Sesión 3: Vivir en pareja de forma estable, permanente y feliz
PROPÓSITO El estudiante se esfuerce por vivir la libertad en cada uno de sus actos sin caer en libertinaje.
Introducción
La verdadera libertad no significa hacer lo que «nos da la gana».
Lectura
El «Libro Azul» llamó mucho la atención... también de Betty. Era una manera un poco distinta de tratar un tema que le interesaba como a muchos de sus amigos. Quería saber más de la vida misma. Pronto saldría del colegio y dudas como su futuro, la profesión, el noviazgo, el matrimonio, la sexualidad siempre las tenía. Algunos decían que la relación sexual era «lo máximo». Otros que lo mejor era esperar. Esto sin mencionar lo que se veía por la calle y en la T.V. Algunos de sus compañeros veían en el matrimonio tan solo papeles e hipocresía, por lo tanto no le veían sentido a esperar.
Estaba confundida: por un lado soñaba un poco con un príncipe azul que la hiciera feliz. Pero se daba cuenta de que eso no era real, que lo que se veía más eran matrimonios rotos, peleas, divorcios. Por otro lado se veía como toda una profesional exitosa y «demasiado» ocupada como para encargarse de una familia. Además parecía que la gente que no se comprometía «tanto» (en eso de casarse y formar una familia) era más feliz: salía con quien quería, cuando quería y como quería, sin tener que pensar en hijos, esposo y esas cosas. Y a pesar de todo volvía una y otra vez el anhelo de algo distinto. De algún modo Betty quería seguridad y, por sobre todas las cosas, ser feliz siempre, no sólo por un rato. Leer los apuntes del papá de Adrián la puso a pensar mucho y revivió en ella un deseo grande. Pensó más o menos así: “Estoy a punto de terminar la escuela secundaria. Luego viene la universidad (si es que ingreso a una). Más libertad. Seré mayor de edad. Con eso, otros retos. ¿Qué será lo mejor para mí? ¿Es bueno apostar por el matrimonio? ¿Para qué? ¿Cuál es la diferencia con el noviazgo? Y si me caso ¿a qué me dedicaré? ¿Podré seguir trabajando? ¿A qué me voy a dedicar? Quiero contestar estas preguntas por mí misma. Nadie más va a vivir mi vida. Por eso quiero datos claros y contundentes. Si es necesario los buscaré yo.” El Libro Azul le pareció muy bueno para empezar. Tal vez algunas cosas las podría investigar con Juan, pero otras definitivamente eran su problema. Era tomar las riendas de su vida. Le dio un tremendo gusto hacerlo.
–Oye, Juan, me vas a tener que prestar seguido tu Libro Azul. Tu papá escribe bien y me interesa mucho lo que dice. –Te gustó ¿eh? Sí, mi viejo escribía muy bien –los ojos se le llenaron de lágrimas que luchaba por contener–. ¡Lo extraño, Bet, lo extraño mucho! Betty no sabía muy bien qué decir. Solamente lo tomó de la mano y le ofreció el hombro. Él se quedó un instante pero al momento reaccionó, levantó la cabeza, se secó las lágrimas y volvió a ser «el hombrecito». Su amiga lo miró con compasión y pensó que a veces los varones eran unos estúpidos tratando de ocultar sentimientos tan naturales como el dolor de perder al papá. No estaba de acuerdo con escándalos públicos, pero creía que no era muestra de debilidad derramar algunas lágrimas. La fuerza no está reñida con la naturali-dad. Eso le enseñaría ella a sus hijos. Hasta los fuertes a veces, cuando el dolor es grande, lloran... y no por eso dejan de ser fuertes. La cuestión es no rendirse. –No te rindas, Juan. Él te dejó este libro y muchas otras cosas... Guardó silencio un momento como para que la emoción pasara. –Bueno, lo que tenemos que hacer ahora es leer juntos, creo que nos puede venir bien.
Era una válvula de escape. Por la tarde se juntaron en casa de Betty. Solían sentarse en el piso del comedor, descalzos. La mamá de Betty preparó la merienda y se las dejó mientras lavaba ropa. Vivir en pareja de forma estable, permanente y feliz Cuando pienso en estabilidad, permanencia y felicidad con otra persona no puedo dejar de pensar en Elena. Ella es mi compañera de toda la vida, con ella he compartido alegrías y malos momentos. Para muchos es ridículo pensar que una relación puede ser para siempre, pero eso no es cierto y se puede lograr si los dos ponen de su parte. Vemos todos los días a nuestro alrededor que a las parejas parece que les gusta la variedad y cambiar y cambiar. Se cansan de «uno» y pasan a «otro». En el matrimonio pasa más o menos lo mismo. Parece que la gente empieza a pelearse y termina yendo cada uno por su lado. Pero en todos he notado una constante: no llegan a ser felices.
Muchos cambian o se pelean porque no se sienten felices, porque no han encontrado en el matrimonio la felicidad que tanto buscaban. Y esto dicho sin hipocresía. En mis años he visto a muchos fanfarronear por mucho tiempo, hasta el punto que los demás pensaban que su forma de vida desordenada era lo máximo. Pero también los he visto «caer». O sea, reconocer en algún momento que todo es fantasía, todo es para afuera, que por dentro sienten vacío, pena, tristeza o insatisfacción. Gente acostumbrada a mentir y a mentirse pero que de tanto aparentar se convierten en modelos. Pero modelos que no son felices no son verdaderos modelos. Son como esas casas de las películas, que son sólo la fachada, la parte externa, pero no tienen nada: no tiene cuartos, ni cocina, ni nada. Me tomó algo de tiempo descubrir la verdad de esa infelicidad. Entonces me nació la pregunta: ¿por qué los que viven así no alcanzan la verdadera felicidad? Por otro lado tuve el contraste de mis papás. Para muchos eran de otra época, pero se los veía felices, era fácil darse cuenta de ello. Pienso que la felicidad no tiene época, y si una persona es feliz de verdad, no importa que se la vea un poco anticuada. Lo cierto es que siempre quise saber por qué ellos sí y los otros no. Pero no eran solamente ellos. Una vez que empecé a observar con más detenimiento a la gente pude notar que existían más buenos matrimonios que malos.
Pude comprobar la frase de Napoleón Bonaparte: “Hacen más ruido diez soldados indisciplinados que todo mi ejército en perfecto orden”. A veces los buenos matrimonios pasan desapercibidos porque los malos son más impactantes, y la televisión sólo promueve lo impactante. Como fuera, a mí no me interesaba el número sino la calidad. Es decir, dónde podía encontrar la felicidad. Entonces me encontré con una frase que me empezó a dar la clave: “la unión monogámica, heterosexual, estable y permanente es la etapa última del desarrollo sexual y personal, la meta superior de la pedagogía sexual y el fin de la ética sexual”. Es decir, todo el crecimiento de la persona apunta a un compromiso, cuando uno es capaz de unirse en el amor perdurable con otra persona de sexo complementario y puede mantener la fidelidad en esa unión. Lo mejor que podemos decir a una persona que quiere honestamente aprender lo que es la felicidad es que apunte a la entrega.
Si quisiera entenderme y ver por dónde va mi tarea de ser feliz tendré que empezar por vivir de alguna manera la entrega. En ese sentido al menos he dado un paso: comprendo que el matrimonio es importante. ...Y tiene que ser permanente. Una vez un amigo me preguntó: “¿Cuál es el animal más débil al nacer?” Como no supe me dijo: “El hombre. La cría humana es la más débil que nace en la naturaleza”. Por eso él pensaba que los padres humanos son los que más preocupación deben tener por sus «crías». Para ello no sirve una unión momentánea. Por eso para él el matrimonio es una necesidad de la condición humana. A mí me pareció muy sensato.
Esa noche, antes de acostarse, Betty se sentía contenta y desafiada. Un hombre inteligente creía en la fidelidad, en la entrega gene-rosa y permanente. Ese hombre escribía lo que pensaba. Ese hombre vivió lo que escribía hasta su muerte y hoy ella se acordaba de él por eso. Algunas cosas empezaban a tener un lugar más claro en su mente (Cap. 3).
Escucha ahora la explicación del profesor
ra en lugar de esclavizarte. Por eso tampoco cometas la estupidez de querer tener éxito si vives tan irracionalmente indomable como el río de montaña.
Actividades de refuerzo
Y de pronto el vigoroso río de montaña comenzó a disfrutar de una nueva sensación: la de toda su fuerza y la de su capacidad para dirigirla. Ya no se encontraba, él mismo, sometido inevitablemente a los vaivenes de las lluvias y los deshielos. Una extraña experiencia de serenidad y sosiego, podría convivir con la palpitación de toda su pujanza. De su brioso poderío. De su inagotable renovación. De su ritmo. De su vitalidad.
Resumen
Nuestro mundo busca la libertad, pero lo hace en la acumulación del tener y el poder, y olvidando esta verdad esencial: sólo es verdaderamente libre aquel al que no le queda nada que perder porque ya ha sido despojado, desprendido de todo; porque es libre de todos y de todo, y de él se puede decir en verdad que «ha dejado la muerte atrás», pues todo su «bien» está en Dios y únicamente en Él. Soberanamente libre es el que no ambiciona te científico «zek» para un proyecto que le han pedido que lleve a cabo y en el que se juega su carrera; de aombre.
Actividad para la casa
Sé creativa/o y busca los insumos necesarios para la creación del vídeo según el tema tratado en clase.