Diferencia entre revisiones de «Sesión 1: Ecología humana en un siglo artificial»
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285. La educación sexual debería incluir también el respeto y la valoración de la diferencia, que muestra a cada uno la posibilidad de superar el encierro en los propios límites para abrirse a la aceptación del otro. Más allá de las comprensibles dificultades que cada uno pueda vivir, hay que ayudar a aceptar el propio cuerpo tal como ha sido creado, porque «una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces sutil de dominio sobre la creación [...] También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente. De este modo es posible aceptar gozosamente el don específico del otro o de la otra, obra del Dios creador, y enriquecerse recíprocamente»[304]. Sólo perdiéndole el miedo a la diferencia, uno puede terminar de liberarse de la inmanencia del propio ser y del embeleso por sí mismo. La educación sexual debe ayudar a aceptar el propio cuerpo, de manera que la persona no pretenda «cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe confrontarse con la misma»[305]. | |||
Revisión del 12:46 16 ago 2021
PROPÓSITO Que los estudiantes comprendan que el procedimiento científico perfecto para dominar la naturaleza es seguir sus leyes. En el caso de la sexualidad es conocer el ciclo de la mujer y como a través de él se pueden espaciar los nacimientos (el ciclo ecológico por excelencia).
Introducción
Rescatar lo natural antes que optar por métodos artificiales que pueden dañar el cuerpo
Lectura
Como otras veces el director de la escuela había dado en el blanco con respecto a la tarea a darles a los muchachos del último año. Fueron dos semanas eléctricas en las que todos esperaban una buena discusión ese viernes (aunque no todos hicieron el resumen con ese motivo). La mayoría había oído hablar de «cuidarse» y de la anticoncepción en general. Era una buena oportunidad para abordar el tema. Claro que a la hora de leer lo que les dejara Don Alejo, muchos se sintieron decepcionados. Los anticonceptivos tenían muchos problemas y eran agresivos contra el cuerpo. Además no eran todo lo efectivos que a veces decían. El día señalado se dedicaron las últimas tres últimas horas de clase al debate. Primero entró el director y con él vino una pareja más o menos joven. Para todos fue una sorpresa porque no pensaban que alguien más estuviera en la conversación. –Tomen asiento, alumnos –dijo el director en cuanto estuvo en el escritorio–. Como saben hoy programamos una discusión acerca de la tarea que les dejara la semana anterior. Por favor, pasen sus resúmenes en este momento hacia el frente. He pensado que tal vez se sientan un poco limitados a hablar frente a mí. Además no soy médico. Por ello le he pedido al Dr. Gutiérrez y que me haga el favor de dirigir esta «discusión». El doctor es ginecólogo. Confío en que sabrán mantener la altura frente a nuestro visitante y puedan aprovechar todos sus conocimientos... Por cierto le he pedido que venga con su esposa. Los dejo con ellos.
Todos estaban asombrados y contentos a la vez. Por su parte el doctor sabía perfectamente a qué había ido al colegio. –Me ha dicho Don Alejo que ustedes estuvieron leyendo algo acerca de los anticonceptivos. Ahora me gustaría que me dijeran qué piensan al respecto. Se hizo un silencio bastante natural. Pero no duró mucho porque Ramón fue a la carga. –Según lo que nos dieron, todos los anticonceptivos tienen problemas, ¿es cierto eso? –Bueno, mira, lo cierto es que sí. En realidad los anticonceptivos basan su acción sobre efectos artificiales. Veamos el caso de la píldora u otros anticonceptivos hormonales: todos ellos se basan en el principio de engañar al cuerpo de la mujer para hacerle creer que ella está todo el tiempo embarazada. En nuestro cuerpo hay hormonas que ayudan a que haya embarazo. Justamente cuando este embarazo se logra, las hormonas cambian. Las nuevas hormonas hacen que el ovario deje de ovular y el cuerpo se disponga para recibir el embarazo. Si yo pongo en la sangre este tipo de hormonas (progesterona) el cuerpo creerá que hay embarazo y automática-mente se dará la orden de no ovular. Esto reduce las posibilidades de que se produzca el embarazo... –¿Reduce posibilidades? Es que he escuchado que en realidad son «muy seguros» –preguntó uno de los muchachos. –Reduce –repitió enfático el doctor–. No existe el anticonceptivo 100% eficaz. Las primeras pastillas era más efectivas, pero causaban tantos trastornos que tuvieron que sacar «mini–pastillas», las que perdieron efectividad real... ahora hay más probabilidades de embarazo. Esto puede ser peligroso ya que una madre puede seguir tomando la pastilla y dañar al niño que ella ignora que está en su útero. Especialmente a las chicas les desagradó la idea de poder dañar a un hijo. –Pero más allá de eso, no es muy científico enfermar un cuerpo para lograr que no haya embarazo. Por eso tienen efectos colaterales. –Pero en las publicidades no mencionar efectos muy grandes – cuestionó Julia. –Bueno, lo dice pero en letras muy pequeñas y dentro de las cajas. Es que a veces a los laboratorios les importa más vender que ver por la salud de la gente. –Si todos los anticonceptivos fallan, ¿cómo manejas los embarazos? –preguntó Julieta. –Es que no necesariamente hay que recurrir a los anticonceptivos. Hay formas de llevar la vida sexual que nos posibilitan espaciar los hijos sin necesidad de tomar ni ponernos nada. Simplemente se trata de conocer el cuerpo y saber seguir sus ritmos. –Mi mamá dice que eso es antiguo y que no funciona. Su abuela lo usó y nació ella... y otros 5 hermanos. –Cierto, el «método del ritmo» es un poco viejo y tiene un alto índice de falla. Pero no quería hablarte de ese método sino de uno más moderno y ecológico. Pero deja que te explique un poco cómo funciona... –en ese momento la señora Gutiérrez interrumpió a su esposo tocándole delicadamente el hombro. –Eso mejor lo explico yo –le dijo–. El cuerpo de la mujer tiene ciclos. Las chicas lo entenderán muy bien porque cada determinado tiempo tienen su propio período. En cuanto a los varones me imagino que habrán estudiado en biología el ciclo menstrual de la mujer. Eso implica que la pareja no es fértil todos los días del mes, sino sólo algunos. La mujer es la que marca cuándo la pareja es fértil y cuando no. Insisto mucho en decir «la pareja» porque la maternidad no es un asunto solamente de la mujer, sino de dos. Por eso como mujer, siento que los anticonceptivos son discriminatorios, porque por lo general los tenemos que usar nosotras. Sólo el condón y la vasectomía son para el hombre. Y del condón mejor ni hablar: es el método menos efectivo, más incómodo y en verdad el más primitivo. Pero volviendo a mi tema, decía que la mujer se puede dar cuenta, con su ciclo menstrual, de la fertilidad de la pareja. Ella tiene un óvulo en sus trompas de Falopio sólo una vez al mes... y permítanme leerles esta cita: “El tiempo en que el óvulo podrá ser fecundado por el esperma es muy breve. Si no se encuentra con el espermatozoide durante este período, degenera en un plazo de 24 horas.” Si a esto le sumamos el tiempo que puede vivir un espermatozoide en el útero de la mujer luego de la relación sexual, nos queda que como máximo la pareja es fértil de 3 a 4 días por mes. Si quiere tener hijos deberá «atinarle» a tener relaciones en esos días. Si no quiere tener hijos, simplemente no tendrá relaciones en esos días. –¿Y cómo nos damos cuenta si estamos en el tiempo fértil? – preguntó muy interesada Betty. –Hacia allá voy. Resulta que en el cuerpo de la mujer existe una relación entre el momento de la ovulación y la sensación de su aparato genital. Cuando la sensación es de sequedad es que no hay óvulo y además por esa sequedad la vagina está protegida de posibles infecciones. Pero si la sensación es húmeda, significa que el óvulo está por entrar en la trompa y los espermatozoides pueden llegar a él. La sensación de humedad empieza antes de la ovulación y dura hasta después que muere el óvulo. Por eso se puede detectar con suma precisión cuándo eres fértil y cuándo no. –¿Usted nos puede explicar cómo hacemos para darnos cuenta si somos fértiles o no, señora? –preguntó Julia. –En este momento no. Primero porque si bien este procedimiento es sencillo, se necesita entrenamiento. Cada mujer tiene un cuerpo muy particular que reconocer. Si bien la ciencia ha reconocido que existen señales como la humedad, en cada mujer esa humedad es particular. Por eso este tipo de métodos requieren ser aprendidos junto a instructoras que a su vez hacen cursos especializados para poder ayudar a todo tipo de mujer. –¿Y si la mujer tiene un ciclo irregular? –preguntó una de las chicas del fondo. –No hay problema –respondió el doctor–. El método no depende de contar los días ni nada que se le parezca. Miren, aquí hay otra cita: “Una mujer jamás sabe de antemano cuánto tiempo durará su ciclo. Para identificar la fase fértil de su ciclo sólo tiene que controlar la presencia y las características del flujo mucoso. La presencia de flujo mucoso y sus características cambiantes siempre informarán a la mujer del estado de su fertilidad, sean irregulares o regulares sus ciclos.” –Esta forma de aprender a conocer el cuerpo y controlarlo naturalmente es lo que lo hace a un método natural y ecológico... Nada de artificialidades. Es la pareja adecuándose a los ritmos de la naturaleza. De pronto Gabriela, que estaba en la primera fila, le alcanzó a la señora Gutiérrez un papel que le habían hecho llegar de atrás. –Ah... qué interesante. Voy a leer la pregunta porque vale la pena. Dice: “¿Quiere decir que con el método natural podemos tener relaciones con nuestra novia y no dejarla embarazada?” En ese momento hubo cuchicheos nerviosos. Era una pregunta «atrevida» y todos querían oír la respuesta. –El sexo no es para jugar o para pasar un rato –arrancó contestando la señora–. El sexo es un arma poderosísima que está puesta en nosotros para colaborar en nuestra felicidad. Pero como toda arma hay que saber usarla, para que no se nos vaya de las manos. No es para quedar bien o mal con alguien. Lo que me gusta de este método natural (que se llama Método de la ovulación o Método Billings, en honor a los médicos que descubrieron la relación entre humedad vaginal y fecundidad) es que hace que la pareja tenga más conocimiento, más comunicación y consideración. Eso sólo se logra en parejas estables y permanentes, que se toman su tiempo para hacer las cosas... como debe ser. –Este método –complementó el doctor–, nos recuerda que la sexualidad requiere mucho diálogo, porque el amor y la responsabilidad sobre los hijos requieren mucho diálogo. Para que halla ese diálogo debe haber firmeza en la relación. Esa firmeza se gana con la madurez. Por muchos motivos, hasta importantesmotivos médicos, no les conviene tener relaciones en la adolescencia. No es que el método no sea bueno para la adolescencia... las relaciones sexuales no son buenas para la adoescencia. –Pero doctor... «las hormonas jalan» –protestó «muy sinceramente» otro del fondo. –Cierto. Pero incluso médicamente ustedes son más que sus hormonas. Ustedes tienen inteligencia: úsenla y todo en la vida les irá mejor. –No se asusten de tener que luchar –completó su esposa–. La lucha es buena para demostrar el verdadero amor. El verdadero amor espera. Lo sé porque trato tanto con adolescentes como con parejas casadas y veo la diferencia entre los que esperaron y los que no. Además, mi esposo y yo también pasamos por la edad en la que están ustedes y tuvimos que luchar. No es fácil, pero es como cuando entrenas para una carrera: todo el esfuerzo vale la pena cuando llegas a la meta. Y la meta es llegar al matrimonio con la mente clara y poder vivir naturalmente tu sexualidad conociendo tu cuerpo y encami-nando tus impulsos naturales para que sean una ayuda para ti. Te aseguro que te darás cuenta de que vale la pena. Entonces sonó el timbre de fin de clases. –Muchas gracias, muchachos –saludó el doctor–. Espero que les haya servido y ya saben que estamos a su disposición. Sobre cualquier tema, Don Alejo sabe dónde encontrarnos. Mucha suerte en la vida. Fin del debate (que más bien fue ronda de preguntas) y comienzo de tarea personal para cada uno: pensar bien las cosas para luego actuar mejor. Por cierto. Para los que tuvieron dudas de la efectividad de lo métodos naturales el Dr. Gutiérrez dejó un cuadro de estudios de efectividad específicamente del método Billings. Fue una buena forma de completar la charla.
Escucha ahora la explicación del profesor
1. Mecanismo de los anticonceptivos
En realidad los anticonceptivos basan su acción sobre efectos artificiales. Veamos el caso de la píldora u otros anticonceptivos hormonales: todos ellos se basan en el principio de engañar al cuerpo de la mujer para hacerle creer que ella está todo el tiempo embarazada. En nuestro cuerpo hay hormonas que ayudan a que haya embarazo. Justamente cuando este embarazo se logra, las hormonas cambian. Las nuevas hormonas hacen que el ovario deje de ovular y el cuerpo se disponga para recibir el embarazo. Si yo pongo en la sangre este tipo de hormonas (progesterona) el cuerpo creerá que hay embarazo y automáticamente se dará la orden de no ovular. Esto reduce las posibilidades de que se produzca el embarazo... Debido a la alteración hormonal, que causan los anticonceptivos en el cuerpo de la mujer, es que se presentan los efectos colaterales ya que se está alterando el curso natural del organismo, es como utilizar una medicina para enfermar a un cuerpo (donde elementos externos son introducidos para que no haya embarazo).
Eficacia
No existe un anticonceptivo 100% efectivo. Los anticonceptivos solamente reducen la posibilidad de embarazo. Puede darse el caso que una mujer quede embarazada mientras está tomando anticonceptivos y no saberlo. El problema es que la mujer, sin saber que está embarazada, siga tomando los anticonceptivos y pueda dañar a su hijo. Es por esto que hay que tener cuidado a la hora de consumir ciertos productos e informarse bien. Es más, los laboratorios advierten sobre los efectos secundarios pero lo hacen utilizando letras pequeñas y colocando el aviso en un espacio reducido de la caja que contiene el anticonceptivo.
2. El método natural (Billings)
Hay formas de llevar la vida sexual que nos posibilitan espaciar los hijos sin necesidad de tomar ni ponernos nada. Simplemente se trata de conocer el cuerpo y saber seguir sus ritmos.
El ciclo de la mujer El cuerpo de la mujer tiene ciclos. Eso implica que la pareja no es fértil todos los días del mes, sino sólo algunos. La mujer es la que marca cuándo la pareja es fértil y cuando no (...)«la pareja» porque la maternidad no es un asunto solamente de la mujer, sino de dos. Ella (la mujer) tiene un óvulo en sus trompas de falopio sólo una vez al mes… y permítanme leerles esta cita: “El tiempo en que el óvulo podrá ser fecundado por el esperma es muy breve. Si no se encuentra con el espermatozoide durante este período, degenera en un plazo de 24 horas.” Si a esto le sumamos el tiempo que puede vivir un espermatozoide en el útero de la mujer luego de la relación sexual, nos queda que como máximo la pareja es fértil de 3 a 4 días por mes. Si quiere tener hijos deberá «atinarle» a tener relaciones en esos días. Si no quiere tener hijos, simplemente no tendrá relaciones en esos días.
Tiempo fértil ...en el cuerpo de la mujer existe una relación entre el momento de la ovulación y la sensación de su aparato genital. Cuando la sensación es de sequedad es que no hay óvulo y además la vagina está protegida por esa sequedad de posibles infecciones. Pero si la sensación es húmeda, significa que el óvulo está por entrar en la trompa y los espermatozoides pueden llegar a él. La sensación de humedad empieza antes de la ovulación y dura hasta después que muere el óvulo. Por eso se puede detectar con suma precisión cuándo eres fértil y cuándo no. Existen señales para detectar el momento de la fertilidad femenina pero cada señal es particular y cada mujer debe aprender a leerla, es por esto necesario un entrenamiento, ya que en cada mujer la humedad se presenta de diferente manera. Así mismo no hay problema si la mujer es irregular en su ciclo ya que el método no consiste en contar los días sino en que la mujer aprenda a conocer su cuerpo, aprenda a «leerlo»:
“Una mujer jamás sabe de antemano cuánto tiempo durará su ciclo. Para identificar la fase fértil de su ciclo
sólo tiene que controlar la presencia y las características del flujo mucoso. La presencia de flujo mucoso y sus características cambiantes siempre informarán a la mujer del estado de su fertilidad, sean irregulares o regulares sus ciclos.” Es un método ecológico porque no interfiere con el proceso natural del organismo, no introduce elementos externos o artificiales y se adecua al ritmo de la naturaleza.
3. Valorando la castidad El método natural es una manera de conocer mejor el cuerpo y sus signos, así como es un método que busca respetar el ritmo mismo de la vida. Es por esto que su uso debe darse dentro de la apertura natural a la vida misma, por tratarse de un método ecológico que busca el cuidado del cuerpo no debe ser usado de manera arbitraria: Este método (...) nos recuerda que la sexualidad requiere mucho diálogo, porque el amor y la responsabilidad sobre los hijos requieren mucho diálogo. Para que halla ese diálogo debe haber firmeza en la relación. Esa firmeza se gana con la madurez. Por muchos motivos, hasta importantes motivos médicos, no les conviene tener relaciones en la adolescencia. No es que el método no sea bueno para la adolescencia... las relaciones sexuales no son buenas para la adolescencia. Desde el diálogo y una auténtica comunicación se rescata el sentido de la verdadera sexualidad, ayudando a purificar las intenciones de la pareja y evitando utilizar al otro como un medio de placer. Es la mejor manera de mantener la pureza dentro del matrimonio ya que con el diálogo no se pierde el conocimiento de la persona, por el contrario la refuerza y por lo tanto refuerza también el respeto hacia el cuerpo de esa persona. En esto consiste la castidad en la recta vivencia de la sexualidad.
4. Es posible vivirla (la castidad) Hoy en día se cree que vivir la castidad es un mito porque la sociedad de consumo está sensualizada y se ha perdido el hábito de renunciar a lo que se siente como bueno o placentero por un valor superior. Prima la idea (sobre todo en los hombres) que las hormonas no se pueden controlar y hay que ceder a sus exigencias. No preparamos la voluntad para realizar grandes renuncias a futuro, somos como una especie de generación débil sometida a la ley del gusto y disgusto, donde la verdad no cuenta sino lo que manden mis sentidos. Es por esto que se le tiene miedo a las exigencias y al compromiso. Vivir la castidad exige, cuesta, pero vale la pena ya que ayuda a formar carácter, forja la voluntad y la prepara para retos más grandes. Los frutos se verán en el matrimonio: No se asusten de tener que luchar (...) La lucha es buena para demostrar el verdadero amor. El verdadero amor espera. Lo sé porque trato tanto con adolescentes como con parejas casadas y veo la diferencia entre los que esperaron y los que no. Además, mi esposo y yo también pasamos por la edad en la que están ustedes y tuvimos que luchar. No es fácil, pero es como cuando entrenas para una carrera: todo el esfuerzo vale la pena cuando llegas a la meta. Y si llegas a la meta del matrimonio con la mente clara y puedes vivir naturalmente tu sexualidad conociendo tu cuerpo y encaminando tus impulsos naturales para que sean una ayuda para ti. Te aseguro que te darás cuenta de que vale la pena.
Actividades de refuerzo
Veamos la efectividad de estos métodos:
Resumen
Hemos aprendido a reconocer los requerimientos mínimos para la instalación y las características de nuestro ordenador
Actividad para la casa
Hacer un comentario sobre este texto del Papa Francisco en Amoris laetitia: 285. La educación sexual debería incluir también el respeto y la valoración de la diferencia, que muestra a cada uno la posibilidad de superar el encierro en los propios límites para abrirse a la aceptación del otro. Más allá de las comprensibles dificultades que cada uno pueda vivir, hay que ayudar a aceptar el propio cuerpo tal como ha sido creado, porque «una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces sutil de dominio sobre la creación [...] También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente. De este modo es posible aceptar gozosamente el don específico del otro o de la otra, obra del Dios creador, y enriquecerse recíprocamente»[304]. Sólo perdiéndole el miedo a la diferencia, uno puede terminar de liberarse de la inmanencia del propio ser y del embeleso por sí mismo. La educación sexual debe ayudar a aceptar el propio cuerpo, de manera que la persona no pretenda «cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe confrontarse con la misma»[305].