulsos sexuales –dijo Raymundo. El tema «sexo» se había vuelto algo tan «común» entre sus amigos, la televisión, los SMS e internet que no se detenían a pensar en sus consecuencias o en lo que implicaba. Algunos se pasaban mensajes de “sexting” con fotos, chistes y detalles personales, lo que había causado problemas a más de uno, sobre todo a las chicas, quienes se habían sorprendido con los inconvenientes que esta práctica había traído. Como habían explicado en la discusión en clase, resulta que esa información, como toda la que cualquiera sube a una red social, se expande viralmente, en forma geométrica (primero la tienen dos, luego cuatro, luego dieciséis y así, en pocos minutos, «medio mundo»). Esto es a lo que se llama «pérdida viral del control de tu propia información» y es algo que no afecta sólo a algunos vídeos de cantantes amateurs en concursos de talentos. Andres iba pensando en cómo estas tecnologías les podían complicar la vida a cualquiera, podía traerle muchos problemas a un muchacho o a una chica. Andrés se separó del grupo donde la calle llevaba a su casa e iba pensando en toda esta problemática. El camino planteado por los medios de comunicación parecía muy simple: “Te gusta una chica. Te acercas. Ella queda «muerta». Luego de un tiempo las cosas salen más o menos bien, son más o menos fáciles, pero la relación sexual lo arregla todo”. Dos sensaciones vivían en la cabeza de Andrés: por un lado, curiosidad, ganas de probar, deseos de sentir el placer de tener a una mujer entre los brazos «para lo que él quisiera». Por otro, un raro sentimiento de que esas cosas «le pasan a los demás», solamente a los que están en la tele o tienen un blog. Curioso. Ahora la clase le mostraba razones para entender que una de las virtudes del amor y del sexo es saber esperar, ser dueño de sí mismo, no simplemente de sus placeres, sino de todo su destino. Las clases despertaban en el interior de Andrés un anhelo distinto del que motivaba la televisión. Lo que se decía en ellas sonaba en su cabeza más real, aunque parecía más difícil: “Que te amen por lo que eres, incondicionalmente, para siempre”. Confiabilidad, comprensión, no condicionamiento, eran cosas que él siempre esperaba de los demás y de las que la televisión no hablaba nunca. O sea, parecía que se daban por supuestas, que eran obvias, pero que a la hora de llevarlas a la vida real no se encontraban tan fácilmente. Y ahora resultaba que tenían que ver no precisamente con “el sexo”, sino con la sexualidad. Eso le entusiasmaba pero no podía dejar de pensar en la contradicción que todo esto suponía. Apenas comenzó la siguiente clase no espero para lanzar su pregunta a Sonia: –Todo parece muy bien… esto de la virtud, la confiabilidad y la responsabilidad, pero los demás no piensan así –dijo sin levantar siquiera la mano–. Si miras la televisión o te metes en muchas páginas de internet no sueles ver que las cosas se den como aquí lo están diciendo. Ahí las parejas tienen relaciones y todos muy felices. Es más, en muchas ocasiones te pintan que el «sexo» es lo que más une a las personas. Parece que una parte del mundo cree, como tú, que el sexo necesita del matrimonio, y otra parte –más numerosa– que no importa tanto, que se puede tener sexo, por gusto, antes del matrimonio sin mucho problema. Las palabras fueron saliendo de boca de Andrés sin que se diera casi cuenta de lo que decía. Cuando se sentó (porque se había parado para expresarse) pensó que por suerte Elena no estaba ahí. –“Con mi costumbre de actuar sin pensar, hubiera «metido la pata» otra vez”. Y aunque no era el caso, sintió que se ruborizaba. –Bueno, tu pregunta Andrés es todo un desafío –reconoció Sonia–. Pero me da gusto que así sea porque me interesa saber qué es lo que piensan. Y si bien este tema del curso se ha vuelto muy variado con tantas facetas del liderazgo, quiero salir con todas las respuestas para pasar a otros temas en la próxima sesión. La profesora tomó aire un instante mientras ordenaba sus ideas. –En la vida –comenzó su respuesta– será frecuente que se encuentren con contradicciones como la que expresa Andrés. Oirán campañas distintas y tendrán que ser ustedes mismos los que encuentren dónde está la verdad y dónde hay engaño. No esperen que el que quiere engañarles lo haga tan mal que sea fácil ver por dónde van sus intenciones. Pero analicemos la televisión y los programas que pueden ver por internet. ¿Qué objetivo tienen? –Vender –dijo una. –Entretener –agregó otro. –Muy bien: vender y entretener –resumió Sonia–. Esto significa que se mueve por dinero. En realidad a la televisión no le importa lo que tú sientas o la forma en la que vivas. Ella necesita vender un producto... a como dé lugar. Para vender te presenta cosas raras, divertidas, distintas, una especie de «mundo perfecto» que sea más o menos parecido al tuyo pero que al mismo tiempo resuelva en una forma aparentemente simple tus problemas. Alicia pensó en la serie que más le gustaba y efectivamente veía que los personajes en un capítulo salían y tenían relaciones sexuales, en el siguiente pasaban a otra pareja sin enojarse por ello, en otro estaban peleados pero podían trabajar juntos y en uno más allá volvían a acostarse sin el menor atisbo de conflicto. Definitivamente había una diferencia entre el guión de su serie favorita y la vida real. –El problema es que la relación entre un hombre y una mujer no es algo «simple» –continuó Sonia–. Lograr que «dos desconocidos lleguen a amarse profundamente» es un proceso, un camino no siempre fácil. Si la televisión te mostrara eso no te llamaría tanto la atención, no «comprarías el producto». Entonces buscan finales rosa que logran «lo que tú no eres capaz». Por ejemplo, vemos a un «héroe» que después de la decimoquinta pelea y de estar «a punto de morir», se levanta en asombrosa y emocionante recuperación, termina venciendo totalmente, rescata a la chica (dándole un beso e insinuando que tendrán relaciones) y salva a la ciudad (cuando no es a la humanidad entera) de algún terrible peligro. ¿A quién no le gustaría hacer una cosa así? Es una fantasía que entretiene, pero no es real. –Eso pasa en la ciencia ficción o en el cine de aventuras –volvió Andrés a la carga. –Pues se aplica la misma lógica al sexo, Andrés –replicó la profesora–. Si ves una película romántica, hasta la mitad de la historia te identificarás en algo con alguno de los personajes. A ver, díganme, ¿cómo son los personajes principales de casi todas las películas? ¿Feos o guapos? Y por favor aplíquenlo a las publicidades, las fotos de internet. –Guapos –contestaron algunas. –Y siempre están bien vestidos –agregó otra chica del grupo. –Bien. ¿Y de las protagonistas? ¿Recuerdan alguna gorda o fea? – insistió la profesora–. ¿Alguna vez vieron a una protagonista «rellenita» rescatada por James Bond? Varios rieron. –¿Acaso no hay todo el tiempo discusiones en las páginas web sobre la manipulación con programas gráficos de las modelos de moda? –recordó Sonia–. Con tal de vender, retocan las fotos que se publican en la red: aumentan los bustos, borran arrugas, crean una imagen casi perfecta que está lejos de la realidad de la misma modelo. La idea es mostrarte modelos tan perfectos, varones y mujeres, que cualquiera por el momento se imagina que es como ellos. Además los guionistas los ponen en situaciones que inicialmente son semejantes a las de cualquier persona. –Eso es imagen –reconoció Cintia–. ¿Pero con el sexo tú dices que ocurre lo mismo? –Casi exactamente igual –respondió Sonia–. Sólo haz un poco de memoria y lo tendrás a mano: los personajes se «encuentran», se «gustan» se «acuestan», se pelean por alguna cosa y finalmente se reconcilian y logran ser la «pareja ideal». Claro que hay personajes malos y personajes a los que les va mal, pero ésos no son los que solemos escoger para sentirnos identificados. Y todo dentro de un guión, ¿no es así? –Pero en la vida hay de todo, Sonia –intervino Betty–, gente buena y gente mala. A mí me da la impresión de que la televisión y las series por internet reflejan en algo la vida. –Pero la vida tiene más densidad, Betty –explicó la profesora–. Es más profunda e incierta. En la vida real las personas tienen dudas, estados de ánimo diferentes, deseos muy particulares, defectos y virtudes que no se pueden conocer en una velada. En la vida el amor cuesta más, pero al mismo tiempo vale más la pena, porque es real. En la televisión las cosas se tienen que hacer rápido porque si no la gente se aburre. En la vida real las cosas que se hacen rápido suelen ser superficiales y no llenan, no nos hacen felices. –Pero qué me dice de los reality shows –intervino Marcelo. –Ese es todo un tema en los medios –comentó la profesora–. Para empezar que no siempre uno puede confiar en que lo que pasa allí es realmente espontáneo. En muchos países hay denuncias de contrataciones de actores que son convocados para actuar situaciones prefijadas y sobre todo escandalosas. Incluso en programas tipo Big Brother o Gran Hermano y todas sus variantes, tampoco es un reflejo de la vida, ya que no es normal encerrar a personas en una casa, una isla o algo así, para luego estar examinándolas todo el tiempo. La televisión puede esconder muy bien lo que pasa en el fondo de los corazones porque al fin de cuentas es un entretenimiento. De pronto Sonia se quedó callada como repasando una idea. –Pero les digo algo más –comentó–. El otro día leía un artículo científico que ponía en el tapete no sólo la artificialidad del fenómeno televisivo y de internet sino el daño que les hacía a muchos chicos y chicas en su aspecto afectivo. La autora decía que enfrentarse a la pantalla no es lo mismo que hacerlo con gente de carne y hueso: es en cierto sentido más fácil, pero absolutamente irreal. Además ver sufrir o alegrarse por otros está comenzando a afectar capacidades básicas como la empatía, la propia originalidad, la creatividad afectiva y romántica, por no mencionar muchas otras. Ahora, según el artículo, surge un problema neurológico, cerebral. Y es por la capacidad que tenemos de hacer muchas cosas a la vez. Ustedes mismos probablemente hacen esto: Están haciendo tarea, buscando algo en Internet. Mientras sube la información están contestando El cerebro, que es muy flexible, se adapta a hacer todo esto a la vez, pero a un costo: su capacidad de concentración mengua. el teléfono y chequeando el correo electrónico. A la vez la novela está prendida para no perder lo que va a pasar en este momento álgido de la serie. El cerebro, que es muy flexible, se adapta a hacer todo esto a la vez, pero a un costo. Un libro, que se llama iBrain, explica como el costo es que su capacidad de concentración mengua. Los científicos están viendo que la función cerebral está cambiando con todo esto y que debemos estar muy conscientes de nuestras prioridades. ¿Queremos hacer mucho a la vez? ¿O queremos poder ir en profundidad, concentrando todo el poderío del cerebro en una cosa para lograr algo específico? ¿Hacer poco de mucho? ¿O mucho de poco? ¿Yo no digo que no debemos hacer cuatro cosas a la vez… porque lo hago yo misma… pero debemos estar conscientes de que estamos tomando decisiones en este sentido? Nadie tuvo más qué decir. Al salir de clase lo comentarios versaban sobre el hecho de que Sonia los desafiaba más todavía que el Coronel y Miguel. Les estaba moviendo el piso de sus novelas y propagandas de televisión.
Escucha ahora la explicación del profesor
Esquema televisivo del amor. La televisión nos plantea un mundo creado a partir de pseudo valores. Es así que nos presenta relaciones rápidas, fáciles y superficiales, que no cuestan esfuerzo y que producen aparentemente mucho placer. “El camino planteado por los medios de comunicación parecía muy simple: “Te gusta una chica. Te acercas. Ella queda «muerta». Luego de un tiempo las cosas salen más o menos bien, son más o menos fáciles, pero la relación sexual lo arregla todo”. Esta manera de plantear las cosas tiene como objetivo despertar nostalgias, sobre todo en los jóvenes, de algo «real» pero que paradójicamente resulta difícil de vivir en lo cotidiano. Las cosas en el «mundo real» no resultan tan fáciles, ni rápidas, por lo que el espectador termina creyendo que esa suerte de vida les toca sólo a cierto tipo de personas. Esto es peligroso ya que no permite disfrutar de una relación verdaderamente humana por haber idealizado modelos lejanos y poco reales. “Dos sensaciones vivían en la cabeza de Andrés: por un lado, curiosidad, ganas de probar, deseos de sentir el placer de tener a una mujer entre los brazos «para lo que él quisiera». Por otro, un raro sentimiento de que esas cosas «le pasan a los demás», solamente a los que están en la tele o tienen un blog.” Contradicción. Es así que lo real se vuelve contradictorio con lo presentado por los medios de comunicación: las relaciones pasajeras, carentes de diálogos profundos y basadas en el sexo, son gratificantes; las personas no tienen anhelos de mayores compromisos; se logra la felicidad con demasiada facilidad; los personajes son perfectos y atractivos para «todo el mundo». Si se compara la propia vida con la de la televisión veremos que no todo es como nos lo presentan, por eso es bueno desarrollar unan actitud crítica ante los mensajes televisivos.
Actividades de refuerzo
Espíritu de análisis. Tener una actitud crítica ante los mensajes de los medios no es otra cosa que desarrollar un espíritu de análisis ante lo que nos muestran porque no siempre nos están diciendo la verdad. Es responsabilidad de cada uno aprender a discernir y de manera pensante y reflexiva, informándose bien para encontrar la verdad y no caer en el engaño. Fines de la televisión. “En realidad a la televisión no le importa lo que tú sientas o la forma en la que vivas. Ella necesita vender un producto... a como dé lugar. Para vender te presenta cosas raras, divertidas, distintas, una especie de «mundo perfecto» que sea más o menos parecido al tuyo pero que al mismo tiempo resuelva en una forma aparentemente simple tus problemas.” Esto no es novedad, la televisión funciona en base al rating (cantidad de televidentes por programa) y a cuánto dinero se invierta en un producto a vender.
Resumen
El adolescente de hoy maneja una amplia gama de información pero no la profundiza, no comprende la realidad compleja que sustenta lo que defiende o denuncia. Cada vez se está perdiendo la capacidad de profundizar, de tomarse el tiempo para pensar las cosas e investigar. Esta tendencia facilita el hecho de las relaciones virtuales, ya no importa el encuentro personal con el otro, basta con lo que vemos o nos dicen a través de la pantalla. Las relaciones humanas, por su complejidad, necesitan establecerse y consolidarse con tiempo y requieren, para que sean auténticas y profundas, del conocimiento integral entre las personas. Procuremos utilizar las TICS como lo que son: una herramienta creada a nuestro servicio.
Actividad para la casa
Análisis de un programa o serie de TV Se recomienda este trabajo en grupos, ofreciendo pautas concretas para realizarlo para sacarle provecho, por ejemplo: • se deben elegir telenovelas, series o reality shows; • escoger un episodio o capítulo solamente; • prestar atención y repetir el episodio tantas veces sea necesario para tomar nota profundizando en todos los elementos que se presentan y que pueden dar pistas sobre los conceptos de amor que se plantean; • incentivar a una investigación previa de los personajes: sus historias y su psicología; • es importante motivar a que el trabajo sea presentado en exposiciones a toda la clase, tomando en cuenta el proceso y los hallazgos. Indicarles que deben llenar la Ficha 14.
Nombre del programa o serie | Descripción de los mensajes sobre el amor que ofrece el programa o serie | ¿Cómo se transmiten estos mensajes? (con tomas alusivas, música, guion, vestuario) | ¿Qué pienso al respecto de estos mensajes: contrastan o no con nuestros conceptos sobre el amor? | Mis tres aprendizajes sobre este análisis: |
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