Diferencia entre revisiones de «Sesión 4: Ética profesional en un mundo complicado»

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== Lectura ==
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La siguiente clase después de la pelea sucedió algo aparentemente insólito. En cuanto el profesor Lorenzo entró en el aula, Betty y
La siguiente clase después de la pelea sucedió algo aparentemente insólito. En cuanto el profesor Lorenzo
entró en el aula, Betty y
Julieta se le acercaron y delante de todos le pidieron disculpas por haberse
Julieta se le acercaron y delante de todos le pidieron disculpas por haberse
peleado de esa manera en su clase.
peleado de esa manera en su clase.

Revisión del 10:39 11 ago 2021

Computadora 1.JPG


PROPÓSITO El estudiante aprende cuales son las requerimientos mínimas para la instalación de programa a utilizar en clase para la edición de los vídeos.

Introducción



¿Cuales son las características mínimas para que el programa funcione? Lo primero que se debe de ver son los requerimientos mínimos que el programa requiere y de esta manera el programa se ejecute de manera optima en el ordenador.


Lectura

La siguiente clase después de la pelea sucedió algo aparentemente insólito. En cuanto el profesor Lorenzo entró en el aula, Betty y Julieta se le acercaron y delante de todos le pidieron disculpas por haberse peleado de esa manera en su clase. El profesor, que había entrado muy serio y hasta se podría decir que un poco triste, cambio de inmediato el rostro. Aceptó las disculpas y agregó algo dirigido a todos. –La única parte buena de una pelea es que después, si las personas tienen la valentía de hacerlo, viene el momento de pedir perdón y de perdonar. Es un buen momento en la vida de las personas y la alegría que produce es de las más grandes. Les agradezco este gesto de pararse y decirlo. Por mi parte todo queda olvidado, así que ahora... En eso José, designado como el experto en sacar de tema al profesor, entró en acción. –Profesor ¿cómo debiera pedir perdón el gerente de la fábrica que quebró? La pregunta era muy actual. En esos días había un revuelo general en la ciudad debido a que una de las más grandes plantas de la zona acababa de quebrar. Tres fueron las causas que se dieron: primera, malos manejos de los dueños; segunda, más importante, el gerente de la planta se había dedicado a robarles dinero a todos, poco a poco, a lo largo del último año; tercera: parece que los trabajadores en lugar de luchar para sacar adelante la fábrica se la pasaron echándose la culpa mutuamente y despilfarrando todo lo que la empresa les daba sin buscar mayores beneficios. Para cuando todo se supo la deuda era millonaria y muchos de esos mismos trabajadores estaban en la calle con pocas perspectivas de cobrar algo. Ninguno de los de la clase estaba directamente afectado, pero en el colegio muchos eran hijos de empleados de la firma y estaban en situación delicada. –Bueno, ese es un tema complicado. A mí me parece que el gerente debiera dar la cara y regresar el dinero. Pero tal vez sea un poco irreal pensar que lo hará... ¿dónde dicen que está? –Nadie sabe –contestó Blanca, la que siempre estaba informada–. Algunos rumores lo ponen en el extranjero y otros que hay alguien del gobierno que lo protege. El hecho es que el tipo se fugó y no lo encuentran. –Ven, no creo que tenga actitud de arrepentimiento... –Pero fastidió a mucha gente. Conozco un caso de una señora que trabajaba en la fábrica y con eso atendía a su hijo enfermo de nacimiento. Ahora está en la calle y le cuesta conseguir trabajo. Mi mamá la ayuda un poco, pero tampoco nosotros tenemos muchas posibilidades –comentó Juan–. ¡Este desgraciado no pensó en nadie! Con la última expresión de Juan se lanzó el caos. Cada uno comentaba con el de al lado algún caso conocido y el salón se convirtió en una especie de gallinero. Varios minutos tardó el profesor en hacer regresar la calma. –Como bien dice Juan, este señor no pensó en nadie. Pero perjudicó a muchos. Pero no fue el único. Saben, es difícil que se realice una operación de esa magnitud en una empresa como esta sin que nadie más lo notara. No, muchachos, en el fondo el gerente no estaba solo. –¿Dice que hubo cómplices...? –preguntó José esta vez interesado de verdad. –De algún modo sí. Todos los que en la fábrica no se dedicaron a hacer con ahínco lo que les tocaba hacer: los que haraganearon, los que se robaban productos promocionales, los vendedores que descuidaban sus clientes, las secretarias que hacían llamadas eternas a cualquier amiga en cualquier horario y en fin, todos los «buenos» que por evitarse problemas en ese momento se quedaron callados ante lo que veían. –O sea que los buenos también son culpables –preguntó defensiva Betty. –No lo sé. Lo que te puedo decir es que, por no buscarse problemas en ese momento los problemas los tienen ahora... y mucho más gordos. Tal vez sintieron que nadie los miraba y que por eso... –de pronto se detuvo pensando. Sacó un libro de su portafolios e indicó a sus alumnos que hicieran lo mismo–. Busquen en la página 20, los que tengan el libro de Antologías. Vamos a leer un cuento tradicional. Creo que viene bien con lo que estamos hablando. Es para que vean lo que pasa cuando pensamos que nadie nos ve. Voy a leer.

Alguien te ve

“Un hombre decidió meterse en el campo del vecino para robarle trigo.

–Si cojo un poco de cada parcela –se dijo–, nadie lo notará, pero para mí

representará una buena parva de trigo.

Así que aguardó una noche oscura, cuando gruesas nubes tapaban la luna, y salió a hurtadillas de

su casa. Llevó consigo a su

hija menor.

–Hija –susurró–, tú debes

montar guardia, y avisarme

si alguien me ve.

El hombre se metió en

el primer campo para

empezar a cosechar, y al

rato la niña gritó:

–¡Padre, alguien te ve!

El hombre miró en torno

pero no vio a nadie, así que tomó su trigo robado y pasó al segundo

campo.

–¡Padre, alguien te ve! –exclamó de nuevo la niña.

El hombre se detuvo, miró en torno, pero tampoco esta vez vio a nadie.

Recogió más trigo y pasó al tercer campo.

Pasó un rato y la niña gritó:

–¡Padre, alguien te ve!

Una vez más el hombre interrumpió la faena y miró hacia todas partes,

pero no vio a nadie, así que recogió el trigo y pasó al último campo.

–¡Padre, alguien te ve! –insistió la niña.

El hombre dejó de cosechar, miró en torno, y tampoco vio a nadie.

–¿Por qué diantre insistes en que alguien me ve? –preguntó airadamente

a la hija–. He mirado por todas partes, y no veo a nadie.

–Padre –murmuró la niña–, alguien te ve desde arriba.”

Escucha ahora la explicación del profesor

REQUERIMIENTOS

  • Sistema Operativo: A partir de Windows 7 en adelantarte. Mac OSX 10.11 o Superior
  • Procesador: Core i3 o superior, 2 GHz o superior
  • RAM: Al menos 4GB de RAM



Actividades de refuerzo

OTRAS FUNCIONES

  • Ajustes de los colores.
  • Detección de escenas.
  • Corregir.
  • Reparar.
  • Efecto en la velocidad.
  • Pantalla Croma.
  • Pantalla partida.
  • Efectos de color.
  • Captura de pantalla de la PC.
  • Estabilizador del video.


Resumen

Hemos aprendido a reconocer los requerimientos mínimos para la instalación y las características de nuestro ordenador

Actividad para la casa

Sé creativa/o y busca los insumos necesarios para la creación del vídeo según el tema tratado en clase.