Diferencia entre revisiones de «Sesión 3: ¿Por qué es importante orar?»

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En esta sesión se busca fortalecer la dimensión religiosa y que los  estudiantes busquen a Dios en los momentos buenos y en los momentos que pasan dificultades.
En esta sesión se busca fortalecer la dimensión religiosa y que los  estudiantes busquen a Dios en los momentos buenos y en los momentos que pasan dificultades.


== Introducción ==  
== Introducción ==  

Revisión del 17:49 3 sep 2021

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Propósito

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En esta sesión se busca fortalecer la dimensión religiosa y que los estudiantes busquen a Dios en los momentos buenos y en los momentos que pasan dificultades.


Introducción

Cuando estamos contentos y pasan cosas bonitas en el día, lo primero que hacemos es contarle a la persona con quien tenemos mucha confianza. Cuando sacas buenas o malas notas ¿A quién le cuentas? quizás tu hermano, tu primo o tu amigo también hay momentos en que nos encontramos tristes o queremos llorar ¿Con quién cuentas en esos momentos?

En la vida no podemos caminar solos necesitamos la compañía de una mano amiga o de un consejero y qué mejor buscar al verdadero y al amigo que nunca falla Jesús, también si quieres pueds contarle al párroco, al tutor.

Cuando estamos solos en el cuarto, en un lugar de la casa en el silencio podemos leer la biblia, rezar algún salmo, o simplemente hablar con Jesús y contarle nuestras cosas: alegrías, penas, fracasos, decepciones, en fin todo lo que nos pasa, ya verás que pronto viene la calma a tu corazón.

Lectura

Leamos este artículo:

Muchos cristianos se preguntan de buena voluntad: ¿por qué es necesario orar? Para responder a esta pregunta es necesario acercarse a la oración sabiendo que no es sólo una serie de peticiones a Dios o un ejercicio espiritual, sino que es una actitud que nos acerca íntimamente al corazón de Dios.

San Pío X, Papa, da a conocer brevemente las razones de la oración cristiana al contestar a tres preguntas redactadas en su Catecismo. De este modo, el Papa Pío X explica: “¿Es necesario orar? Es necesario orar y orar frecuentemente, porque Dios lo manda, y de ordinario, sólo por medio de la oración concede las gracias espirituales y temporales.

¿Por qué concede Dios las gracias que pedimos? Dios concede las gracias que pedimos, porque Él, que es fidelísimo, nos lo ha prometido si se las pedimos con confianza y perseverancia en nombre de Jesucristo.

¿Por qué hemos de orar a Dios en nombre de Jesucristo? Hemos de orar a Dios en nombre de Jesucristo, porque sólo de Él, su Hijo y único mediador entre Dios y los hombres, reciben su valor nuestras oraciones y buenas obras; por eso la Iglesia suele terminar las oraciones con estas palabras o equivalentes por nuestro Señor Jesucristo. La oración nace de la pequeñez humana y se encuentra con la grandeza divina.

La oración se origina de la necesidad. Si orar es, entre otras cosas, pedir, nadie pide si no tiene necesidad. Es así que nadie pide si no lo necesita. Cuando oramos no solo pedimos en el modo interesado, sino que pedimos ser óptimos en el Padre, de quien procede todo bien a través de Cristo por efecto del Espíritu Santo.

Orar es abandonarse a las manos de Dios no sólo en nuestras peticiones, sino en nuestra existencia. Es por esto que la oración no se limita a ser petición, sino que se completa al ser una actitud. Las órdenes religiosas cristianas han tenido esto siempre presente en sus reglas. Esto se debe a que el cristianismo no se plenifica si la oración no llega a ser modelo y actitud de vida. Grandes ejemplos de la oración llevada a la vida son los santos que fundamentaron sus acciones en la oración. Entre estos «hombres hechos oración» tenemos a San Francisco de Asís, San Bruno de la cartuja, Santa Teresita de Liseux, entre otros muchos.

Podríamos decir que la oración es un acto que constata nuestro amor a Dios. Si amando nos entregamos, más lo haremos cuando oramos, pues nos abandonamos en las manos de Dios no sólo con la palabra o el pensamiento. Si la oración es amor, también podemos orar «con todo el corazón, con toda la mente, con todo el espíritu y con todas las fuerzas» (Cf. Lc 10, 27) Orar con todas las fuerzas implica saber actuar en la fe, la esperanza y la caridad. Es decir, la oración que no se lleva a la acción no es plena. Orar es encomendarse en todos los sentidos a Dios, sin embargo, esto no significa que no tomemos la dirección de nuestra vida, pues Dios nos hizo libres. Antes bien, hay que actuar en libertad, prudencia y planeación sabiendo que con la oración deseamos que Dios nos lleve a nuestra plenificación como un guía que no nos quita nuestra libertad, sino que nos muestra el mejor camino que debemos seguir.

Orar es estar con el amigo

La oración es fundamental en la vida del cristiano porque con ella, como actitud, nos ponemos en las manos de Dios, aceptamos su superioridad y tomamos conciencia de ser sus hijos.

Cuando oramos no lo hacemos por una obligación autoritario, sino que recurrimos al diálogo con Dios como hijos que tienen un Padre Bueno y Proveedor. Cuando oramos nos dirigimos a un Padre bueno que nos ama, a través del Hijo, el Logos Cristo, en quien somos hijos de Dios.

Por la oración podemos entrar en intimidad con Dios y hacerlo partícipe de nuestros pesares, alegrías y necesidades. Cuando oramos buscamos un consuelo, un consejo y admitimos que somos limitados y necesitamos del poder de Dios para ser óptimamente felices. En la oración recurrimos a Dios como a un amigo supremo al que le comunicamos nuestras debilidades y le pedimos ayuda. A Santa Teresa de Jesús le gustaba decir que orar es estar con el amigo. Estando con el amigo podemos pedir y sentirnos seguros, pues Dios comunica su gracia cuando se la pedimos en nombre de Cristo.

Reflexión de Joseph Ratzinger sobre la oración en la vida del cristiano:

Desde que el hombre es hombre, reza. Siempre y por doquier el hombre se ha dado cuenta de que no está solo en el mundo, que hay Alguien que lo escucha. Siempre se ha dado cuenta de que necesita a Otro más grande y que debe tender a Él para que su vida sea lo que tiene que ser. Pero el rostro de Dios siempre ha estado velado y sólo Jesús nos ha mostrado su verdadero rostro. El que le ve a Él ve al Padre (cf. Jn 14,9)

Así, pues, si por una parte al hombre le resulta natural rezar (pedir en el momento de la necesidad y dar gracias en el momento de la alegría), por la otra, está siempre nuestra incapacidad de rezar y hablar a un Dios escondido. No sabemos pedir como conviene, dice San Pablo (Rm 8, 26). Por eso debemos decirle siempre al Señor, como los discípulos: «Señor, enséñanos a orar» (Lc 11,1). El Señor nos ha enseñado el Padrenuestro como modelo de auténtica oración y nos ha dado una Madre, la Iglesia, que nos ayuda a rezar. La Iglesia ha recibido de la Sagrada Escritura un gran tesoro de oraciones. En el transcurso de los siglos se han elevado, de los corazones de los fieles, numerosas oraciones con las que éstos cada vez nuevamente se dirigen a Dios. Al rezar con la Madre Iglesia nosotros mismos aprendemos a rezar.


https://encuentra.com/el_abc_de_la_oracion/la-importancia-de-la-oracion-en-la-vida-del-cristiano/

Escucha ahora la explicación del profesor

¿Qué es la Oración?

Orar es abandonarse a las manos de Dios no sólo en nuestras peticiones, sino en nuestra existencia. Es por esto que la oración no se limita a ser petición, sino que se completa al ser una actitud.

Grandes ejemplos de la oración llevada a la vida son los santos que fundamentaron sus acciones en la oración. Entre estos «hombres hechos oración» tenemos a San Francisco de Asís, San Bruno de la cartuja, Santa Teresita de Liseux, San Agustín, San Francisco Solano, Santa María Goretti, San Luis, San Antonio, San Fernando, San Martín, San Juan Macías,…entre otros muchos.

¿Cómo se Ora?

La Oración es una actitud de amor, si amando nos entregamos, más lo haremos cuando oramos, pues nos abandonamos en las manos de Dios no sólo con la palabra o el pensamiento.

Si la oración es amor, también podemos orar «con todo el corazón, con toda la mente, con todo el espíritu y con todas las fuerzas» (Cf. Lc 10, 27) Orar con todas las fuerzas implica saber actuar en la fe, la esperanza y la caridad. Es decir, la oración que no se lleva a la acción no es plena.

Actividades de refuerzo

https://www.youtube.com/watch?v=2N01QoJ83cQ&t=5s (¿Por qué orar?)

Observa el video y comenta en el grupo:

¿Qué significa orar 24/ 7?

No sabemos pedir como conviene, dice San Pablo (Rm 8, 26). Por eso debemos decirle siempre al Señor, como los discípulos: «Señor, enséñanos a orar» (Lc 11,1). El Señor nos ha enseñado el Padrenuestro como modelo de auténtica oración y nos ha dado una Madre, la Iglesia, que nos ayuda a rezar.

La Iglesia ha recibido de la Sagrada Escritura un gran tesoro de oraciones. En el transcurso de los siglos se han elevado, de los corazones de los fieles, numerosas oraciones con las que éstos cada vez nuevamente se dirigen a Dios. Al rezar con la Madre Iglesia nosotros mismos aprendemos a rezar.

Resumen

Muchos cristianos se preguntan de buena voluntad: ¿por qué es necesario orar? Para responder a esta pregunta es necesario acercarse a la oración sabiendo que no es sólo una serie de peticiones a Dios o un ejercicio espiritual, sino que es una actitud que nos acerca íntimamente al corazón de Dios.


Actividad para la casa

https://www.youtube.com/watch?v=KSH-_5WxyHw La silla de Jesús | Aprender a Orar | Reflexiones de la vida

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